Cadalso de los Vidrios - Madrid

Hola a todos: Si el escrito adjunto no es de vuestro agrado por las circunstancias que sea, ya que es algo largo; lo mandáis a la papelera sin problemas.Saludos.

UN AÑO MÁS O MENOS… SEGÚN SE MIRE
(CRÓNICA DE LAS FIESTAS Y FERIA TAURINA DE CADALSO-05)

Este año cumplía la Peña Muñana 30 salidas a nuestras queridas Fiestas, ¡cuántos recuerdos y emociones! Y es que La Muñana es un estado de ánimo, un sentimiento colectivo que convive, que camina con uno para siempre. Por eso, un atardecer cautivador repartimos el ramo de la Miss Muñana 2.005 entre los Muñaneros fundadores que ya no están con nosotros. Mi madre, paciente y sigilosa, nos fue mostrando dónde reposaba cada uno de ellos. En soledad, con un silencio ensordecedor y atenazados por la emoción, fuimos depositando unas flores frescas y tristes en sus lugares de descanso. Sucedió hace treinta años y entonces ellos estaban conmigo. Enhorabuena a Paco Hernández por todo el cariño, trabajo y abnegación que puso -y sigue y seguirá poniendo- para que La Muñana continúe siendo nuestra referencia festiva y humana más apreciada. El día de La Pólvora, contra viento y marea, tuvimos unos fuegos artificiales muy bonitos y llamativos, hubiera sido una pena que se rompiera esa tradición tan arraigada debido a la nueva normativa para prevenir incendios forestales. El día del Cristo amaneció (a muchos les amaneció…) un día soleado y esplendido. A la hora del aperitivo me encontré en medio del sentimiento con José “Peque”, nos fundimos en un saludo conmovedor. Ese encuentro marcó para mí todas las Fiestas, raro que es uno. Después como es tradición, tomamos cañas los hermanos y nuestras mujeres. El pequeño, Jose, nos sorprendió gratamente con un regalo magnífico: Un Quijote que es una joya por dentro y por fuera. Cuenta con ilustraciones de Gustavo Doré que por si solas te encaraman sobre la cabalgadura de la imaginación y te guían en pos de Dulcinea y la vida enamorada; está artísticamente forrado en piel en un color marrón elegante que es un homenaje al buen gusto, ese color te atrae visualmente primero y te relaja mentalmente después; su papel suave invita a la caricia furtiva. ¡Qué manera tan inolvidable de comenzar nuestras Fiestas!

Por la tarde La Muñana se encaminó, con un tiempo magnífico y mejor ambiente, a la plaza de toros que apareció cubierta en la mitad de su aforo. Las tablas del callejón se han pintado y adornado con diferentes hierros de ganaderías, incluidas las que pastaban en nuestro término municipal, bonito detalle. Algunos otros pormenores se echan en falta: la tabla que en todas las plazas se muestra al público con los datos del animal que se va a lidiar; poner en la ficha que se reparte cada tarde el nombre de los picadores y banderilleros para facilitar su identificación; nombrar a un alguacilillo que coordine y transmita las órdenes de la Presidencia a los lidiadores, y que entregue a los matadores los trofeos concedidos así como encabezar el paseíllo, ya que este año parecía que la señal para iniciar el despeje de plaza era la aparición en la arena del fotógrafo. En fin, son detalles nada costosos que dicen mucho en cuanto a la organización y seriedad del espectáculo y la plaza. Y una pregunta: ¿porqué cada año las entradas sueltas son en comparación las más caras de la zona?

El cartel del 14-09-05 lo componían novillos de El Casillón, antes “Sotillo Gutiérrez”, que hasta no hace mucho pacían en Cadalso, para los novilleros Marco Antonio Gómez, palmas y oreja; Sergio Serrano, oreja y oreja y Daniel Luque, palmas y dos orejas. Los novillos han perdido su procedencia santacolomeña en “beneficio” de la casta Domecq, más atractiva para los toreros pero, se me antoja, menos para el aficionado. Novillada parada, sosa, noblota y dócil; buscando tablas y sin transmisión, componentes éstos que suelen caracterizar a esta procedencia (bien es verdad que también existen excepciones, léase Fuente Ymbro y El Ventorrillo). Bonitos de presencia, flojos y bajos en su conjunto, resultaron más manejables los dos primeros y el sexto derribó. Los novilleros gozaron de la magnanimidad de la Presidencia, ejercida por nuestro alcalde, Tomás Sánchez, y el corte de trofeos dista mucho de ser orientativo sobre lo que realmente ocurrió en el ruedo. M. A. Gómez encabeza el escalafón de novilleros pero a tenor de lo desarrollado esta tarde no se explica muy bien su posición. Sus compañeros estaban menos placeados pero tampoco dejaron una huella que nos haga abrigar muchas esperanzas cara al futuro. Y es que me da la impresión que la torería andante actual cuida mucho las formas externas (coche, vestuario, maneras seudo artísticas, poses, ventajas…) pero poco las lidiadoras (naturalidad, dominio, técnica, distancias, terrenos…) Será la falta de costumbre de no encontrarse con un animal encastado que antes que nada obliga a dominarle para luego intentar crear arte con él. Pero bueno, así están las cosas y uno ya está aburrido, cansado, desganado y ya no tiene edad para esperar mucho del devenir taurino. Allá ellos… En la noche serena de la Corredera tomábamos copas en la terraza de Chefi los hombres: Joaquín “Piquillo”, Juanito “Carabaña”, Angel, Pablo, Juan… y alguna que otra determinación las mujeres: Paloma, Luisa, Vero… De repente un sonido lejano, musical y embriagador, nos dejó perplejos y agudizando el oído. Al poco, apareció una riada humana multicolor de los que destacaba el rojo de la Peña Los Colegas. Bailan una danza llamada “capoeira” que al parecer procede de un ancestral movimiento autodefensivo de los esclavos, la interpreta un grupo entusiasta de samba brasileño. Su ritmo era contagioso y frenético, entre alegrías y sonrisas nos integramos inmediatamente a esa procesión y el alba -poco a poco y sin prisas- se encargó de delatar nuestra sinfonía interior.

Siento calma y sosiego según me dirijo a la plaza la jornada del 15-09-05, la culpable es la Unión Musical de Cadalso que pone una hermosa nota de sensibilidad a mi orfandad caminante. Buen tiempo y media entrada en los tendidos y otra media en otros sitios. Se corrieron novillos de “Bucaré”, procedencia santacolomeña de Buendía. Novillada encastada aunque desigualmente presentada, noble pero con sentido y con la boca cerrada, no se cayó ni flojeó. El primero derrotó en tablas y recibió un puyazo demoledor, cortaba por el izquierdo y se encampanaba desafiante en el centro. El segundo, recortado y cómodo de pitones, tomó una vara larga sin entregarse, buscaba por el izquierdo. El Tercero corto, degollado de papada, escarbó y recibió un puyazo inmisericorde en la columna. Se creció y fue a más en la muleta, esta es una característica de los toros bravos, se le ovacionó en el arrastre. En mi humilde opinión resultó el novillo de mejor juego de la Feria 2.005, se llamaba “Aceituno”, número 54, cárdeno y nació en Diciembre de 2.001. El cuarto abecerrado y cómodo de cuerna, repitió en la muleta. El quinto, bueno, “cara de rata”, lucero y con apariencia de pérdida de sustancia córnea, embistió al caballo de largo y le picaron en el brazuelo, humilló y desarrolló nobleza en la muleta. El sexto cornicorto y brocho fue de largo al caballo y le picaron arriba pero trasero, se paró, no humilló y por el izquierdo “cazaba moscas”. Capitulo aparte merece lo rematadamente mal que se picó, salvo excepciones, a todos los bureles de ésta y de todas las ferias, ¿es que no hay una escuela o algo similar donde se les enseñe el oficio a los picadores actuales? Ya sabéis, todo eso de citar de frente, saber montar a caballo, usar con destreza la mano izquierda, no tapar la salida ni hacer la carioca (salvo a los toros mansos), picar arriba sin barrenar, no señalar varios puyazos en uno… Lidiaron la novillada Javier Bernal, silencio tras aviso y palmas tras aviso; Alejandro Morilla, silencio y ovación y Raúl Martí, oreja y ovación. Javier Bernal evidenció su verde bisoñez, codilleaba y, lógico, se echaba los novillos encima; de la suerte de matar… mejor no hablar ni de él ni de la mayoría de actuantes en cualquier tarde o plaza (¿otra escuela para que enseñen a matar?) Alejandro Morilla estuvo bien en su primero con el capote, con la muleta no se cruzó, descargó la suerte, se despatarró en exceso y se puso al hilo del pitón. Recetó una buena estocada a su segundo que considero en mi ignorancia la mejor de la Feria; destacó lidiando a este quinto “El Javi”. Raúl Martí en su primero cortó una oreja por una faena compuesta; se cruzó ante su segundo adelantándole bien la muleta en la media distancia que era la idónea, les anda toreramente a los novillos con los pies atornillados a la arena; lo mató de sendas estocadas traseras, es un torero que habrá que volver a ver para comprobar su evolución.

La tarde del 16-09-05, con cielo encapotado y parecida entrada de público a las anteriores, se corrieron novillos de Sánchez Ibargüen que sustituían, por razón de la enfermedad de la “lengua azul”, a la anunciada de Dolores Aguirre. Novillada muy bien presentada, grande, seria, astifina, encastadísima, con mucho que lidiar y que pedía tener vigente el carnet de torero. Fueron muy castigados en varas y algunos llegaron por esa causa al último tercio muy parados y a la defensiva. El primero grande, carifosco, recibió un puyazo carnicero repuchándose, flojeó pero resultó noble en la muleta, murió con la boca cerrada. El segundo muy bien presentado y astifino, tomó al relance un puyazo largo y acabó con la cabeza alta. El tercero largo, grande y noble, recibió una buena vara y cumplió en la muleta. El cuarto “colorao”, echó las patas por delante en el capote, va dos veces al caballo y en la primera soportó codicioso una vara eterna, recorriendo media plaza empujando con la cara abajo y metiendo los riñones, esperó en banderillas, su matador no pudo con él y escuchó los tres avisos. El quinto también “colorao”, grande y astifino, tomó dos puyazos que le mermaron las fuerzas y se paró. El sexto voluminoso y playero, derribó al picador estrepitosamente en el primer encuentro con fijeza y poder, en el segundo ya le dieron para ir pasando, se hizo el dueño en banderillas y acabó paradísimo por el mucho castigo recibido. Sus matadores demasiado hicieron con salir por su propio pie. La práctica totalidad del escalafón superior habría pasado tantas fatiguitas –o quizá más- que: Alejandro Rodríguez, silencio y silencio tras los tres avisos; Vicente Prades, silencio tras aviso y silencio y Ambel Posada, dos orejas y ovación. Alejandro Rodríguez cumplió con el capote en su primero pero estuvo por debajo del novillo en la faena de muleta, siempre al hilo del pitón, “pajareando” y sin recursos; no pudo con la fuerza desmedida del cuarto que le hizo pasar un mal trago hasta escuchar los tres avisos; se requería mucha experiencia y recursos que no estaban al alcance de su corto bagaje; sobresalió en la brega del primero “Josele”. Vicente Prades también se encontró desbordado por la casta de sus oponentes, supongo que, como sus compañeros, no está familiarizado con estos inconvenientes que necesitan mucha técnica y oficio para resolverlos. Ambel Posada cumplió con el capote y en algunos lances al sexto se “sintió”; en la faena al tercero, el más potable de la novillada junto al primero, estuvo intermitente ya que a unas series de muletazos buenas sucedían otras de efectismo y ventajistas, pero eso sí, siempre valiente y digno, mató a su oponente de una estocada caída y le concedieron dos benévolas orejas; con el sexto, aplomadísimo, se tapó usando de recursos para la galería. Al acabar yo no sabía qué pensar. Estos animales necesitan mucho oficio y saber hacer para poderles, éste se adquiere con un rodaje y aprendizaje adecuados que ha ser paulatino para ir superando etapas progresivamente. La técnica es la manera de aplicar el oficio que se aprende toreando. Les echaron una novillada que era para alcanzar una Licenciatura sin tener en cuenta que ellos aún andan en la E.S.O. El mundo al revés, como tantas cosas en esta sociedad… A la salida de la novillada la alegría era desbordante: Las Cadalseñas, Los Demás, Los Colegas y La Muñana desfilaban eufóricas y felices acompañadas por nativos y foráneos, pero lo que realmente llama la atención de la gente es como los niños más pequeños ya tienen incrustado en el alma el espíritu festivo cadalseño. Hay cantera, tenemos asegurado el futuro… Un dato: a las 20,30h. en pleno recorrido de las Peñas, comienza a caer agua “a cantaros”. No importa, todo sigue su espiral de alegría y euforia. Y aunque no hubo más remedio que suspender el baile en La Corredera, los brasileños con su “capoeira” y con ellos una legión de seguidores hicieron posible que no faltara nuestra diaria ración de jolgorio. ¡Felicidades “Colegas”!

La tarde del 17-09-05, es una de las más frías que yo recuerde por estas fechas. Miguel subió a casa para procurarnos ropa de abrigo y me trajo una camisa de manga corta… No le importa el frío –ni el calor- a mi hermano Justo que se esmera, un día más, en la preparación de unos bocadillos exquisitos y pantagruélicos. En mi interesada opinión creo que deben ser de difícil superación para el común de los mortales, los acompaña con unas cervezas que previamente pone ceremoniosamente a punto en una neverita portátil llena de hielo, paciencia y afectos varios. Estamos los dos en el tendido de sol, tal que a mano izquierda de La Muñana, según miras desde la sombra, de hito en hito hablamos de cosas intrascendentes junto a toros, toreros, pájaros, veterinarios (“Mocito”), bocadillos y cervezas… Cuando pasan unos días y llega el otoño, me doy cuenta de que fui feliz con sólo un bocadillo entre mis manos y la mirada perdida sobre la arena, mientras Paloma me esperaba con su sonrisa encantadora a la salida de los toros y a la entrada del cariño. Estoy por asegurar que si el tiempo hubiera acompañado el sábado la plaza casi se hubiera llenado (4.100 localidades), tal era la expectación que existía por ver al rejoneador local Mariano Rojo. Se anunció una novillada impresentable por su pequeñez y poco cuajo de Quintas Parras, al cabo acabaron rajados y buscando tablas porque era demasiado el castigo para tan poco volumen, destacó el primero por su movilidad. La presentación de ésta contrastó con las lidiadas los días anteriores que, en líneas generales, lucían trapío y presencia. No entiendo a qué se debió ese “despiste” que echó un borrón innecesario a la Feria y precisamente en el último festejo que es el que se recuerda con más facilidad. Otra cosa que no entiendo es el hecho de que los rejoneadores puedan matar indistintamente toros y novillos. Hasta hace pocas temporadas no existía la alternativa, pero desde hace unos años, al socaire del “boom” Hermoso de Mendoza, ya se otorgan igual que a los matadores de a pie, pero la situación sigue sin cambiar en lo referente a matar toros y novillos. Ves a rejoneadores que llevan años rejoneando, incluso con la alternativa confirmada en Madrid, y van y se anuncian en novilladas de rejones. ¿Existe alguna explicación a semejante contradicción?. Vayamos al cartel de esta tarde en el que se anunciaron, con los mencionados impresentables novillos, Raúl Martín Burgos, oreja y ovación; Diego Ventura, dos orejas y oreja y Mariano Rojo, oreja y oreja. Martín Burgos estuvo con su primero muy espectacular, sobre todo en sus pares de banderillas a dos manos, aunque algo acelerado por sus nobles deseos de agradar a la concurrencia, a la postre este primer semoviente resultó el más potable del encierro, ciertamente la gente se divirtió con la actuación de este rejoneador que perdió algún trofeo de su segundo por su fallo con el rejón de muerte. Diego Ventura me sorprendió gratamente, tiene una cuadra con muy buena doma y es uno de los caballeros al que he visto rejonear con más temple, técnica y cercanía a los astados, se le augura un buen porvenir. Nos encontramos con Ventura a las 2,00h. de la madrugada, mientras disfrutaba (nosotros también, la verdad) de la noche festiva cadalseña junto a mi hermano Jose, y eso que rejoneaba al día siguiente en Guadalajara (1 oreja). Los toreros antiguos acostumbraban a celebrar los triunfos con los aficionados locales. Nuestro Mariano Rojo lidió en tercer lugar un novillote aquerenciado en tablas y rajado, a fuerza de insistir y consentirle consiguió arrancarle una oreja; no obstante, me pareció que se encontraba muy nervioso debido a la responsabilidad de actuar en su pueblo y clavó de forma irregular; en el sexto –ya más tranquilo y por tanto, más seguro-, con un frío intensísimo que restó publico y atención al que quedaba, Mariano volvió por sus fueros y pudimos deleitarnos con los progresos evidentes que está consiguiendo: buena doma y por tanto dominio de los equinos; cita de frente para clavar al estribo; conocimiento de las distancias y terrenos más apropiados para lidiar; además de saber dosificar el castigo a sus enemigos, que no es hecho baladí. Puede decirse que progresa rápido y espero que esa evolución no se quiebre para que pueda pasear en triunfo el nombre de Cadalso por todo el orbe taurino. Ya me impresionó gratamente este verano tanto humana como profesionalmente. Veníamos Paloma y yo de Murcia -nos encantó- y pasamos por Guardamar del Segura (Alicante), hacía un calor sofocante y estaban en fiestas de moros, cristianos y… rejones. Vimos un cartel en el que se anunciaba Mariano Rojo, buscamos la bonita plaza portátil para verlo actuar bajo la arena del desierto que flotaba por doquier aquella tarde. Divisamos el camión con los caballos –“Da Vinci” está nervioso-les están enjaezando primorosamente: “Finca Las Erillas. Cadalso de los Vidrios”, reza rotulado en ambas puertas del camión. Ahí, en “Las Erillas”, jugábamos al fútbol de niños llenos de esperanzas, le digo a mi mujer… Tanto su padre como él se alegraron sinceramente de ver allí a cadalseños. Cortó cuatro orejas, pero más importante fue verle serio, seguro, sereno y su saber hacer a caballo ante los novillos. Se hizo de noche y con pegasos aleteando sobre la playa volvimos a Alicante. ¡Qué día tan inolvidable en “Las Erillas”!

Lunes 19-09-05, me levanto tarde como corresponde a las jornadas post-festivas. Mañana luminosa, apacible, que invita a sentarse ante el sol con los ojos cerrados y con la mente surcando parajes paradisíacos. Cadalso está en paz, sosegado, silencioso, queda poca gente que pasa tranquila por sus calles con la melancolía que deja las vivencias bellas grabada en sus rostros. Tomo la bici y me sumerjo un par de horas en la Naturaleza y en mi pequeña vida íntima. Regreso satisfecho: acabaron las Fiestas pero rebrotan de nuevo miles de sensaciones nuevas otoñales que me esperan pacientes para saborearlas. ¿Será esto la vida?