Villalquite - Leon

Esto que vais a leer, lo he vivido en persona, y es verdad, aunque demuestres que no puedes asistir, no sirve para nada.



uelva usted cada día

JOAQUIM ROGLAN - 03/06/2006


El referéndum del Estatut ya ha servido para refrendar que, sea cual sea su resultado, la Administración pública continuará siendo prepotente e incompetente. Lo comprobaron ayer cientos de personas que hicieron horas de cola ante una oficina siniestra de la Junta Electoral. Eran seres con derechos humanos que recibieron una carta que les comunicaba que les toca ser presidentes o vocales en mesas electorales, les conminaba a serlo bajo pena de arresto mayor o pago de multa de entre 180 y 1.800 euros y les daba siete días de plazo para recurrir en persona, ya que no aceptan el fax, el correo certificado ni el correo electrónico.

Desmintiendo todas las promesas de una Catalunya más moderna que la del Estatut de 1979, el garito al presunto servicio de la comunidad se ubica en un zulo del tercer piso de un edificio de la calle Aragó, donde sólo había tres funcionarios y un conserje chulesco y vociferante. Suerte que una agente de la Guardia Urbana era cortés y paciente y todos los ciudadanos decían maravillas de ella. Si no, se hubiese montado un motín de Maragall como en Madrid se montó el de Esquilache.

Una anciana en silla de ruedas quería alegar que su estado le impide presidir mesa alguna, pero en el ascensor no cabía una silla de ruedas. Otra señora iba a comunicar, "por tercera vez en tres elecciones", que su hijo tiene síndrome de Down, "pero a la Junta Electoral aún no le consta". Por su parte, la doctora Núria presentó el billete de avión y la prueba de que el 18-J da una conferencia científica en Argentina, pero le pidieron "un certificado conforme en su hospital no hay otro empleado que pueda ir en su lugar".

Eduald Daltabuit, "cite mi nombre y apellido", alega sus enfermedades y su incapacidad laboral, pero le exigen más pruebas médicas. "Haga constar que no hay ni una silla para esperar sentado, ni una rampa para los discapacitados". Y un horario inflexible, el lunes, fiesta no laica de guardar, y un plazo que corre contra esos ciudadanos. "Llamen al 010 y les informarán", les decían para trabajar aún menos. Pero el 010 informa tarde, mal y pagando. Y Eduald que no abdica: "Esto es una desvergüenza y un insulto a la educación democrática. La Generalitat gasta millones en publicidad electoral y ni un euro en informar de qué hay que hacer para demostrar que no se puede estar en una mesa electoral".

Que conste que era una cola típica de país sin civilizar. Y que ningún Estatut defiende a esos ciudadanos ante la incompetencia y la prepotencia de la Junta Electoral y de la Generalitat. Dicen algunos spots que la Catalunya del nuevo Estatut no es la de 1979. Y es cierto. Porque si en el siglo XIX Larra criticó el "vuelva usted mañana", en el siglo XXI toca volver cada día y pagar con los impuestos a quienes se ocupan de complicar la vida.

Tienes razón, nanis. Y la tiene el articulista...
Pero deberíamos ser más listos los ciudadanos, y valernos de la misma Ley Electoral... pues en la misma ley está la trampa:
Dice el Artículo 27, punto 4:

Si posteriormente cualquiera de los designados estuviera en imposibilidad de acudir al desempeño de su cargo, debe comunicarlo a la Junta de Zona, al menos setenta y dos horas antes del acto al que debiera concurrir, aportando las justificaciones pertinentes. Si el impedimento sobreviene después de ese plazo, el aviso a la Junta habrá de realizarse de manera inmediata y, en todo caso, antes de la hora de constitución de la Mesa. En tales casos, la Junta comunica la sustitución al correspondiente suplente, si hay tiempo para hacerlo, y procede a nombrar a otro, si fuera preciso.

Habla de los motivos que impidan acudir a la Mesa Electoral, pasados los siete días esos que dice... Yo, sin ser abogado, no perdería tiempo con el "conserje amable" y los "funcionarios ineptos"... seten ta y tres horas antes llevaría el pertinente justificante... y ante hechos consumados, la Junta Electoral procederá a nombrar a otro...

No me hagas mucho caso...