Riego de la Vega - Leon

En una sociedad dividida en clases sociales tanto la democracia como el estado también son de clase.

Cuando se reforma una ley como la laboral para beneficiar a una clase y perjudicar a la otra, la clase que lo decide es realmente la que disfruta de su democracia para decidir sobre la otra y la que disfruta de su estado para aplicar tales ajustes a la fuerza, es decir, hablar de democracia en general es solo una ilusión pues la democracia que una clase disfruta sobre la otra no es sino que la dictadura de una clase sobre la otra a través del estado.

El fascismo son las organizaciones terroristas financiadas por el capital financiero para combatir a la clase trabajadora y para intentar frenar cualquier avance hacia la sociedad Socialista cuando la clase capitalista ve amenazado su poder político.

El fascismo no es en sí una dictadura de una clase sobre la otra, es decir, no es una democracia que disfruta e impone una clase sobre la otra clase y por lo tanto, no existe un estado para aplicar a la fuerza la democracia de una clase sobre la otra.

El fascismo se eleva por encima del estado, el fascismo es el terrorismo directo sobre el pueblo trabajador y que si tiene existo temporalmente, la misma capitalista que lo financio después lo combate para volver a instaurar su democracia sobre la otra y recuperar así su poder político.

Si el pueblo trabajador triunfa sobre el fascismo para no volver a pasar por lo mismo, tendrá inevitablemente que instaurar su propia democracia contra clase capitalista y contra las minorías privilegiadas.