Valdaracete - Madrid

CAZA | TURISMO DE LUJO
España, una finca de ilustres
EL ÚLTIMO en venir atraído por la perdiz ha sido Bush. Carolina de Mónaco es la más asidua. Los poderosos se dejan millones pateando España escopeta en ristre
ANTONIO P. HENARES

Carolina de Mónaco (a la izquierda, con sombrero) viene todos los otoños a cazar a una finca extremeña.
Cazar perdices en España en una gran finca con casa solariega, como acaba de hacer el ex presidente estadounidense George Bush (padre), está tan de moda entre los magnates mundiales como Benidorm y ponerse hasta arriba de cerveza entre los hooligans ingleses.

La costumbre no es nueva. Fue James Stewart el que prestigió a nuestra perdiz roja entre sus compatriotas. El gran actor también pegaba tiros fuera de la pantalla, que por algo era coronel del ejército. Franco organizaba grandes cacerías en la Encomienda de Mudela (Ciudad Real) y en una ocasión se le ocurrió juntar a grandes escopetas mundiales, entre ellos al conde de Teba, apodado Bunting, y a James Stewart. Teba, en tres días de ojeos, acabó por triplicar en número de piezas al actor.

Desde que Alfonso XIII invitó al káiser alemán no han dejado de aparecer por aquí personajes relevantes. Invitados siguen viniendo algunos, pero son muchos más los que ya vienen pagando y han hecho de su afición un suculento negocio.

Don Juan Carlos, gran aficionado y sobresaliente tirador, suele a veces acompañar a algunos de los más ilustres visitantes. Lo ha hecho en ocasiones con Carlos de Inglaterra, y ahora con George Bush. El ex presidente de EEUU llegó el sábado de la semana pasada, a las 6.20 horas de la mañana, en compañía del general Norman Schwarzkopf, el Oso del desierto, quien mandó las tropas americanas en la Guerra del Golfo, y un numeroso séquito. Tenían reservadas en el Parador de Ávila 20 habitaciones, y desde allí se marcharon a la finca Dehesa del Caballero, en Muñopedro (Segovia), regentada por el conde de Añover de Tormes, José Alcázar. Bush tiró al plato y sus acompañantes participaron en una montería, donde mataron 44 jabalíes. Almorzaron fabes con langostinos y paella. Luego se marcharon rumbo a Ciudad Real.

Allí los esperaba el Rey. Se hospedaron en la finca de Pinos Largos, término municipal de Picón, propiedad de Fernando Saiz Luca de Tena. Y cazaron en la finca vecina de La Camocha, propiedad del conde de la Cañada, Manuel de la Barreda, pero que gestiona el ya citado Fernando Saiz Luca de Tena, asociado con Íñigo Moreno de Artega, marqués de Laula, reputado cazador de fama internacional que ha logrado trofeos en recónditos lugares de la tierra. El marqués de Laula está casado con Teresa de Borbón Dos Sicilias, hermana del infante Don Carlos, primos hermanos ambos del Rey e hijos de Alicia de Borbón, la conocida por toda la buena sociedad de la caza como «la Infanta cazadora».

La jornada en La Camocha fue alegre y soleada. El almuerzo fue servido por el restaurador de la zona Juan Pérez, y tuvo neto sabor manchego. Los resultados de la cacería se concretaron en una alfombra de unas 500 perdices muertas, de las que no pocas correspondieron a las escopetas de Don Juan Carlos, que vino a hacer con los invitados algo parecido a lo que hizo Teba con James Stewart.

Es normal que sucediera así. El vuelo de la perdiz roja es repentino y rápido. Hay que estar acostumbrado a su tiro. Incluso aunque como éstas de La Camocha no sean estrictamente salvajes, sino producto de repoblaciones, como la mayoría de las que vuelan en estas cacerías organizadas. Porque lo cierto es que en España no quedan muchas fincas de perdiz exclusivamente salvaje y genéticamente pura. Dos sobresalen. Una es El Lobillo, en Alhambra (Ciudad Real), de 7.000 hectáreas, propiedad de Juan Abelló, considerado por muchos, y en dura competencia con su amigo Carlos March, como la mejor escopeta española en ojeo de perdiz. La otra es Los Llanos, en Albacete, de más de 10.000 hectáreas, propiedad del marqués de Paul, Carlos Maturana. Aquí suele haber muchos invitados extranjeros.

TIROS PRINCIPESCOS
Una de las más asiduas visitantes es Carolina de Mónaco, quien cada otoño se acerca a Extremadura para disfrutar de unas jornadas de caza. Prosigue así una tradición inaugurada por su abuelo Rainiero, que cazó faisanes con Alfonso XIII un día a 14 grados bajo cero y no pararon hasta cobrar 300. El actual príncipe Rainiero vino también, con su esposa Grace Kelly, hace más de 20 años, invitados por Alfonso Díaz de Bustamante y Quijano, que fue alcalde de Cáceres.

Rainiero y Grace Kelly convirtieron este viaje en un rito otoñal que siguieron sus hijos. Siempre se han hospedado en la finca Las Golondrinas, que posee un magnífico palacio en el centro de la misma, propiedad del conde de Tres Palacios pero cuya explotacion cinegética corre a cargo de Fernando Díaz de Bustamante, hijo de Alfonso.

Carolina es la que más acompañaba a su padre. Hace tan sólo unas semanas ha venido de nuevo, en esta ocasión con su marido Ernesto de Hannover, y sus hijos Andrea y Alexandra. En Las Golondrinas, situada en el término de Torremocha, a unos 20 kilómetros de Cáceres, aún se recuerda la imagen triste de Carolina en 1996, muy delgada y melancólica, con la cabeza cubierta siempre por un pañuelo al estilo bucanero. Un contraste con el alegre semblante que ha lucido en esta ocasión, con su media melena y su elegante traje campero. La nota la tuvo que poner como siempre el arisco Ernesto, que junto a su escolta protagonizó el habitual rifirrafe con los fotógrafos. Con la escopeta y las perdices no se le dio del todo mal, a pesar del cromo de pantalones multicolores que portaba. Entre todos abatieron algo más de 600 perdices y prometieron a sus anfitriones que volverían al año próximo.

La lista de visitantes extranjeros ilustres se haría interminable. Per hay al menos que añadir al ex presidente francés Valery Giscard d'Estaing, en busca de un trofeo que finalmente consiguió: un macho montés. Giscard lo logró asesorado y acompañado por José María Blanc, propietario de la finca Los Monteses en la sierra de Gredos.
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A MILLÓN POR ESCOPETA
Venir a España de caza sale caro. Amén del viaje y el alojamiento, se paga entre 6.000 y 7.000 pesetas por cada perdiz abatida. Si se considera que un ojeo que se precie ha de pasar de las mil piezas para ocho o 10 escopetas, un millón de pesetas es una cantidad mínima por barba. La cifra aportada por un reciente estudio de 30.000 millones de pesetas de ingresos en divisas al año en Castilla-La Mancha es muy conservadora. La realidad la duplica.

Doce organizaciones serias y consolidadas se dedican a traer estos particulares turistas a la Costa de la Pana, la zona de caza de Toledo y Ciudad Real, aparte de Andalucía, Extremadura y algunas provincias de Castilla y León. La perdiz roja es la pieza a la que mayoritariamente se aspira, mientras que para los grandes cazadores, el macho montés, la cabra hispánica, única en el mundo, es el principal foco de atracción. En las cacerías más selectas se ofrece un esmerado servicio. Se hacen cargo de todo, hasta de los cartuchos.

La fiesta flamenca no suele faltar como remate. Norteamericanos, alemanes, franceses e italianos, estos últimos los más numerosos y aficionados a tirar el zorzal, son las nacionalidades que más se ven en las fincas españolas. Pero vienen de todo el mundo, y cada vez más japoneses, vinculados a firmas automovilísticas niponas a quienes se invita a ojeos y cacerías para engrasar las buenas relaciones.

Las Golondrinas

Importante propiedad rústica de cerca de 1000 hectáreas de extensión que forma parte del cotizado y exclusivo Coto de Santa Cristina, de más de 6000 hectáreas, dehesa destinada fundamentalmente a la caza menor de la perdiz roja endémica de esta zona, la paloma, la tórtola, el zorzal, la liebre, el faisán y algunas aves acuáticas.

La finca pertenece a don Diego Trespalacios López de Montenegro, Conde de Trespalacios aunque el coto de gran valor ecológico está gestionado por Fernando Díaz de Bustamante, propietario de la finca contigua de Aguas de Verano, quien explota el Coto de Santa Cristina, al que acuden ilustres escopetas de la talla de los Príncipes de Mónaco y de Hannover, el financiero Juan Abelló, Su Majestad el Rey Juan Carlos I, la Reina Margarita de Dinamarca, los Príncipes de Holanda así como otros destacados miembros de la realeza y de la nobleza europea y representantes del mundo empresarial y de las altas finanzas.

Elegante y glamurosa como siempre, desciende la escalerilla del avión privado. Viste informal y austera -un conjunto de pantalón y chaqueta oscuros y una bufanda al cuello para protegerse del frío-, lleva con sobriedad un gran bolso marrón, lo más chic de esta temporada, y calza unas cómodas botas con poco tacón. Aunque no luzca un modelo de Karl Lagerfeld, su diseñador favorito, es una mujer con clase y tiene estilo hasta a la hora de apartar un mechón de pelo que el viento lleva a su cara. Está atardeciendo, y al poco de pisar tierra decide esconder su mirada tras unas enormes gafas de sol.

Son las cinco y media de la tarde cuando el icono internacional de la elegancia aterriza en el aeropuerto de Talavera la Real, en Badajoz. Carolina de Mónaco, mujer de serena belleza a sus espléndidos 50 años, llega acompañada del polémico Ernesto de Hannover. Nada que ver con la finura y distinción de su esposa. El también duque de Brunswick y Luneburg viste pantalón oscuro y chaqueta marrón clara, camisa y pañuelo azul intenso en el bolsillo, y los calcetines del mismo color, lo que da un punto hortera al aspecto del príncipe alemán. Acompañan al matrimonio dos amigos, un hombre y una mujer, y en tierra les recibe Fernando Díaz de Bustamante, un viejo amigo, y su cicerone por tierras extremeñas. No hay ningún dispositivo especial esperándoles, sólo el personal de seguridad del aeropuerto... y el fotógrafo del este diario. El grupo se sube en dos coches, un Mercedes y un Toyota 4x4 gris oscuro y azul marino, y se dirige a la finca 'Las Golondrinas', en la localidad cacereña de Torremocha. Allí pasarán este fin de semana, invitados por la familia Díaz de Bustamante.

Destino de los Grimaldi

No es la primera vez que la familia Grimaldi visita este lugar, ya que cada otoño era cita obligada para el príncipe Rainiero, quien desde 1975, año en que pisó por primera vez la región acompañado de su esposa Grace Kelly, acudía a esta finca de 17.000 hectáreas de coto para cazar perdices. Incluso en 1999 -año en el que, por cierto, se casaron Carolina y Ernesto-, después de haber pasado unos días en la región y antes de regresar a Mónaco, la familia quiso tener un detalle y cada uno de sus miembros plantó una encina, símbolo de la región.

La belleza de estos parajes de dehesa se quedó grabada en la retina de la otrora rebelde e independiente princesa monegasca. A pesar de la muerte de su padre, ella sigue siendo fiel a Extremadura, donde ha pasado agradables y tranquilos momentos, y regresa aquí casi todos los años, algunos de los cuales ha estado acompañada por sus hijos. Aunque es una experta cazadora y lo ha demostrado en las ocasiones en las que ha visitado la finca 'Las Golondrinas', Carolina de Mónaco y Ernesto de Hannover no vienen este fin de semana a cazar como en otras ocasiones, sino a descansar y a disfrutar del campo, según confirma Díaz de Bustamante, encargado de gestionar la finca y anfitrión de tan ilustres huéspedes.

Aunque urbana y cosmopolita, a la reina del papel cuché -sigue demostrando que es merecedora de este calificativo cada vez que aparece en una fiesta, donde se convierte en protagonista indiscutible, a la que ni siquiera eclipsa la radiante belleza de su hija Carlota, tan parecida a ella- le gusta estar en contacto con la naturaleza. Ya en una ocasión decidió retirarse de la ajetreada vida social monegasca y se refugió con sus hijos en la Proveza francesa. Ahora viaja al campo siempre que puede y quiere pasar unos tranquilos días en Extremadura, tierra que le trae gratos recuerdos de momentos pasados junto a su familia.

Los Palacios

Importante propiedad rústica de cerca de 500 hectáreas de extensión que forma parte del cotizado y exclusivo Coto de Santa Cristina, de más de 6000 hectáreas, dehesa destinada fundamentalmente a la caza menor de la perdiz roja endémica de esta zona, la paloma, la tórtola, el zorzal, la liebre, el faisán y algunas aves acuáticas. Asimismo constituye un destacado coto de caza mayor con la presencia abundante principalmente de jabalíes, venados, corzos y gamos.

La propiedad de la finca está repartida en proindiviso entre dos distinguidas familias de la oligarquía agraria cacereña, los López-Montenegro, terratenientes procedentes de Cáceres y los Bonilla, grandes propietarios rurales originarios de Torremocha, el coto de gran valor ecológico está alquilado a Fernando Díaz de Bustamante, quien explota el Coto de Santa Cristina, al que acuden ilustres escopetas de la talla de los Príncipes de Mónaco y de Hannover, el financiero Juan Abelló, Su Majestad el Rey Juan Carlos I, la Reina Margarita de Dinamarca, los Príncipes de Holanda así como otros destacados miembros de la realeza y de la nobleza europea y representantes del mundo empresarial y de las altas finanzas.

Dehesa de La Mingajila

Importante propiedad rústica de cerca de 1000 hectáreas de extensión, que forma parte del cotizado y exclusivo Coto de Santa Cristina, de más de 6000 hectáreas, dehesa destinada fundamentalmente a la caza menor de la perdiz roja, endémica de esta zona, la paloma, la tórtola, el zorzal, la liebre, el faisán y algunas aves acuáticas. Asimismo constituye un destacado coto de caza mayor con la presencia abundante principalmente de jabalíes, venados, corzos y gamos.

Es de destacar en la finca las Casas de La Mingajila de Ulloa, erigidas por su anterior propietario, el ilustre prócer cacereño don Gonzalo López-Montenegro y Carvajal , quién vendió la propiedad de la finca a dos acaudaladas familias de terratenientes procedentes de la vecina Villa de Torremocha, los Cáceres y los Bonilla, que tienen la propiedad alquilada a Fernando Díaz de Bustamante y Quijano, responsable de gestionar el Coto de Santa Cristina, al que acuden ilustres escopetas de la talla de los Príncipes de Mónaco y de Hannover, el financiero Juan Abelló, Su Majestad el Rey Juan Carlos I, la Reina Margarita II de Dinamarca, los Príncipes de Holanda además de otros destacados miembros de la realeza y de la nobleza europea así como representantes del mundo empresarial y de las altas finanzas.

09/07/1976 - ABC SEVILLA (Sevilla) - Página 36
ABC. VIERNES 9 DE JULIO DE 1976. EDICIÓN DE ANDALUCÍA. PAGÍNA 22 ECOS DE SOCIEDAD BODA DÍAZ D E BUSTAMANTE ULLOA- -DÍAZ D 12 BUSTAMANTE LOBING Se ha celebrado en la capilla de Nuestra Señora de la Paz, de La Moraleja (Madrid) la boda de la señorita María Díaz de Bustamante Loring con don Fernando Díaz de Bustamante Ulloa. Fueron padrinos de la ceremonia la hermana del novio doña Pilar Díaz de Bustamante Ulloa, condesa de Mires, y el padre de la novia, don Felipe Díaz de Bustamante y Conrado. Portaban

14/01/2003
La finca del empresario ganadero cacereño Fernando Díaz de Bustamante ha vuelto a ser el lugar elegido por la nobleza para la caza de perdices. En esta ocasión, los Reyes de Dinamarca, el príncipe Henrik de Monpezat y la reina Margarita, disfrutan desde la noche del lunes de varios días de descanso en el coto Santa Cristina, un auténtico paraíso cinegético de más de 500 hectáreas, propiedad del conde de Trespalacios y que coordina Bustamante, hijo del que fuera alcalde de Cáceres, Alfonso Díaz de Bustamante y Quijano, entre los años 1963 y 1977.
A la presencia de los monarcas se une la del empresario Juan Abelló, uno de los hombres más influyentes de este país, que también permanecerá hasta mañana en la finca, situada a escasos kilómetros de Torremocha y a 20 de la capital cacereña. El que fuera presidente de Airtel, es un gran aficionado al arte, las finanzas, las nuevas tecnologías y, sobre todo, la caza, un deporte que ahora ha tenido oportunidad de practicar. Abelló, que también tiene una finca en Siruela, en plena Siberia extremeña, pasó gran parte de la mañana con Bustamante, según confirmó este diario.
La jornada de caza se dividió ayer en dos grandes grupos. El principal estuvo en Aguas de Verano, una de las fincas del coto. Allí cazó la realeza, el empresario Abelló y el propio Fernando Bustamante. La segunda expedición estaba formado por ejecutivos y responsables de la empresa Arroz SOS, que cazaron en las inmediaciones del municipio de Santa Marta de Magasca, en unos terrenos del mismo coto.
PARA LOS GRANDES
Los invitados de Bustamante se alojan, como es habitual, en Las Golondrinas, otra de las fincas anejas del coto, donde se encuentra el cortijo, restaurado por el ganadero cacereño y convertido en casa-palacio. Esta residencia de cazadores ha sido durante los últimos años el cuartel general de la nobleza europea.
El pasado mes de octubre, la princesa Carolina de Mónaco, y su esposo, el príncipe Ernesto de Hannover, acompañados por varios de sus hijos, visitaron precisamente el coto Santa Cristina. Como ya es tradicional, la familia monegasca visita Cáceres, al menos una vez al año, para practicar la caza menor.
En la finca también se ha podido ver en alguna ocasión al rey Juan Carlos así como a miembros del ejército de Estados Unidos.

Lo que tiene que hacer este seÑor es pagar y los concejales y alcalde si no lo paga el que lo pagen ellos y no se gasten el dinero en comidas y tlf golfos

Que vergüenza de tio el "Busta" hay que hacer público lo que está haciendo con unos humildes agricultores de valdaracete, que lo sepa todo el mundo pero son peores son los consentidores que tomen medidas judiciales ya.