Pallide - Leon

Cuando llegaba san Pedro, por los 60, los hombres bajaban a Boñar, compraban herramientas y también cerezas que repartíana los niños que les cerraban el paso en el puente de Arianes.

Al día sigueinte, previo aparejo del material se comenzaba la hierba, el trabajo mas duro del año, junto con la trilla del mes de agosto. Se picaba la guadaña, se remendaba el gachapo, se dentaban los rastros, se mangaban las horcas, se buscaban las sogas para el carro, se armaba el carro con la rabera y los armantes y los cordeles delanteros. Al amanecer cientos de vecinos iniciaban la siega a mano, un trabajo muy duro para los riñones y para las manos. A las 10 venía una merienda matinal fuerte hasta la hora de comida. A mediadiía se daba vuelta a la hierba y por la tarde se recogía en carros y se llevaba a la tenada para pisarla para que aguantara todo el invierno. Al día siguiente lo mismo hasta casi el día de Santiago. Al úlltimo carro se le ponía un ramo y los trabajadores nos dabamos un buen baño para celebrar la fiesta. Y siempre con el problema de la lluvía, de klas<ratoneras que estropeban la guadaña, de los carros que, muy llenos, entornaban o se dehacían al desprenderse las cabezas de hierba o destensarse la soga. Y desde los tres o cuatro años, los niños delante de las vacas espantando los tábanos con un ramo y después pisando la hierba en la tenada hasta que el gabito la arrancaba para el invierno. Un trabajo duro, muy duro. Los de Pallide siempre acababanantes que los de Reyero, que teniamn la fiuesta por Nuestra Señora. A veces venáin segadores gallegos o de Viego a ayudar. En los años posteriores llegarn las máquinas, las empacadoras, los rollos, los rastros mecánicos y la cosa cambio. Pero el duro trabajpo de la siega marcó los riñones y las manos de la generación que ahora tiene unos 60 años. Un abrazo a los segadores, a los que los vieron y a los que los imaginan.

¡¡¡Cuánto trabajo y cuánto sacrificio!!!
Es realmente mérito de aquellos años.
La tecnología ha cambiado todo y las nuevas generaciones no saben de tantas penurias.
Es bueno contar para que lo puedan valorar.