Pobladura de Somoza - Leon

EL ABUELO

Ha muerto un buen hombre. Fue buen esposo y mejor padre, pasó por la vida de puntillas, sin hacer ruido y se marcho de la misma forma. Los que le conocimos guardaremos un buen recuerdo de el. En la vida hasta los mejores tienen algún roce, el no, nunca contestaba, siempre callaba. Nunca se entrometió en la vida del matrimonio, pero sí tenia que dar la razón se la daba al contrario y nunca al propio. Era un adicto al trabajo y creo que eso es lo que hizo que fuera tan longevo, su mayor preocupación después de algún achaque era preguntar al medico si podía trabajar, esta pregunta la estuvo haciendo con los noventa años ya pasados.
Los últimos meses de su vida fueron una despedida en toda regla, la visita a casa de Manolo y Lidia, ¡que bien le sentó la empanada y el vinillo que tomo!
Pero también se apunto al bautizo de Alejandro. En el restaurante “El apóstol” le hicieron socio de honor, ¡como disfruto con la familia! Tampoco se perdió las fiestas de Sta Lucia, patrona del pueblo que lo vio nacer; en el lejano 1914, NOVENTA Y SIETE AÑOS TENIA. Solo le falto cantar la “MUÑEIRA” pero los músicos no la tenían en el repertorio. Y como colofón las fiestas en El Valle de las Casas, y las fiestas de León. Todo con una sonrisa, siempre amable y seductora, ganándose la simpatía de la familia de José Pablo y todos lo que le conocieron en León y Madrid. Le quitamos las pastillas que no servían para nada y, los hijos, nietos y biznieto se las cambiamos por amor y mimos, el resultado fue espectacular, estos cuidados le alargaron la vida y la hicieron mas llevadera. Se marcho con la caída de la castaña, cuya recolección formo parte importante de su vida. Los castaños, a su manera le hicieron un homenaje; el día que falleció no dejaron caer su fruto, parecía que llevaban luto por el.
Ya esta con su querida esposa y con su hija Adela, fallecida prematuramente, seguro que se reunirán en “FILANDÓN” mirando hacia los seres queridos y comentando cosas comunes que todos llevamos en el corazón: aquel día en la vendimia; tal cosa en la matanza; la vaca “artillera” y sus caballos, y sus prados en Ribón. Cuantas vivencias “abuelo” que recordaremos con cariño, hasta que podamos comentarlas todos juntos en el mismo lugar donde ahora te encuentras.