Una vulneración de los derechos humanos La llamada crisis de los refugiados es, principalmente, una crisis de derechos. Entre los derechos fundamentales que las personas solicitantes de asilo ven claramente vulnerados está el derecho a la salud y, en última instancia, el derecho a la vida. Mientras algunas voces desde Europa se alzan señalando supuestos peligros para la salud de la población europea en forma de enfermedades transmitidas por la población refugiada, el verdadero peligro lo sufre dicha población. Y lo sufre, en primer lugar, por los riesgos que corre su salud en el camino que se ven obligados a recorrer, pues no existe un pasaje seguro para ellos y para ellas, y, en segundo lugar, por las condiciones de insalubridad a las que desde los países europeos les estamos condenando al recluirlos y recluirlas en campos de refugiados que no cumplen los mínimos estándares de protección a su salud. La defensa del derecho a la salud como un derecho universal tiene su expresión en cada uno de los escenarios donde las políticas públicas han de desarrollarse: la población local debe reclamar la universalización de la asistencia sanitaria, el acceso a suministros energéticos garantizados y una vivienda digna, y la población refugiada debe exigir que, en cada uno de los pasos que tengan que dar para huir de sus países, se garanticen las condiciones adecuadas para no pagar con su salud y con su vida la posibilidad de huir hacia un lugar más seguro. No permitamos que Europa se convierta en el muro de la vergüenza contemporáneo por abandonar a su suerte a los miles de seres humanos que huyen desesperados de la barbarie. Desde el Área de Sanidad/Salud de Podemos exigimos que el cumplimiento de los derechos básicos de la población refugiada se anteponga al cálculo de cuotas de reparto de población acogida. Salud para todas y para todos en todas las políticas. Área de Sanidad/Salud de Podemos |