Valderas - Leon

Aterrizo de unas ¿merecidas? vacaciones y echo de menos en el foro la colaboración de algún usuario... Que ha sido de Malpique y sus originales relatos? Entretenidos y con doble lectura siempre! Alguno de los foreros sabe algo acerca de su desaparición repentina?

Yo creo que las vacaciones se merecen casi siempre, así que no lo dudes y menos con la que está cayendo...A saber las que podremos disfrutar el próximo verano.
Comparto contigo la nostalgia por esas estupendas historias a las que Malpique nos tenía acostumbrados. Sí, yo también le echo de menos,y estoy convencido de que no soy el único. La última vez que le ví estaba revolviendo en un puesto de disfraces de la plaza, creo que tenía la intención de vestirse de indio para asistir al hermanamiento de nuestro pueblo, Valderas, con una importante tribu de sioux cuyo nombre he olvidado. Pero estando en esas me pareció que se quedaba enredado entre las coletas de una deslumbrante princesa india sin ropa interior y ya no le he vuelto a ver ni a saber nada más de él. A lo mejor sigue todavía por ahí enredado. Maldita suerte que tienen algunos y yo sin jalarme una rosca desde hace lo menos tres años.

Borrado por su Autor.

¿Fallecido Malpique? Mi querido, admirado, genial personaje donde los haya...No, no es posible. Me niego a admitirlo, y menos ahora que ante la horrenda realidad con la que nos enfrentamos (deuda por las nubes, prima de riesgo cada vez más elevada, paro a tutiplen, retrocesos sociales a la edad de piedra, decisiones políticas descabelladas de políticos nefastos que parecen haber llegado a su nivel de incompetencia...), su presencia y sus dosis de imaginación se hacen más imprescindibles que nunca...Hay que revivirle, reanimarle, reconstruirle, reinventarle...
¿Víctima de un desafortunado accidente, acierto a leer mientras las lágrimas empañan sin poderlo evitar mis ojos? ¿De coche? ¿aéreo? ¿intergaláctico tal vez, él que era tan aficionado a moverse por los espacios infinitos? Por favor, Macarefe, no nos dejes con el alma en un vilo y cuenta, cuenta, tú que pareces saber lo que le pasó...Gracias, de antemano y espero triste y desconsolado y pegado al ordenador tus noticias.

Malísima noticia, desde luego.

Le echaremos de menos, lectores y personajes. Donde quiera que esté, sigue contando con mi admiración.

R.I.P.

Triste noticia ,ésta que nos dás,y que allá dónde esté,siga con esos relatos tan fabulosos, haciéndo disfrutar a quiénes gozen de su compañía. D.E.P. Malpique.

¿Ha fusilado a un amigo alguna vez? - me pregunta un borracho mientras tomo una cerveza en la cantina del infierno.


¡Te he dicho que no molestes a los clientes! - ladra el chigrero desde el interior de la barra.


No, déjele. No me molesta – miento para evitar problemas.


Gracias, señor. Este mandríl ha perdido los modales. ¿Le importa que me siente a su mesa y brinde por usted? ¡Psssss., garsón!, traiga una botella de vino que invita el señor. Creo que nunca le he visto por aquí. ¿Está de visita o viene para quedarse? ¡Huy! Perdone mi curiosidad. Veo que es usted hombre de pocas palabras. ¡A su salud, amigo! ¡Brindo por la buena gente! ¡Ahhhh, qué rico está! Sabe, siempre bebo de este vino porque es rojo y espeso, como la sangre coagulada sobre la tierra de aquellos hombres que frente al pelotón de fusilamiento se derrumbaban y morían llorando y llamando a sus hijos. ¡Pum, pum…! ¡A la cuneta! ¡Pum, pum! ¡Ja, ja, ja…! Si señor, fueron buenos tiempos aquellos. Fusilé mucho y bien durante tres veranos enteros y nunca me tembló el pulso al apretar el gatillo…, hasta aquella madrugada helada en la que fusilé a mi amigo, con quien de niño corría el aro por la calle de Santiago…Cuando un día me ordenaron parar de fusilar, volví al pueblo a recoger mi premio pero nadie se acordaba ya de mí. Ni siquiera un trabajito en el ayuntamiento o un detalle conmigo, nada. Me hubiera conformado con cualquier cosa que me matase el hambre y me hiciese respetar… Ya ve, tanto fusilar para acabar siendo el mismo mierda que siempre fui. Y cada mañana tuve que volver a ponerme a pasear por los soportales del Paseo Viejo esperando que alguien me diera un trabajo a cambio de un cacho de pan y un trozo de tocino rancio… Intenté ahogar en vino los recuerdos, pero al segundo trago se me soltaba la lengua y cada noche volvía a fusilar a mi amigo por las tabernas de Valderas. ¡Pum, pum! ¡Pum, pum…! Todos muertos...

Cada día le ruego al diablo que me deje olvidar, pero él se ríe en mi cara y me obliga a contar mi historia sin descanso a cada tipo nuevo que aparece por el infierno. Si no tiene usted mucha prisa me gustaría contarle todo lo que ocurrió aquellas noches frente a aquella tapia encalada y mil veces fusilada. Y ojalá que cuando acabe de contarlo me eche usted de su lado como a un perro sarnoso por contarle mentiras que nunca pudieron ocurrir… Para ver si yo mismo me convenzo de que solo son patrañas de un borracho loco y, por fin, puedo echarme a llorar y las lágrimas me borran la memoria.

Ya suponía que Malpique no podía defraudarnos y dejarse morir así sin más...Pero reconozco que se me han puesto los vellos de punta (qué fea expresión, vellos de punta) al comprobar que esta vez ha recalado en el mismísimo infierno.
Ya desveló Sartre hace años que el infierno no está en el más allá sino en la mirada del otro, y yo diría que está sobre todo en la mirada crítica, autorreflexiva,de uno mismo hacia sí mismo.
La peor de las pesadillas, yo al menos así lo he sentido, es soñar que matas a un hombre, asi que me quitó el sombrero, aprecidado Malpique,ante esa conciencia última, desnuda, despojada de falsos argumentos, con la que describes el pozo negro como la pez e insondable que debe ser la vida de un criminal que un día,creído de que era Dios, repartió justicia empuñando el gatillo.
Porque la vida, tu vida, mi vida, la vida de los demás...¿A quién corresponde sino a cada cual la suya?

Este no es mi malpique. Me lo han plagiado.