Algatocín - Malaga

La bisagra perfecta
11:42

Jose María de Loma

El Partido Andalucista siempre ha reconocido ser un partido bisagra. Entonces, si fueran consecuentes, tras la llegada de Antonio Marín Lara al PSOE, ahora algún alcalde andalucista se debería pasar al PP. Así veríamos que no tienen preferencias.
Al PA se le ha achacado algunas veces no tener principios. Ahora bien, nadie puede negar que no tiene finales. En este caso, en el de Lara, el PSOE. Pero en otros bien podría ser, o ha sido, el PP. El PA puede que haya vislumbrado en el socialismo la casa común, ésa que no vieron los de IU, si bien aunque no lo reconozcan y no pasen al salón estos están ya acomodados en el porche. En El PA bien ha podido renacer la ilusión: si las cosas van mal siempre puede uno pasarse al PSOE. Es lo que ha debido ver Benito Carrillo, primer edil de Algatocín. A Benito Carrillo le sonó el teléfono ayer y por primera vez en su carrera política era un periodista. Era un periodista el que llamaba, no él. El periodista le preguntó si se pasaría al PSOE y contestó que no lo descartaba. Tras una pausa dramática como para dar más morbo (lo mismo además de alcalde es hombre de teatro) añadió: "Pero por ahora no voy a dar ese paso". El periodista se puso contento por tener un titular nada despreciable y Benito Carrillo vislumbró un porvenir que antes de la pregunta tal vez no habría imaginado. O, un momento, tal vez la sagacidad de Benito Carrillo nos es desconocida y ha acariciado en la intimidad un retrato de Pablo Iglesias, un mechero del PSOE y el ticket de un café que se tomó Miguel Ángel Heredia en el pueblo, además de acariciar la posibilidad de dar el salto a las filas socialistas. En el PA se puede estar originando el efecto dominó después de que hayan perdido el seis doble. En el PA quedan versos sueltos cantando odas al PSOE. El PA es el tercer mundo de la política. Lara ha llegado en yate al Puerto Banús del PSOE. El común del andalucista ni siquiera tiene una patera con que hacer la travesía. Y si logran hacerla los recibirían en desconchadas aduanas.
¿Curioseamos por entre la relación de bienes de los concejales por morbo, envidia, cotilleo o pura y humanísima curiosidad? Tal vez con ninguno o con todos esos ingredientes a la vez. Tal vez también sin ser conscientes de que es un derecho democrático conocer cómo llega nuestro representante al despiadado cometido público y cómo se va, si ligero de equipaje o de accionista mayoritario de la Samsonite. En el caso de Málaga se nos muestra una especie de sudoku, unos valores catastrales irreales, una versión morigerada de las cosas, muy marca de la casa; un dar pero no, un amagar pero no dar; un cumplir pero mejor vaya usted a los medios si quiere saber… Qué bien se hacen mal las cosas en Málaga.
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