Y LOS MINEROS DEL VALLE??
Y los mineros de Sabero ?
Fueron muchos los escritos que se publicaron en el momento de producirse el cierre de Hulleras de Sabero. Entre ellos figura el que traemos a estas páginas, firmado por Julio de Prado Reyero, que fue publicado en la revista "Vadinia", editada por el grupo juvenil "El Hayedo", en el número 3, correspondiente al año 1.994.
Cuando finalice este año de gracias y desgracias de 1.993, con él terminará el plazo de existencia oficial de Hulleras de Sabero, sin que se hayan hecho realidad el montón de promesas que se hicieron a sus obreros para que chupasen cuanto antes el caramelo del cierre, por aquello de que nuestra cuenca minera iba a ser pronto escenario de una reindustrialización que la convertiría poco más o menos que en "jauja".
Se decía además que como la minería leonesa y asturiana, más pronto o más tarde iban a entrar en cuarentena, convendría que nuestra reindustrialización fuera piloto y espejo en que pudieran mirarse todas las reindustrializaciones que se avecinaban.
El recorrido desde este momento de nuestra agonía nos ha parecido galopante. Todavía en el año 1.988 Hulleras de Sabero disponía de una plantilla de obreros que rondaba el millar, pero a continuación vendría la segunda de las reestructuraciones, que a través de bajas voluntarias e incentivadas, rebajó pronto la nómina a los 450 a la fecha de 31 de diciembre de 1.991; de los que la mayoría entraron en situación de paro, pudiendo acogerse algunos a la condición de prejubilados, previa la edad y años de servicio reglamentarios, mientras que la mayor parte de mineros en edad de trabajo, recibidas las indemnizaciones pertinentes, fueron también al paro con unas mensualidades, que si bien comenzaron por término medio en unas 140.000 pts, se redujeron gradualmente hasta las 80.000 pts, a la hora actual. Otro grupo minoritario siguió en activo en el complejo de Vegamediana dedicado al lavado y tratamiento del carbón extraído a cielo abierto en espera de cubrir sus plazos de cara a la jubilación.
Los antiguos mineros, no tan sólo han perdido dinero y empleo, sino otras mejoras de las que disfrutaban, como cupo de carbón, vivienda y ventajas de adquisición en los economatos mineros, más tarde convertidos en supermercados.
Lo de la prolongación del paro a partir del primero de enero de 1.994, no pasa de pura habladuría, siendo en realidad la única posibilidad que le queda a uno de los exmineros de Hulleras de Sabero para esta fecha, conseguir una ayuda familiar por mes de unas 43.000 pts, si reúne ciertos requisitos, mientras que a los que no los aporten en ley, nada les corresponderá.
Se dijo en repetidas ocasiones, y para ellos casi "se juró y perjuró", que la solución redonda para sacar a nuestros hombres y a nuestra tierra de la solución (sic) de desmantelamiento de nuestra industria minera y de la crisis profunda en que quedaba sumergida, era la reindustrialización de la cuenca minera, que permitiría recolocar en un nuevo tejido industrial a los 450 obreros despedidos, de los que hasta el momento son solamente 9 los empleados en miniempresas familiares, sin contar a un buen grupo de esposas de mineros, que "por las bravas" hubieron de lanzarse a la aventura de constituir cooperativas textiles con ánimo de aportar una fracción de solución a su situación familiar.
A la hora de justificar esta demora inexplicable de la llegada de la reindustrialización, unas veces parece aducirse para consuelo universal, que las cosas hoy están difíciles para todos, por lo que la crisis económica, los cerca de 4 millones de parados o por las quiebras en serie. Y si las cosas estaban o iban estando así en 1.990, ahora caemos en la cuenta de que se jugó con fuego a la hora del cierre precipitado de Hulleras de Sabero el 31 de diciembre de 1.991.
Se dice así mismo repetidamente que un número determinado de empresas gestionan su instalación en el área de nuestra cuenca minera, de las cuales unas claudican pronto, posiblemente por intento de dolo por falta de liquidez, otras no pasan "las horcas caudinas" de los requisitos legales o de los avales quedándose a última hora en solitario dos empresas que se encuentran en situación avanzada de comenzar su instalación con capacidad de emplear a unos 80 obreros; pero también hay que reconocer como palmariamente cierto que ambas no están aún en condiciones de comenzar sus tareas en un plazo breve previsible y de ningún modo el día 2 de enero de 1.994.
¿Causas de tantas dificultades? se habla de barreras y tardanzas en conseguir algunas ayudas oficiales, severidad de los avales requeridos, falta de ilusión y disponibilidad por parte de empresarios o aspirantes a empresarios, polígonos industriales que no crean, sino que suponen concurrencia de industrias, ciertas actitudes de Hulleras de Sabero,...
El resultado a dos años vista del cierre de los trabajos subterráneos de Hulleras de Sabero, en consecuencia, es que aún quedan sin colocar 450 obreros, si exceptuamos al grupo de los que han "cogido carretera y manta", intentando resolver el problema por su cuenta y sin contar a ese bien nutrido conjunto de jóvenes que cada año hubieran conseguido su primer puesto de trabajo en esta empresa que ahora también está mano sobre mano o se ha tomado ya el camino de la emigración; todo ello con el arrastre de una extensa zona cuya economía giraba sobre el gozne de esta empresa desaparecida.
Finalmente hay que reconocer como premisa indiscutible para nuestra tierra que los 150 años de historia de su minería no se olvidan fácilmente, como tampoco la existencia centenaria de una empresa como Hulleras de Sabero en cuyas pertenencias, se dice, que se encierra carbón para rato y para ello, entre otras pruebas, me remito a las explotaciones actuales a cielo abierto que suponen y pueden suponer una buena prebenda para sus usufructuarios, Y si las empresas y puestos de trabajo aprobados han de salir adelante, el grito unánime de nuestras gentes es que salgan de una vez para siempre, pues "nunca es tarde si la dicha es buena", de manera que se haga por parte de quien corresponda todo lo posible para que llegue cuanto antes la solución más humana y justa para esta situación angustiosa a que se halla abocada desde ya hace bastante tiempo nuestra tierra y máxime a partir del primero de enero de 1.994
Fueron muchos los escritos que se publicaron en el momento de producirse el cierre de Hulleras de Sabero. Entre ellos figura el que traemos a estas páginas, firmado por Julio de Prado Reyero, que fue publicado en la revista "Vadinia", editada por el grupo juvenil "El Hayedo", en el número 3, correspondiente al año 1.994.
Cuando finalice este año de gracias y desgracias de 1.993, con él terminará el plazo de existencia oficial de Hulleras de Sabero, sin que se hayan hecho realidad el montón de promesas que se hicieron a sus obreros para que chupasen cuanto antes el caramelo del cierre, por aquello de que nuestra cuenca minera iba a ser pronto escenario de una reindustrialización que la convertiría poco más o menos que en "jauja".
Se decía además que como la minería leonesa y asturiana, más pronto o más tarde iban a entrar en cuarentena, convendría que nuestra reindustrialización fuera piloto y espejo en que pudieran mirarse todas las reindustrializaciones que se avecinaban.
El recorrido desde este momento de nuestra agonía nos ha parecido galopante. Todavía en el año 1.988 Hulleras de Sabero disponía de una plantilla de obreros que rondaba el millar, pero a continuación vendría la segunda de las reestructuraciones, que a través de bajas voluntarias e incentivadas, rebajó pronto la nómina a los 450 a la fecha de 31 de diciembre de 1.991; de los que la mayoría entraron en situación de paro, pudiendo acogerse algunos a la condición de prejubilados, previa la edad y años de servicio reglamentarios, mientras que la mayor parte de mineros en edad de trabajo, recibidas las indemnizaciones pertinentes, fueron también al paro con unas mensualidades, que si bien comenzaron por término medio en unas 140.000 pts, se redujeron gradualmente hasta las 80.000 pts, a la hora actual. Otro grupo minoritario siguió en activo en el complejo de Vegamediana dedicado al lavado y tratamiento del carbón extraído a cielo abierto en espera de cubrir sus plazos de cara a la jubilación.
Los antiguos mineros, no tan sólo han perdido dinero y empleo, sino otras mejoras de las que disfrutaban, como cupo de carbón, vivienda y ventajas de adquisición en los economatos mineros, más tarde convertidos en supermercados.
Lo de la prolongación del paro a partir del primero de enero de 1.994, no pasa de pura habladuría, siendo en realidad la única posibilidad que le queda a uno de los exmineros de Hulleras de Sabero para esta fecha, conseguir una ayuda familiar por mes de unas 43.000 pts, si reúne ciertos requisitos, mientras que a los que no los aporten en ley, nada les corresponderá.
Se dijo en repetidas ocasiones, y para ellos casi "se juró y perjuró", que la solución redonda para sacar a nuestros hombres y a nuestra tierra de la solución (sic) de desmantelamiento de nuestra industria minera y de la crisis profunda en que quedaba sumergida, era la reindustrialización de la cuenca minera, que permitiría recolocar en un nuevo tejido industrial a los 450 obreros despedidos, de los que hasta el momento son solamente 9 los empleados en miniempresas familiares, sin contar a un buen grupo de esposas de mineros, que "por las bravas" hubieron de lanzarse a la aventura de constituir cooperativas textiles con ánimo de aportar una fracción de solución a su situación familiar.
A la hora de justificar esta demora inexplicable de la llegada de la reindustrialización, unas veces parece aducirse para consuelo universal, que las cosas hoy están difíciles para todos, por lo que la crisis económica, los cerca de 4 millones de parados o por las quiebras en serie. Y si las cosas estaban o iban estando así en 1.990, ahora caemos en la cuenta de que se jugó con fuego a la hora del cierre precipitado de Hulleras de Sabero el 31 de diciembre de 1.991.
Se dice así mismo repetidamente que un número determinado de empresas gestionan su instalación en el área de nuestra cuenca minera, de las cuales unas claudican pronto, posiblemente por intento de dolo por falta de liquidez, otras no pasan "las horcas caudinas" de los requisitos legales o de los avales quedándose a última hora en solitario dos empresas que se encuentran en situación avanzada de comenzar su instalación con capacidad de emplear a unos 80 obreros; pero también hay que reconocer como palmariamente cierto que ambas no están aún en condiciones de comenzar sus tareas en un plazo breve previsible y de ningún modo el día 2 de enero de 1.994.
¿Causas de tantas dificultades? se habla de barreras y tardanzas en conseguir algunas ayudas oficiales, severidad de los avales requeridos, falta de ilusión y disponibilidad por parte de empresarios o aspirantes a empresarios, polígonos industriales que no crean, sino que suponen concurrencia de industrias, ciertas actitudes de Hulleras de Sabero,...
El resultado a dos años vista del cierre de los trabajos subterráneos de Hulleras de Sabero, en consecuencia, es que aún quedan sin colocar 450 obreros, si exceptuamos al grupo de los que han "cogido carretera y manta", intentando resolver el problema por su cuenta y sin contar a ese bien nutrido conjunto de jóvenes que cada año hubieran conseguido su primer puesto de trabajo en esta empresa que ahora también está mano sobre mano o se ha tomado ya el camino de la emigración; todo ello con el arrastre de una extensa zona cuya economía giraba sobre el gozne de esta empresa desaparecida.
Finalmente hay que reconocer como premisa indiscutible para nuestra tierra que los 150 años de historia de su minería no se olvidan fácilmente, como tampoco la existencia centenaria de una empresa como Hulleras de Sabero en cuyas pertenencias, se dice, que se encierra carbón para rato y para ello, entre otras pruebas, me remito a las explotaciones actuales a cielo abierto que suponen y pueden suponer una buena prebenda para sus usufructuarios, Y si las empresas y puestos de trabajo aprobados han de salir adelante, el grito unánime de nuestras gentes es que salgan de una vez para siempre, pues "nunca es tarde si la dicha es buena", de manera que se haga por parte de quien corresponda todo lo posible para que llegue cuanto antes la solución más humana y justa para esta situación angustiosa a que se halla abocada desde ya hace bastante tiempo nuestra tierra y máxime a partir del primero de enero de 1.994
Enviado por: sotillano | Ultima modificacion:19-05-2008 23:12
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