Bura, rey, te escabuché Es septiembre, el mes de recogida de las habas, y en las eras hay multitud de montones a secar; hacemos acopio de las que podemos y con éstas y una taba que tiramos por turnos..... -¿A cuántas ponemos? -A cuatro o cinco, es que somos tan pocas........ Se retrasan porque no han podido reunir muchas habas (no saben que nosotras, entre siesta –yo nunca duermo la siesta, aunque haya madrugado para ir a atropar los garbanzos que tiró la nube- que nosotras entre siesta hemos cogido las habas del propio montón de las eras, ¡si nos pilla el amo!). Y es que las habas para jugar, las conseguíamos después de haberlas recogido el dueño; rebuscábamos con mucha atención porque casi era imposible que a éste se le hubiera escapado alguna; por eso había que escarbar con la uña, ya que quedaban enterradas y poco visibles. Lo normal era que fuesen blancas o pintas, pero cuando aparecía una amarilla o morada o negra o brillante o......... diferente de las blancas y pintas, no queríamos deshacernos de ella hasta que nos “escabucharan” y no hubiese otro remedio. Comienza el juego; hemos puesto a cuatro, en total hay doce habas en la pona. Nos sentamos en círculo (si es posible hacer un círculo con sólo tres personas). Y tira la taba la primera: “Mete dos” no es mala jugada, las hay peores (mete siete, mete catorce, aunque es casi imposible que la taba caiga en esta posición). Llegan las otras compañeras, dos más que se incorporan al juego poniendo sus cuatro habas (son normalicas, más bien purriela algunas de ellas) es mi turno, me cambio de posición para sentarme sobre la otra nalga, estoy entumecida -¡REY!- exclamo jubilosa. -¡BURA!- responden, casi gritando. Me acomodo sobre el otro lado para volver a entumecerme no tardando (veo que mis compañeras van cambiando también de posición). Debo tirar de nuevo porque caer bura no es una posición definida. METE DOS: Se meten dos habas a la pona. SACA DOS: Se sacan dos habas de la pona METE CATORCE: Se meten “CATORCE HABAS” nunca tenemos tantas, pero casi nunca sale. SACA CATORCE: Se sacan catorce, casi nunca sale; menos mal porque, a veces, no hay tantas y te queda a deber la pona. METE SIETE: Se meten siete habas. REY: Se saca toda la pona. Aunque a mí me salió “bura” y tengo que tirar otra vez; allá va (antes he llenado de besos la taba para que me dé suerte, porque estoy casi escabuchada, me quedan cinco habas) -METE SIETE- Tartamudeo disgustada. He de pedir prestadas dos habas; siempre hay alguna que va ganando, aunque habitualmente no te quieren prestar.Me pongo de rodillas porque siento que la pradera está muy húmeda,además ya estoy nerviosa. -¡¡¡ REY, REY, REEEY!!!!- Contemplo a la amiga que me dejó dos habas, recoger la pona presurosa. -Me escabuchaste. Ya no sigo jugando. Me pongo de pie dispuesta a marcharme con mi bolsa vacía, no es una bolsa simplona, de un solo color, ni mucho menos blanca: este año me han hecho una de cuadros, con tela que sobró de un vestido bien guapo que me hizo la modista, y además, el hiladillo que la cierra es rojo, o sea, “encarnao”, a juego con algún cuadro. Mañana rebuscaré en las eras para pagar mi deuda y seguir jugando.. Ahora resta jugar a ver qué figura abstracta ha formado la hierba en nuestras rodillas: en las mías aparece una casa con una valla alrededor. Ésta dice que ella tiene las cuevas de San Simón. A ésa parece que se le ha formado el camino de Farballes, a la altura del pontón....Vamos que, como en el Guernica, hay que echarle imaginación. Es el consuelo de poder seguir jugando a algo. Aunque en lugares bien próximos a Valdevimbre se jugaba con tabas de colores, yo siempre lo hice con una taba (pintada de color, eso sí) y con habas, muchas, todas las que se pudieran. Saludos. |