Riego de la Vega - Leon

Gallardón representa lo más rancio y retrógrado de la hipocresía eclesiástica.
Se les llena la boca de teorías sobre la defensa de la vida.
¿Y qué ocurre con los cientos de niños que mueren de hambre? ¿Por qué no aporta la iglesia todas sus inmensas e inútiles riquezas para remediarlo? Y no me refiero a Cáritas, que es una institución de la iglesia pero financiada con aportaciones de particulares y subvenciones del Estado.
¿Y qué ocurre con la bendición que la iglesia ha dado y sigue dando a los ejércitos, aportando incluso curas castrenses, que destruyen pueblos enteros y causan la muerte de centenares de miles de ciudadanos inocentes? ¿Por qué no condena la iglesia la guerra y los ejércitos, en vez de limitarse a pedir a dios la victoria de los suyos, que son los buenos?
La iglesia que condena el aborto es la misma que estaba al lado de los que fusilaban durante y después de la guerra civil.
No, la vida les importa un bledo. Se trata de imponer sus criterios, caiga quien caiga, sin respetar la libre voluntad de los pueblos. Nunca cambiarán. Y Gallardón es su abanderado.