Velilla de San Antonio - Madrid

De todos los caminos posibles que el Gobierno tenía para impulsar la reforma laboral ha escogido el más injusto, el menos socialista, el menos obrero y el menos participado. Todo está calculado: la dosis de demagogia mediática es directamente proporcional a lo injusto de la medida: reparto de la miseria desde la miseria y la inseguridad jurídica como máxima norma laboral.

Tras la reforma laboral vendrán, desde esta "pseudoizquerda pijo-proge", otras "ideas" como la destrucción y la privatización de lo público o la reforma de las pensiones y muy poco o nada de progresividad o equidad social. Lo que está claro es que, en este tránsito hacia el 3% de déficit nada va a ser igual, el camino será largo y penoso y, dependerá de las respuestas de cada parte el como se reparta ese peaje.

A grandes agresiones tocan grandes respuestas y me parece que esto acaba de empezar. De momento la mayoría (l@s que vivimos vendiendo nuestra fuerza de trabajo) vamos perdiendo el partido y, con la que está cayendo, más vale que espabilemos. La huelga general a estas alturas, más que justificada, es completamente urgente y, mucho me temo, habrá que ir pensando en respuestas más sostenidas y complejas. Al tiempo...

Fuente: Blog cualquier vale