Separatismo catalán y servidores de la burguesía Muchos de los individuos que en Cataluña hablan de amor entrañable a esta región y de su vivo deseo de verla gozar en plena libertad en todos sentidos hacen en la práctica todo lo contrario. Nadie ha sufrido mayor tiranía en Cataluña que las mujeres y los niños empleados en la industria textil. Jornadas largas, trato soez, mezquina retribución, han experimentado durante muchísimos años esas criaturas, acreedoras a toda clase de consideraciones. ¿Qué han hecho los elementos a quienes nos referimos para mejorar las condiciones de esas mujeres y esos niños, nacidos en tierras catalanas? No solamente han permanecido impávidos ante la dura explotación padecida por esos seres, sino que han prestado su apoyo a sus desalmados explotadores. Ha hoy en Barcelona obreros de casi todas las regiones de España; pero la inmensa mayoría de los allí ocupados son catalanes. Estos obreros, como los de todas partes, procuran mejorar su estado, y para lograrlo luchan en el terreno económico contra sus patronos. ¿De parte de quién se ponen esos amantes de la libertad y de la independencia de Cataluña? ¿De los débiles o de los poderosos, de los explotados o de los explotadores? Pues siempre, siempre de parte de los segundos. Lo mismo les acontece con las autoridades que manda allí el Poder central. Para los gobernadores que contemporizan algo con los trabajadores no tienen más que antipatía y odio; para los que se entregan por completo a los patronos y persiguen a los obreros o se oponen a sus reivindicaciones no faltan ni su consideración ni su apoyo. Pues esos, y todo lo demás que dejamos señalado, lo hacen muchos separatistas, muchos de los que palabreramente tanto quieren a Cataluña y tanto aman a los allí nacidos, porque ante todo y sobre todo son enemigos de la clase trabajadora y defensores de los que a ésta explotan. Su amor, su verdadero amor, no es verles libres y felices a todos los catalanes, sino poderosos y archimillonarios a los que viven del trabajo ajeno. No son liberadores de Cataluña, hombres que quieren su independencia y su bienestar: son, sí, servidores de la burguesía catalana. |