Val de San Lorenzo - Leon

El Ayuntamiento de Val de San Lorenzo, en colaboración con el Instituto Leonés de Cultura y la Asociación de Amigos del Museo Textil, rendirá homenaje el domingo a Serafín Cuesta Navedo y Conrado Centeno Valle, que conservaron la maquinaria que se exhibe en el Centro de Interpretación Textil La Comunal. Será en este espacio, a las 18.30 horas, donde se descubrirá una placa en reconocimiento a ambos. Por otra parte, el Ayuntamiento ha recortado el recorrido de la cabalgata de Reyes que se celebra esta tarde a partir de las 16.30 horas. Los Magos saldrán de la plaza de las Escuelas y se dirigirán a la Comunal acompañados de los niños. | dl

Mi mas cordial felicitación a los dos.Son buena gente.

Los autores del milagro del Val
El Ayuntamiento rinde homenaje a dos antiguos obreros textiles que durante un año trabajaron para recuperar la maquinaria que ahora funciona en La Comunal

Los dos homenajeados junto al alcalde, en un momento del reconocimiento.
cordero


El Ayuntamiento de Val de San Lorenzo reconoció ayer la labor de dos vecinos, Serafín Cuesta Navedo y Conrado Centeno Valle, que durante un año trabajaron de manera desinteresada en la limpieza y puesta a punto de la maquinaria que hoy forma parte esencial del Centro de Interpretación Textil (CIT) La Comunal. El CIT será ya para siempre testigo mudo de la labor desarrollada por ambos vecinos, antiguos trabajadores del sector, dado que el consistorio descubrió ayer en su puerta principal una placa conmemorativa, elaborada por la artesana Begoña Sierra en madera de roble.

El alcalde de Val de San Lorenzo, Guillermo Tejerina, definió el acto de ayer como «una reunión entrañable, de camaradería y sobre todo de gratitud y de reconocimiento hacia dos vecinos». «Ambos se volcaron en la petición realizada por el Ayuntamiento para ver cumplido un deseo: este museo, único en su especialidad por una sencilla razón: que toda la maquinaria y telares manuales existentes se pueden observar en funcionamiento», añadió el regidor.

Tejerina destacó también que Cuesta y Centeno comenzaron su trayectoria profesional en el ámbito del sector textil, el primero en el taller familiar siendo muy niño y el segundo en otro de la localidad «una vez que salió de la escuela y cobrando 13 pesetas al día». En sus inicios a Cuesta «le mandaban deshacer dos madejas diarias, de lo contrario no podía salir a jugar con los amigos», hasta que «a los 13 años, empezó a desempeñar todas las actividades del taller textil de casa», todo ello sin remuneración, al tratarse de un negocio familiar, destacó el alcalde. Tejerina precisó cómo después de varios años ligado al trabajo textil Cuesta accedió al puesto de alguacil del ayuntamiento, que desempeñó durante 23 años hasta su jubilación.

El alcalde glosó también la trayectoria profesional de Centeno, siempre ligada al sector por el que es conocido Val de San Lorenzo, y que él desempeñó en varios talleres hasta su jubilación. Centeno también realizó todo tipo de labores en este ámbito, pero además, «en su larga etapa laboral, comenzó a desempeñar voluntariamente tareas de reparación de maquinaria, observando previamente su funcionamiento pero sin ayuda de nadie», dijo Tejerina, que añadió: «Su astucia e ingenio hacía posible que la maquinaria estropeada volviera a funcionar».

Quizás por estos motivos, el consistorio los eligió en el año 2004 para recuperar la maquinaria del CIT que se estaba gestando por entonces. «Por espacio de un año, máquina por máquina fue desmontada. Pieza a pieza hubo que limpiarla y volver a montar en su sitio, dando como resultado lo que hoy significa este museo, un museo vivo», destacó el regidor. «La deuda contraída para con ellos es impagable, pero creemos que al igual que presumimos hoy en día de toda la maquinaria, telares manuales e utensilios aquí expuestos, todo aquel que nos visite podrá leer la placa» que fue descubierta a continuación. El alcalde recordó a otras dos personas que prestaron ayuda a los homenajeados. El acto incluyó la presentación a cargo del conservador del museo, Miguel Ángel Cordero, de un montaje de fotografías que reflejaba el desmantelamiento de la maquinaria en su anterior ubicación y la colocación en las instalaciones del centro de interpretación textil. El reconocimiento finalizó con la puesta en marcha de toda la maquinaria y telares del edificio.