Riego de la Vega - Leon

¿Se imaginan si el PSPV tuviese a toda, o prácticamente toda su dirección regional procesada, ojo, procesada, no imputada la que se habría montado?. Canal 9 habría resurgido de sus cenizas para lanzar rayos catódicos aniquiladores. Desde Vigo a Cartagena, desde Figueras hasta Punta Umbría, los esforzados próceres del PP habrían pedido, como un solo hombre y una sola mujer la cárcel, la disolución del partido, la ira del mismo Dios cayendo sobre esos pecadores…

Pero como es al contrario, silencio y mirar para otro lado. Ni siquiera han dado la cara con dignidad los dirigentes del PP, ni los de aquí ni los de allá.
Es vergonzoso el silencio del PP, no sólo valenciano, sino nacional, sobre este clamoroso caso de corrupción, por el que 19 dirigentes 19 son procesados por financiación ilegal. De momento, por financiación ilegal, pero no sería extraño que durante el juicio aflorasen otros delitos, ya que muchos de los pagos, según el auto dictado por el Juez José Ceres, instructor de la pestilente rama de Gürtel en la Comunidad valenciana, señala cómo fluían ríos de dinero negro para financiar actos del PP, (¿y de dónde salía ese dinero black? ¿a cambio de qué se regalaba a la derecha valenciana?).

Este partido, que ayer presumía de ser el primer Gobierno en aprobar un portal de transparencia, se esconde de los focos en cuanto la realidad se impone a su propaganda. Ya está claro, si es que alguien aún albergaba alguna duda, que no es verdad lo que dijo el Presidente Mariano Rajoy que la trama Gürtel no era una trama del PP sino contra el PP. Gürtel, como Púnica, como el túnel de Soller, como las obras y contratas de Alicante o Toledo, y así hasta ciento, está inscrito en el ADN de la actual cúpula directiva del PP.

Es obvio por qué el PP prefiere pactitos y fotitos contra la corrupción antes que medidas claras y eficaces para combatir la porquería en el ámbito político. Incluso con sus maniobras dilatorias, incluso con todas las trabas puestas a la Justicia para que investigue, es cierto, más tarde que temprano, están saliendo a la luz las cloacas del PP. El proceso es imparable. Y aunque aparten o mediaticen el trabajo del juez Ruz en la rama podrida madrileña de esta trama, al final se impondrá la justicia. O un remedo de la misma, ya que si es tan tardía su actuación no es realmente justa.

Pero mejor esto que nada. La impunidad de que disfrutaron durante demasiados años muchos altos cargos del PP en Madrid y Valencia especialmente, pero no sólo allí, han transformado en dos verdaderas fosas sépticas la vida política en ambas comunidades. En mayo, los ciudadanos tienen una ocasión de oro para poner las cosas en su sitio: los ladrones a la cárcel. Los encubridores, a la cárcel. Los corruptos y los corruptores, a la cárcel. Y los políticos honrados, con traje y botas de pocero, a desenlodar las instituciones.

Manuel Arias