Alcarràs - Lleida

Doscientos africanos vagan por Cataluña dedicados a la ‘caza ilegal’ del caracol

Redacción - 25/06/2010

De la fruta al caracol. Esto es lo que les queda a alrededor de 200 temporeros de países africanos que llegaron a la provincia de Lérida a principios de este mes de junio en busca de dinero para sus familias, de una vida mejor en Europa trabajando en la temporada de la recogida de la fruta.

Sin embargo, desde hace una semana malviven en busca de un empleo que les ayude a ganar algo de dinero. Y la solución que han encontrado, aconsejados por algunos vecinos de los municipios leridanos de Alcarràs y Torres de Segre, es recoger de sol a sol uno de los manjares preferidos de la provincia: el caracol. Esta es la solución que les han dado hasta que se inicie la temporada de recogida de la fruta, que este año se ha retrasado quince días.

Moussa Kanouté, un joven de 26 años procedente de Senegal, trabaja desde las 6 de la mañana hasta las 7 de la tarde. “El empresario que aseguró que iba a contratarme para recoger fresas me ha comentado que me espere quince días y ahora la única solución que me queda para ganar algo de dinero y poder vivir es recoger caracoles porque me han comentado que aquí a la gente les gusta mucho”, comenta Kanouté a El Confidencial.

Trabajar es un verbo benevolente que nada tiene que ver con su realidad cotidiana: gana 20 euros si consigue reunir un saco con 20 kilogramos de caracoles, que vende en tiendas ilegales próximas a la carretera de estos municipios. Los vecinos se aprovechan de esta situación y compran los caracoles a los chicos africanos a un precio inferior de los comercios del mercado. Y ahí es donde viene el problema de los empresarios del caracol de la zona: que denuncian competencia desleal.

El sindicato agrario catalán Unió de Pagesos ha denunciado la precariedad en la situación personal y laboral en la que viven estos 200 temporeros africanos que llegaron a Cataluña para desempeñar un empleo concreto y que, “en estos momentos”, se encuentran “vagando por pueblos de Lérida sin protección social y sin garantías laborales a la espera de que los empresarios de la fruta les contraten”.

A estos problemas se suma el hecho de que numerosos temporeros argelinos y subsaharianos también vive en “condiciones infrahumanas” en naves industriales o hacinados en pisos. Según cálculos de los Mossos d'Esquadra, existen cerca de 250 inmigrantes africanos sin techo que, con o sin papeles, buscan trabajo en Lérida.

Para afrontar la situación, el Consell Comarcal del Segrià ya ha pedido a la Academia de Suboficiales de Talarn duchas móviles y lotes de comida. El subdelegado del Gobierno, José Angel Flores, cuestiona esta medida por el posible efecto llamada; prefiere dejar la ayuda humanitaria en manos de la Generalitat y las entidades sociales.

La responsabilidad de administración y empresarios

El mayor número de temporeros se concentra ahora en La Granja, Serós, Alfarràs y Alcarràs. En Alfarràs, unos 40 africanos se han instalado en unas viejas yeserías, mientras que en Alcarràs otros 40 malienses y senegaleses viven en tiendas de cartón y plástico en el camino del río. Para ganar algo de dinero, los de Mali recogen caracoles y los venden en las tiendas de la zona a tres euros, casi la mitad del precio de venta al público.

A la provincia de Lérida han llegado también 200 temporeros colombianos gracias a Unió de Pagesos, que traerá este año a 600, la mitad que el año pasado. Según la Conselleria de Treball, sus oficinas han recibido 130 ofertas de empleo que suman 472 contratos, 126 más que el año pasado. El próximo día 17 se intentará cerrar la negociación sobre el salario en el que la patronal plantea un incremento cero.

“Sea como sea, las condiciones de trabajo infrahumano a las que recurren los temporeros que no son contratados para recoger la fruta, cuando así se les había prometido, deben hacer reflexionar tanto a la Administración como a más de un empresario de la zona para evitar que ocurra alguna desgracia”, explica un portavoz del sindicato agrario.

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