Santa Olaja de la Acción - Leon

Voy por la calle desde la carretera absorto en mis pensamientos y añoranzas,y nadie me saca de mi abstacción puesto que con nadie me encuentro por el camino.A un lado y otro de la calle siguen las casas antaño bulliciosas, hoy dormidas en su soledad y abandono algunas, otras derribadas y convertídas en naves ganaderas.Alguna aparece remozada dando a entender que sus dueños ahún siguen viniendo en épocas veraniegas y puentes.En aquellas otras donde las chimeneas escupen bocanadas de humo,ni el tiempo ni la soledad han sido capaces de arrancar de sus raices a sus moradores que continuan aferrados al terruño sintiendose deudores permantemente agradecidos hacia él.
Llego hasta el caño y dando un salto del presente al pasado me veo envuelto en una guerra de agua con mis compinches,usando como armas las propias manos o aquellos cubos de latón con los que nos mandaban ir a buscar el agua y que pesaban mas de vacíos que lenos (luego ya llegaron los de plástico.)Una vez mojados y cansados de la lucha decidíamos darnos un respiro metiendonos en el rio para pescar renacuajos, peces, ranas o lo que saliera.
Sigo hasta llegar a la plazuela (que actualmente y junto con la calle de la fuentica, son las zonas donde mas gente vive,) y no me detengo hasta llegar a la barriada, donde hay otra nave ganadera,la cuadra de las ovejas de Fidel y Pilar que lucha por permanecer en pié, y el solar de lo que en otra época fué la casa de "la tia Eugenia."
Decido subir por el camino de la paja y veo que su vecino el camino del calvario está ya desaparecido.Llego hasta el alto de la era y me acerco hasta los depósitos del agua donde de nuevo me dominan los recuerdos.Antes de que el agua llegara hasta las vivienda,acudíamos al caño, al río, o a algún reguero dependiendo de cual fuera su uso.Si era para consumo se usaba la de el caño sino no era necesario(hoy tampoco serviría para este fin la de el caño).Ahún recuerdo como la pila del fregadero servia de bañera para los pequeños.Mi madre calentaba agua en una cazuela y la depositaba en un balde de latón grande donde nos metia para el aseo,nos enjabonaba y luego con un cazo echaba el agua sobre la cabeza para el aclarado (cierra bien los ojos y aprietalos fuerte para que no te piquen,nos decia).
Dejo a un lado los recuerdos y sigo mi camino. Paso por el camperón donde los topos y el jabalí han dejado muestras de su presencia la noche anterior y llego hasta el rebollar.Me adentro en el monte entre robles viejos que permanecen desafiantes a incendios y motosierras. Urces, gomeras, espinos , otros arbustos y maleza se han adueñado de las camperas donde no hace mucho pastaban rebaños de ovejas.Continúo mi ruta hasta el final del monte y decido dar la vuelta pero esta vez lo hago viniendo por el camino de la reguerona.Corto unas cañas de tomillo en la orilla del camino y froto las manos con él para impregnarlas de su olor a monte y tierra recia,no está florido,es pronto,pero su aroma ya está presente.Llego hasta el puente de valdijan y por el camino de concentración llego de nuevo hasta las huertas de la barriada.Subo hasta el cotorro y me siento en una piedra apoyando la espalda en un tronco muerto de lo que en su dia fué un vigoroso negrillo.Por hoy ya vale, me digo, mañana iré por el camino del calero hasta el robladillo pasaré hacia el montico yluego,bueno, mañana será otro dia.

un saludo.AJEMON.

"

AJEMON. por favor siga mandando relatos tan bonitos, me encanta leer cosas sobre el pueblo en el que nació mi madre.
Tanto de este como del anterior he sacado copias para que las lea.
MUCHAS GRACIAS ESTO ES LO QUE VALE "LOS BONITOS RECUERDOS"
GRACIAS .
Encarnita.

Ajemón, precioso relato.
Un saludo, Nuria.

Pero hombre, ¡escriba Vd. un libro!, es muy bueno.

Si señor, es muy bueno. ánimo y a seguir