Colonia de el Angel - Madrid

Tan distantes tú y yo, y sin embargo...

No tiene mejor aliado el silencio que nuestras almas unidas en un abrazo sincero, ni mácula la inducida noche que distraiga a nuestros ojos cuando hacemos una las dos bocas para compartir un beso. No hay fuego que nos queme más y a su vez más deseemos que el que iradian nuestros cuerpos en un onírico encuentro encendidos de deseo.

Por eso pierde cuidado, amor, ya nuestro amor es eterno. No se define en el tiempo ni está sujeto al espacio; no precisa de exclusivas, juramentos ni contratos.

Nos amábamos ya sin conocernos, y cuando lo hicimos nos enamoramos, y nos amaremos siempre porque nos entregamos en sueños. Durmiendo nos sentimos libres y en libertad nos queremos, siendo fieles con nosotros, sin engaños; yo te sueño, tú me sueñas, nos soñamos.

Tan distantes tú y yo, y sin embargo...



JUANMAROMO

LUNA BAJA

Junto a mis pensamientos paseo ocioso por el camino de Umbrete, entre naranjos y olivos, envuelto por la perfumada soledad de los campos de cultivo. Cae la tarde.
De la espesura lineal de los olivares sombríos, brotan voces indefinidas de agricultores invisibles que apuran las últimas luces mientras se extingue en un rescoldo anaranjado el crepúsculo, sobre el que brilla impasible el lucero de la tarde.

El cielo, huérfano de nubes, se ha vestido con rasos degradados azules y malvas; se diría que un arco iris de dimensiones galácticas cubriese Andalucía, y sobre poniente se vislumbrara el borde de la última división del espectro amarillo, frontera de gigantescos arcos que en ordenada sucesión de matices azulados y cian abrazan la cúpula celeste.

De repente, como nacido de un cuento oriental o una fantasía selenita, un imprevisto amanecer de oro y vainilla rompe la oscuridad y corona a la luna reina de la noche; protagonista oronda, plena y amarilla que acompaña mi regreso por la Cañada Real.
Yo juego con la luna baja guiñando alternativamente mis ojos –que la miran– obligándola a saltar entre las ramas altas de los preñados naranjos; o hago a mi capricho de ella pompa de jabón marsellés y miel que flotara entre los cosechados olivos de manzanilla; o...ingrávida torta de azúcar y anís que iluminara el campanario de Santa María en Sanlúcar; o...

La luna...¿Cuántos ojos en este instante te miran? ¿Cuántas almas en la distancia por la mirada sobre ti unidas?
La luna llena, dorada y renacida, parece que al sentirse por tántos observada se turbara con un rubor de velos de marfil, que abandona pausadamente en una majestuosa ascensión que le devuelve su blanca palidez.
La luna...



JUANMAROMO

M Ú S I C A

Carne y música, música y carne...
Tú conoces desde siempre, amor,
el íntimo secreto que excita mi geometría variable.
Modificas a tu antojo con acordes de tus labios
el ángulo cóncavo de mi deseo
para transformarlo en obtuso y delirante.
Coordenadas angulares y firmes son tus pechos,
tus caderas cajas rítmicas y trepidantes,
volúmenes subyugantes de mi anhelo
por llegar a ti, siempre insaciable.
Me tomas y punteas con tu boca
en el mástil vivo de mi empeño.
Me haces con tu vientre uno
para interpretar in crescendo
la melodía sutil de húmedos arpegios
que nos hace libres, y por un instante, eternos.

Dime que soy un loco y te dare las gracias por acordarte de mi en cambio sino me dices nada estare en un lago de incertidumbre preguntandome si aun me recuerdas. Visto un león, están vistos todos, pero visto un hombre, sólo está visto uno, y además mal conocido.
cha0,