Cadalso de los Vidrios - Madrid

Saludos a todos… navegando y como siempre buscando cosas de nuestro pueblo he encontrado unas cuantas fotos que pienso os pueden interesar.. tal vez ya habréis visitado esta pagina ya que se trata del Archivo Fotográfico de la Comunidad de Madrid, pero para aquellos que no hayáis podido disfrutar de ellas os copio el enlace … pienso que realmente merece la pena echarlas un vistazo, además a algunos de los habituales del foro os sonaran, y mucho, algunas caras. Un abrazo.

https://ww.archivofotograficodemadrid.com/web/galeria/index.php?filtro_mapa=1&localidades=1&datos=Cadalso%20de%20los%20Vidrios

Bellas fotos, bellos recuerdos. Tantas esperanzas e ilusiones de rramadas por esos ojos felices, expectantes... esperando una vida futura llena de triunfos. Esas imágenes de nuestras mujeres y hombres, muchos de ellos ya desaparecidos... Esos niños, la mayoría con caritas tristes, con miradas temerosas de lo que podía pasarles si miraban mucho tiempo a la cámara de fotos. El padre de Manolo, lleno de vida, que cada día que retorno a Cadalso sigo encontrándole en la parada del "Gato", como si aún abrigara la esperanza de que llegará alguien para devolverle aquellos maravillosos años. Los "amigos de la plaza", siempre juntos, siempre unidos desde entonces, siempre sonriendo. Los pies de fotos tan descriptivos y elocuentes de Manolo. Él, que una vez habló de mi época de portero en el Cadalso con mucho cariño y que ahora tiene una hija tocaya de la mía. Perico, poseedor de la mejor y más amorosa colección de fotos cadalseñas. Balta, con su balón que acarició posteriormente con una técnica primorosa, con su sensibilidad impactándole de lleno sobre su rostro que es el mismo que el de su hijo. Vicente siempre tan bueno y responsable... y algunos otros que sólo vuelven de cuando en vez o no vuelven, rotos por la vida y sus memorias. Esos carros, esos burros, esas calles... que yo perseguí, que yo monté, que yo recorrí... Nuestra peña Muñana, nuestro día del Cristo, aquella nuestra palza de toros de tablones, que era la misma que instalaban en Cenicientos a la que me llevaba mi padre debajo del tablado, con mis pantaloncitos cortos y un martillo de caramelo rojo intenso en la mano; desde alli abajo divisaba el miedo de los torerillos y sus vestidos toreros sin luz, recamados de angustias y de esperanzas en un triunfo que casi nunca les llegó: "Héroes del hambre y del miedo, algunos perdieron su vida y todos su juventud en el intento de encontrar la gloria"
Me embarga la pena, la tristeza y la melancolía cuando veo fotos antiguas. Por eso desde hace tiempo procuro no mirarlas, no buscarlas por los rincones de mi casa o de mi memoria de antaño, porque me entran ganas de llorar, porque me emociono como me está pasando en este preciso instante. Teníamos tan pocas cosas que me parece que solo teníamos vida, un pequeño tesoro de futuro y mucho entusiasmo. Casi todo lo que echamos en falta ahora. Yo, como Miguel Hernández, no perdono a esta vida desatenta que nos va matando poco a poco, que nos metaboliza en seres insensibles y egoistas. Rotos por la falta de amor y caricias.
Mi pueblo siempre me es fiel, me espera, llora y sonríe conmigo. Me cobijará definitivamente cuando de mí sólo quede algún recuerdo o alguna foto como éstas en las que nadie ya me reconocerá. Pero por este mismo cielo azul cadalseño seguirán pasando estas mismas nubes blancas; el mar batirá su mismo rumor en la playa dorada y enamorada de mi adolescencia; habrá un perfumado día de primavera y otro desolado de otoño; florecerán unas flores nuevas en el jarrón; la ligera brisa del amanecer estremecerá a los enamorados; los felices descubrirán que la risa es el perfume de la emoción y las lágrimas su sabor; las mariposas brillantes y multicolores continuarán danzando en este mismo rayo de sol y, sin embargo, nadie ya sabrá de nosotros. Aquí, en Cadalso, otros hombres y mujeres tejerán sus ensueños, el resplandor de sus hermosas promesas seguirá incendiando el horizonte, acariciarán sus ilusiones, endurecerán su ánimo de lucha, seguirán amando y sonriendo, olvidarán y perdonarán. Pero yo ya no estaré aquí...

Emocionante el documento gráfico pero, la verdad, unido a los comentarios , el alma sobre la mesa, que nos regalas desde tu sabrosísima pluma, nos hacen reflexionar sobre los verdaderos valores que, por fortuna, gente como tú nos enseña a perseverar.
Un saludo y todo mi agradecimiento

Menudo hallazgo "forastero", el sabor de la inocemcia expresada en esa manera de mirar a la camara, la ilusión reflejada en esa sonrisa entre tímida y esperanzada y, sobretodo, la felicidad por la inmortalidad del documento, todo un lujo entonces, de la alquimia fotográfica y su mágico y misterioso aúrea.
Por otro lado, el impagable valor de recordar a personas y personajes, habituales de nuestra infancia, algunos, caso de Eugenio "Bulé",trágicamente desaparecidos en aquel "holocausto" que fué el 11-M.
Muchas gracias y un saludo.