Santa Olaja de la Acción - Leon

Desde este foro me uno a todos vosotros para expresar mi sentir por la muerte de Darío y después la de Graciano. He estado con una y otra familia y he asistido a ambos entierros. Conozco a la familia de Darío desde hace mucho tiempo y a su cuñado Graciano lo mismo.

Darío fue, para mí, un hombre ejemplar; virtuoso e íntegro. Hombre honrado, respetuoso y atento con los demás, leal y sobre todo trabajador. Él nació en la Llama de la Guzpeña pero lo que sentía por Santa Olaja era especial. Se caso en nuestro pueblo un 25 de julio de 1950 a los 23 años de edad con Virinia; hija de Engracia y Mariano y hermana de Graciano. Celebraron sus bodas de plata en el pueblo y también estuve presente.

Vivió primero en la Llama y luego en Santa Olaja. Su familia fue numerosa, como la mayoría de las familias de antes. La mitad de sus hijas nacieron en el pueblo y, en él, fueron bautizadas e hicieron su primera comunión. Más tarde, al igual que otras muchas familias de Santa Olaja, se fueron a vivir fuera; concretamente a Cistierna, donde Darío, con sus manos, construyó su casa y vivió hasta el final de sus días. "MANOS DE PLATA", así le llamaban en el pueblo de Sabero donde trabajó hasta su jubilación.

En Santa Olaja nos dejó sus iniciales grabadas en los pilones o lavaderos del pueblo y un año, 1959, que fue cuando se construyeron. Obra pública que ahora da pena ver. Una obra que tiene medio siglo, que refleja la forma de vivir de nuestro pueblo hace 50 años no se puede dejar que la tierra se la trague. Es una vergüenza. Yo quisiera pedir, "a quien corresponda", en este recordatorio a Darío y en homenaje a él y a los que con el trabajaron, que levanten esos pilones que, junto con la Iglesia y el caño, es una obra que dice mucho de nuestro pueblo. Quizás no sea este el momento de hacer reivindicaciones pero ahí queda. Volveré a tratar este tema otro día. Se nos van nuestros mayores, no dejemos que sus obras se vayan con ellos.


De Graciano no sé que deciros que todos vosotros no sepáis. Nació en Santa Olaja, dentro de una familia humilde, numerosa, trabajadora y dedicada a las labores del campo; la familia de Mariano y Engracia. Desde pequeño le tocó trabajar duro, pues era el hombre de la casa. Se casó en Cabrera, en septiembre de 1950, con Encarna, mujer de familia también humilde y extensa.

Siempre vivió en Cabrera. Trabajó de albañil, junto a Darío, muchos años. Los pueblos de los alrrededores de Santa Olaja conocen bien el trabajo de los dos. Me cuentan que también estuvo trabajando en los pilones de Santa Olaja. Mas tarde, trabajaría en el campo y, con uno y otro trabajo, levantó su casa y sacó a sus hijos adelante. Su dolor más grande debió de ser la pérdida de una de sus hijas que murió a la edad de los cuarenta o cuarenta y pocos años.

Yo le recuerdo como un hombre bueno, humilde y muy trabajador. Las visitas a Santa Olaja a casa de sus padres, mientras estos vivieron, eran frecuentes.


Este es mi recordatorio para ellos.


Para reflexionar sobre la muerte hay un antiguo cantar Mexicano:

"Cuando morimos,
no en verdad morimos,
porque vivímos, resucitamos,
seguimos viviendo, despertamos,
Esto nos hace felices....
¿Acaso de verdad se vive en la tierra?
No para siempre en la tierra: sólo un poco aquí,
Aunque sea jade se quiebra,
aunque sea oro se rompe,
aunque sea plumaje de quetzal se desgarra,
no para siempre en la tierra: sólo un poco aquí·"


Saludos a todos.

Hermoso y cierto.
Saludos.
Carmina

GRACIAS POR ESTE HOMENAJE QUE HAS DEDICADO A MIS TIOS.
UN SALUDO
ENCARNITA

Felicito a CalleReal por ese recordatorio a mi padre (Darío) y a mi tío (Graciano). Gracias por recordarles de esa manera. Todo lo que dices sobre ellos es cierto. Esta familia no sabe quien eres pero demuestras tenernos mucho afecto y cariño y eso nos ha conmovido a todos.

Saludos y Gracias.