León - Leon

El 24/01/07 me dirijí a su predecesora, ineficaz, pero a la postre Concejal, en relación con el asunto de la actual ubicación del recinto ferial, con antigüedad inmemorial, desde que su propietario, el Sr. Castro, según tengo oído y el actual Alcalde, se confabularon para meternos la puñetera Feria en casa.

Era tan ineficaz, como Vd, según puedo comprobar, y por lo que después diré -no soy oposición y por tanto, no tengo que regalarles 100 días-.

No espero, como representante de la Asociación que presido, ALCOR (Asociación León Contra el Ruido), nada de la actual Corporación, y por ende, de Vd. tampoco.

Como ALCOR no vive del presupuesto ni de la subvención, dado que ni lo quiere, ni lo necesita- podemos, dentro de los límites del respeto, expresarnos como tengamos por conveniente, en tanto estamos más legitimados que Vds., al no constituir cáncer social, ni casta política de ningún tipo.

Somos una Asociación formada por ciudadanos, cada vez menos libres, gracias a los intereses del Sr. Fernández, el Sr. Amilivia, y de nuevo, el Sr. Fernández, en tanto, como auténticos autócratas con mayorías de más de medio pueblo aborregado y lanar, son capaces de constreñir los derechos individuales en pos de los colectivos, como si en León, por estas fechas, sencillamente no existieren esos derechos individuales al descanso y a la ausencia de contaminación acústica incompatible con un recinto ferial que además de ruidoso es foco de salmonella y de inseguridad ciudadana.

Su antecesora ya nos afirmó que reubicaría tal recinto cuando el antigüo desgüace Clarés estuviese limpio de polvo y paja. Pues bien, nada de nada. También le solicitamos por escrito, copia de la documentación relativa al expediente en el que se concreta el acuerdo del especulador Castro y el Ayuntamiento. Callada por respuesta.

Pues bien, está visto que no podemos confiar en Concejales ni en representantes de casta política ninguna. Por eso, Concejal, no le pido nada. Vd., para su desgracia (y le compadezco) es parte de esa casta.

Tampoco esperamos que rindan cuentas a los ciudadanos sobre lo que hay y no hay acordado, lo que denota que tras ello se esconde lo que muchos sospechan y otros tenemos la certeza.

También esta visto, que la normativa en materia de ruidos excepciona los festejos y demás tonterías con las que seguir adormeciendo a unos administrados mansurrones que cada cuatro años votan a esta casta política de la que Vd. forma parte.

¿Sabía Vd. que la ley es expresión de los déspotas de turno que mandan y no de los ciudadanos (el pueblo, como antes de la ominosa era ZP se decía)?

Por otra parte, los Tribunales revocan, cuando creen conveniente, resoluciones de otras instancias inferiores, vgr. Canarval de Tenerife.

Mire, me cuesta contener mi pluma, pero no me resisto a decirle, siendo extensivo al resto de su Corporación, que son unos caraduras de tomo y lomo (y todo referido a la esfera estrictamente política).

Unos negados que sólo pueden medrar en algo tan denostado y desprestigiado como la política.

Hay que ser caradura para tras colocarnos la feria en casa el Sr. Fernández y mantenerla el Sr. Amilivia, pedirnos el voto.

Personalmente más que votarles, les botaría, al circo con los leones que se ubica, precisamente el el puñetero recinto ferial.

Oiga, ¿porqué no se lleva a todos esos profesionales de la diversión, entre otras cosas, a su casa o al solar que tenga al lado?.

Huelga decir que ni en vías administrativas, ni judiciales conseguiremos nuestra pretensión de que reubiquen el actual recinto ferial a un lugar razonable, donde no moleste todo ese trasiego de ruido, inseguridad y salmonella, mientras no tengan Vds. o los de turno, otros oscuros intereses que manejar.

No conseguiremos nada, pero eso sí, protestaremos. Que se sepa que aquí, pinchan en hueso y pierden el tiempo.

Y recuerde, si los que mandan pierden la vergüenza -creo que políticamente ni el Sr. Fernández ni el Sr. Amilivia la tiene, al igual que el resto de sus respectivas corporaciones-, los que obedecen (u obedecíamos, mejor dicho), pierden (yo ya lo tengo perdido) el respeto.

Algún día la casta política a la que pertenece se acordará de ese aforismo popular.

Disfrute de las fiestas, tanto como yo disfrutaré de otras cosas más prosaicas pero a buen seguro que más entretenidas.

Y siga mi consejo, llévese el recinto ferial a su casa, o mejor regáleselo a su amo, el Sr. Fdez.

el único caradura, e insultón, es Vd.. Su opinión, gracias a Dios, no es la de la ciudadanía en su conjunto. Míreselo, porque Vd. es un perfecto acomplejado, qué ganas tenái de decírtelo, eduardo morato