Soneto Para María Dolores Menéndez López Soneto II Un ángel vi de niño en la mirada De aquella anciana dulce y cariñosa, Más bella que la aurora perezosa Cuando apagó su voz de madrugada. En su cabello blanco la nevada Hirió el color luciente de la rosa, Y el pardo de sus ojos hizo hermosa De su mirar la luz, alma hechizada. De niño vi en su rostro la dulzura De aquella vieja a la que, agradecido, Besaba con amor en la mejilla. Su voz hablaba llena de ternura, Amable siempre, en tono suspendido, Mostrando, con amor, su alma sencilla. 2005 © José Ramón Muñiz ÁlvareZ: “Los arqueros del alba” |