Valduvieco - Leon

Recuerdos de infancia, 43. Marzo 2013
Estampas de mi pueblo.
Recuerdos vivos, tal cual quedaron grabados en la retina de un niño de 5 a 8 años, en los años 50 a 60.

Estampa número 8, reuniones de concejo, viejas tradiciones.

Recuerdo las reuniones de los hombres en la Casa Concejo, hoy desaparecida. Una casina pequeña, aislada de las demás, casi sin mobiliario. Tenía solo una bancada alrededor y una mesa junto a la única ventana situada al lado de la puerta. Desde lejos no se oían más que las voces. (En algún sitio he escrito que los argumentos se medían por decibelios…). Pero allí se debatían las “cosas del común”. Era una “democracia” que venía de lejos. Allí se hablaba de lindes, riegos, pastos, tributos, “cenderas”, … todo lo necesario para que un pueblo funcionase como comunidad.


Estampa número 9 y última.
Recuerdo el “Huertín” el día de Jueves Santo en el juego de bolos junto a la casa del Tío Isidro. La procesión del encuentro del día de Pascua en la plaza junto a la casa del tío Saturio. Las canciones que cantaban las mozas. Las calles engalanadas con ramos de chopo sobre las paredes y flores de tomillo por el suelo el día del Corpus. El ruido de los huesos sobre la caja de los muertos en los enterramientos en la tierra, el sonido de las campanas tocando a muerto… y el Santo Dios a las puertas de Timio a la salida del rosario. (¡ui! qué triste me está quedando esto…). Punto.

Final:
Yo ( y mi generación), he arado con arado romano.
He trillado con trillo de piedras, lascas, y “cagadero”.
He segado con hoz y guadaña.
He arrancado “titos”- muelas- y “tochos”-altramuces-.
He limpiado, aventado, con “bieldo”.
He “uncido” vacas a un yugo y a un carro.
He visto a los pastores con zamarras y zahones.
He visto pedir por lobo muerto.
He visto cavar fosas en la tierra para enterramientos.
He visto…
Las personas de mi edad, de los 60 a los 70, en Valduveico, pasamos del arado al tractor, del trillo a la cosechadora, casi sin intermedios.
(Los trillos venían de Cantalejo, Segovia, como la mayoría de los de Castilla y León).
Algunas de estas cosas que cuento ya nunca más se verán, ni volverán. Quedarán solo en la memoria y el recuerdo. Por eso las escribo. Las nuevas generaciones de nuestro pueblo tienen derecho a saber cómo fue la vida de sus antecesores. Ya me gustaría a mí poder leer crónicas de mi pueblo de los siglos XIII, XV, XVIII…
Saludos a todos los mondillos
A.A.F.