Moraleja de Enmedio - Madrid

Tic tac, tic tac, tic tac, tic tac,

Da pena ver, como te han dejado tirado, aquellas personas a las que tú.....ayudaste alguna vez, Sr Granados aunque no siento ninguna simpatía por tí reconozco que se ha perdido hasta el honor entre.........los...........

Estoi de acuerdo contigo. Doña Esperanza Aguirre, la patrona de todos estos señores, ahora se nos presenta como "Inmaculada". O estaba al tanto de todas las tramas y era la"Patrona", o no se enteraba de lo que hacían en sus propias narices. En ambos casos estaría inhabilitada para cualquier cargo público, o por TONTA o por MANGANTE, pero ahí la tenemos tan pancha como si lo sucedido no fuera con ella, y puede que hasta gane las elecciones a la Alcaldía de Madrid. "Cosas veredes Sancho"

Alguien dijo alguna vez en Francia, "me refiero a los cruzados".Las piedras hablarán "se refería a las catedrales". Pues bién yo digo ahora;
"si los ladrillos hablaran.....", pienso que algún dia se sabrán historias, que desgraciadamente hoy no se pueden sacar a la luz, pero que algún dia se sabrán.
UN SALUDO.

El tiempo entierra mentiras. La condición natural del Hombre tiende a borrar lo malo o, por lo menos a atenuarlo. Ver a todos estos gañanes haciendo alarde que quién ha robado menos o despegándose de siglas y compañeros, antaño del alma, es cuanto menos vomitivo.
Y aquí andamos los ciudadanos, observando atónitos la estupidez política que nos ha tocado vivir. Cómo unos llaman a la revolución, dando un paso atrás cuando les sacan su pasado o arrodillándose para lograr pactos; y otros, los de siempre dando la vuelta a la misma manzana podrida, para ver el lado sano.
Lo peor de todo, no son estos chorizos de categoría laboral, que por lo menos viven de esta teatralidad, sino toda esa amalgama social que les sigue, aún perdonándoles cosas que no perdonarían a su propia familia. Toda esta masa borreguil, que vota ciegamente a unos y otros, sin juzgarles por aquello por lo que fueron elegidos, que es simplemente servirnos, hacernos la vida más fácil y gestionar el dinero público.
Y aún y con esas, algunos parecen perdonarnos la vida...