Ponferrada - Leon

Un testigo protegido vincula a Martínez Núñez con los sabotajes a Sindo Castro


El empresario Sindo Castro acusó ayer a José Martínez Núñez de intentar matarle para evitar que le hiciera la competencia en el negocio del hormigón en el Bierzo. «Su intención era matarme», dijo del dueño de Horbisa y Teconsa para rememorar después del ataque con cóctel molotov que sufrió en 1999 su domicilio de Astorga, situado sobre una carpintería donde se almacenaban cinco garrafas de disolvente de 30 litros de capacidad ya altamente inflamables. Castro vinculó los sabotajes y el ataque a su domicilio con los avisos que dijo haber recibido de directivos de empresas de Martínez Núñez como Jesús San Miguel Corral, y de «un sobrino» del empresario en los meses anteriores al comienzo de los ataques. «Si vas al Bierzo, te vamos a hacer la vida imposible», aseguró ayer Sindo Castro que le dijo el sobrino de Martínez Núñez.

Castro señaló que llegó a observar a dos agentes de la Guardia Civil supuestamente vinculados con el empresario berciano «tomar nota de los camiones» que salían de su planta. El mismo José Villanueva, en la entrevista grabada en la cárcel que ayer atribuyó a coacciones de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Benemérita, afirmaba que los dos primeros sabotajes -en el año 1996 en la planta de Las Ventas de Albares- eran responsabilidad de «dos guardias civiles jubilados». En la misma entrevista, que según la UCO se realizó a petición del propio Villanueva a través de su madre, el acusado señalaba que el ataque a la vivienda de Sindo Castro era responsabilidad del confidente policial aludido durante el juicio. «El Ratero echó el cóctel molotov en Astorga», aseguraba Villanueva en uno de los párrafos de la entrevista en la cárcel con los agentes que leyó ayer la secretaria judicial.

Castro reconoció que tras el ataque a su domicilio, y cuando la UCO se había hecho cargo de la investigación, se reunió con Martínez Núñez en Benavente. El empresario estaba acompañado por varios agentes de la Benemérita, entre ellos «un teniente de la Guardia Civil de Ponferrada». Castro no recuerda si la UCO estaba grabando el encuentro, pero insistió en que el empresario berciano le ofreció comprarle sus empresas o una parte. «Me intimidó y me amedrentó. Me dijo que no podía estar en el Bierzo sin contar con él, que primero tenía que contar con él», afirmó Castro.

El empresario maragato negó que los sabotajes que denuncia puedan atribuirse a su propia mano, como trató de deslizar la defensa de Martínez Núñez y de los hermanos Pintado. «Yo no me voy a quemar a mi mismo», afirmó después de recalcar que el objetivo de cada ataque era «paralizar» sus plantas y evitar que pudiera suministrar hormigón a las obras de la A-6, algo que ratificó después con su testimonio un agente de la UCO. «Aquí había una tarta muy grande con la autovía y un señor llamado Martínez Núñez que quería comérsela él solo y al final lo consiguió», resumió.