Foro- Ciudad.com

Laguna de Negrillos - Leon

Poblacion:
España > Leon > Laguna de Negrillos
08-05-14 06:21 #12011199
Por:j vicente futuro fut

El velo que cubre los Misterios de la Biblia se ha retirado. 21ª Sección
En las orejas de María, le pusieron unas arracadas de oro con gusanillos de plata, preparando sus oídos con este adorno para la misiva que luego había de oír del Arcángel Gabriel, y se le dio especial ciencia para que oyese con atención y respondiese con discreción, formando razones prudentísimas y agradables a la voluntad divina; y en especial para que del metal sonoro y puro de la plata de su candidez resonase en los oídos del Señor y quedasen en el pecho de la Divinidad aquellas deseadas y sagradas palabras.-

Acto seguido, los Serafines, sembraron la vestidura de María de unas cifras que servían como de realces o bordaduras de finísimos matices y oro, que algunas decían: María, Madre de Dios, María Virgen y Madre; mas no se le manifestaron ni descifraron entonces estas cifras misteriosas a ella sino solo a los Ángeles; y los matices eran los hábitos excelentes de todas las virtudes en eminentísimo grado y los actos que a ellas correspondían sobre todo lo que han obrado todas las demás criaturas intelectuales. Y para complemento de toda esta belleza la dieron por agua de rostro muchas iluminaciones resplandecientes, que se derivaron en esta Divina Señora de la vecindad y participación del infinito ser y perfecciones del mismo Dios.-

María, por octava vez seguida, es de nuevo subida al Cielo: Y Dios le muestra en esta ocasión cuando y como había creado a Adán y a Eva: Y lleno a María, en esta plenitud de ciencia, y conoció y entendió María con suma perfección el oculto modo de encaminar Dios todo lo que creaba para servicio y beneficio del género humano, y en la deuda en que por este beneficio que daba a su Hacedor. Y fue conveniente que María tuviese este género de sabiduría y comprensión, para que con ella diese el retorno de agradecimiento digno de tales beneficios, cuando ni los hombres ni los Ángeles no lo dieron, faltando a la debida correspondencia o no llegando a todo lo que debían las criaturas. Todos estos vacíos llenó María de todas ellas y satisfecho por lo que los hombres no pudieron o no quisieron. Y con la correspondencia que María dio, dejó como satisfecha a la equidad Divina, mediando entre ella y las criaturas, y por su inocencia y agradecimiento se hizo más aceptable que todas ellas, y el Altísimo se dio por más obligado de solo María que de todo el resto de las demás criaturas. Por este modo tan misterioso se iba disponiendo la venida de Dios humanizado al mundo natural y terrenal, porque se removía el óbice con la Santidad de la que había de ser su Madre.-

Y en esta visión del Cielo, María escucho cómo para complemento y perfección del mundo que dijo la Divina Trinidad: Hagamos al hombre a imagen y semejanza nuestra y cómo con la virtud de este Divino decreto fue formado el primer hombre en tierra para origen de los demás. María conoció profundamente la armonía del cuerpo humano y el alma y sus potencias, creación e infusión del Alma en el cuerpo, la unión que con él tiene para componerlo todo; y en la fábrica del cuerpo humano conoció todas las partes singularmente, el número de los huesos, venas, arterias, nervios y ligación con el concurso de los cuatro humores en el temperamento conveniente, la facultad de alimentarse, alterarse, nutrirse y moverse localmente y cómo por la desigualdad o mutación de toda esta armonía se causaban las enfermedades y cómo se reparaban. Todo lo entendió y penetró sin engaño, conociéndolo todo María, más que todos los filósofos del mundo y más que los mismos Ángeles del Cielo.

Estaba la divina Princesa María tan llena de gracia y hermosura que el corazón de Dios estaba tan herido de sus tiernos afectos y deseos, que le obligaban a volar del seno del Eterno Padre, al tálamo del virginal vientre de María y a romper aquella larga demora que le detenía desde hace más de cinco mil años para venir Dios al mundo y nacer como ser humanizado. Pero como esta nueva maravilla se había de ejecutar con plenitud de sabiduría y equidad, la dispuso el Señor de tal suerte, que la misma Princesa de los Cielos fuese Madre digna del Verbo humanizado y juntamente medianera eficaz de su venida.-
101

Ardía en el corazón de María el fuego que el mismo Dios había encendido en él, y María pedía sin cesar su salud para el linaje humano, pero se encogió María, sabiendo que por el pecado de Adán estaba promulgada la sentencia de muerte y privación eterna de poder ver la cara de Dios para todos los mortales.-

Entre el amor y la humildad había una divina lucha en el corazón purísimo de María, y con amorosos y humildes afectos repetía muchas veces: ¡Oh quién fuera poderosa para alcanzar el remedio de mis hermanos! ¡Oh quién sacara del seno del Padre a su Unigénito y le trasladara a nuestra mortalidad! ¡Oh quién le obligara para que a nuestra naturaleza le diera aquel ósculo de su boca que le pidió la Esposa! Pero ¿cómo lo podemos solicitar los mismos hijos y descendientes del malhechor que cometió la culpa? ¿Cómo podremos traer a nosotros al mismo que nuestros padres alejaron tanto? ¡Oh amor mío, si yo os viese a los pechos de vuestra madre la naturaleza! ¡Oh lumbre de la lumbre, Dios verdadero de Dios verdadero, si descendieseis inclinando vuestros cielos y dando luz a los que viven de asiento en las tinieblas ¡Si pacificaseis a vuestro Padre, y si al soberbio Lucifer, nuestro enemigo el demonio, le derribase vuestro divino brazo, que es vuestro Unigénito! ¿Quién será medianera para que saque del Altar Celestial, como la tenaza de oro, aquella brasa de la Divinidad, como el Serafín sacó el fuego que nos dice vuestro profeta, para purificar al mundo?.-

Esta oración repetía María Santísima en el día octavo, y a la hora de media noche, elevada y abstraída en el Señor, oyó que Su Majestad la respondía: Esposa y paloma mía, ven, escogida mía, que no se entiende contigo la común ley, exenta eres del pecado y libre estás de sus efectos desde el instante de tu concepción; y cuando te di el ser, desvió de ti la vara de mi justicia y derribé en tu cuello la de mi gran clemencia, para que no se extendiese a ti el general edicto del pecado. Ven a mí, y no desmayes en tu humildad y conocimiento de tu naturaleza; yo levanto al humilde, y lleno de riquezas al que es pobre; de tu parte me tienes y favorable será contigo mi liberal misericordia.-

Estas palabras oyó intelectualmente María, y luego conoció que por mano de sus Ángeles era llevada corporalmente al cielo, como el día precedente, y que en su lugar quedaba uno de los mismos de su guarda. Subió de nuevo a la presencia del Altísimo, tan rica de tesoros de su gracia y dones, tan próspera y tan hermosa, que singularmente en esta ocasión admirados los Espíritus Soberanos decían unos a otros en alabanza del Altísimo: ¿Quién es ésta, que sube del desierto como afluente de delicias? ¿Quién es ésta que estriba y hace fuerza a su amado, para llevarle consigo a la habitación terrenal? ¿Quién es la que se levanta como aurora, más hermosa que la luna, escogida como el sol? ¿Cómo sube tan resplandeciente de la tierra, que esta llena de tinieblas? ¿Cómo es tan esforzada y valerosa en tan frágil naturaleza? ¿Cómo tan poderosa, que quiere vencer al Omnipotente? Y ¿cómo estando cerrado el cielo a los hijos de Adán, se le franquea la entrada a esta singular mujer de aquella misma descendencia?.-

Recibió el Altísimo a su electa y única esposa María en su presencia, y aunque no fue por visión intuitiva de la Divinidad sino abstractiva, fue con incomparables favores de iluminaciones y purificaciones que el mismo Señor la dio, cuales hasta aquel día había reservado; y como enamorado de ella, la habló y Dios la dijo: Esposa mía, perfectísima paloma y amiga mía, agradable a mis ojos, vuélvete y conviértete a nosotros para que te veamos y nos agrademos de tu hermosura; no me pesa el haber creado al hombre, me deleité en su formación, pues tú naciste de él; vean mis Espíritus Celestiales cuán dignamente he querido y quiero elegirte por mi Esposa y Reina de todas mis criaturas; y que conozcan cómo me deleito con razón en tu tálamo, a donde mi Unigénito, después de la gloria de mi pecho, será más glorificado. Entiendan todos que si justamente repudié a Eva, la primera reina de la tierra, por su inobediencia, te levanto y te pongo en la suprema dignidad, mostrándome magnífico y poderoso con tu humildad purísima y desprecio.-
102

Fue para los Ángeles este día el de mayor júbilo y gozo que ningún otro día había sido desde su creación. Y cuando la Divina Trinidad eligió y declaró por Reina y Señora del Cielo y de todas las criaturas a su Hija, Esposa y Madre del Verbo eterno, la reconocieron y admitieron los Ángeles Buenos y todos los Espíritus Celestiales, la aceptaron por Superiora y Señora y la cantaron dulces himnos de gloria y alabanza del Autor.-

Más Dios la dijo: Esposa y electa mía, hallaste gracia en mis ojos, pídeme sin recelo lo que deseas y te aseguro como Dios fidelísimo y poderoso Rey que no desecharé tus peticiones ni te negaré lo que pidas, y María le dijo: Señor mío y Dios altísimo, si en vuestros ojos hallé gracia, aunque soy polvo y ceniza, hablaré en vuestra real presencia y derramaré mi corazón. No pido, Señor mío, respondió María, parte de vuestro reino para mí, pero lo pido todo entero para todo el linaje humano, que son mis hermanos. Pido, altísimo y poderoso Rey, que por vuestra piedad inmensa nos enviéis a vuestro Unigénito y Redentor nuestro, para que satisfaciendo por todos los pecados del mundo alcance vuestro pueblo la libertad que desea, y quedando satisfecha vuestra justicia se publique la paz en la tierra a todos los hombres y se les haga franca la entrada de los Cielos que por sus culpas están cerrados.
Vea ya toda carne vuestra salud, dense la paz y la justicia de aquel estrecho abrazo y el ósculo que pedía David, y tengamos los mortales maestro, guía y reparador, cabeza que viva y converse con nosotros; llegue ya, Dios mío, el día de vuestras promesas, cúmplanse vuestras palabras y venga nuestro Mesías por tantos siglos deseado. Esta es mi ansia y a esto se alientan mis ruegos con la dignación de vuestra infinita clemencia.-

El Altísimo Señor, que para obligarse disponía y movía las peticiones de su amada Esposa, se inclinó benigno a ellas, y la respondió con singular clemencia: Agradables son tus ruegos a mi voluntad y aceptadas son tus peticiones; hágase como tú lo pides; yo quiero, hija y esposa mía, lo que tú deseas; y en fe de esta verdad, te doy mi palabra y te prometo que con gran brevedad bajará mi Unigénito a la tierra y se vestirá y unirá con la naturaleza humana, y tus deseos aceptables tendrán ejecución y cumplimiento.-

Con esta certificación de la Divina Palabra sintió nuestra gran Princesa en su interior nueva luz y seguridad de que se llegaba ya el fin de aquella larga y prolija noche del pecado y de las antiguas leyes y se acercaba la nueva claridad de la redención humana. Y como le tocaban tan de cerca y tan de lleno los rayos del sol de justicia que se acercaba para nacer de sus entrañas, estaba como hermosísima aurora abrasada y resplandeciente como los rayos de sol sobre la nubes. Y en esta ocupación gastó Dios aquel día, después que por los mismos Ángeles fue restituida y devuelta de nuevo a la tierra.-

María, al día siguiente, es de nuevo subida al Cielo, y con esta, era la NOVENA vez, que Dios la elevaba a su Santo Trono: Los Ángeles, lo hicieron como en los días anteriores y a la misma hora de mayor silencio, y María por mano de sus Ángeles fue subida al Cielo empíreo y puesta en presencia del Trono Real del Altísimo, y Su Majestad poderosa la levantó y colocó a su lado, señalándole el asiento y lugar que para siempre había de tener en su presencia, y fue el más alto y más inmediato al mismo Dios, fuera del que se reservaba para la humanidad del Verbo; porque excedía sin comparación al de todos los demás bienaventurados y a todos juntos.-
103

María, vio de nuevo todas las cosas creadas y muchas posibles y futuras; y las corpóreas se le manifestaron, dándoselas Dios a conocer en sí mismas por especies corpóreas y sensibles, como si las tuviera todas presentes a los sentidos exteriores, y como si en la esfera de la potencia visiva las percibiera con los ojos corporales. Conoció María, toda la fábrica del universo, que antes había conocido por sus partes, y las criaturas que en él se contienen, con distinción y como si las tuviera presentes en un lienzo. Vio toda su armonía, orden, conexión y dependencia que tienen entre sí, y todas de la voluntad Divina que las crea, gobierna y conserva a cada una en su lugar y en su ser. Vio de nuevo todos los cielos y estrellas, elementos y sus moradores, el Purgatorio, el Limbo, y el Infierno, con todos cuantos vivían en aquellas cavernas. Y como el puesto donde estaba la Reina de las criaturas era eminente a todas y sólo a Dios era inferior, así lo fue también en la ciencia que la dieron, porque María, sola era inferior al mismo Señor y superior a todo lo creado.-

Más Dios, le dijo a María: Electa mía y paloma mía, todas las criaturas visibles que conoces, las he creado y las conservo con mi providencia en tanta variedad y hermosura sólo por el amor que tengo a los hombres. Y de todas las almas que hasta ahora he creado, y las que hasta el fin he determinado crear, se ha de elegir y entresacar una congregación de fieles, que sean segregados y lavados en la sangre del Cordero que quitará los pecados del mundo. Estos serán el fruto especial de la Redención que ha de obrar y gozarán de sus efectos por medio de la nueva ley de gracia y sacramentos que en ella les dará su Reparador; y después llegarán, los que perseveren, a la participación de mi eterna gloria y amistad. Por estos escogidos en primer intento he creado tantas y maravillosas obras, y si todos me quisieran servir, adorar y conocer mi nombre, cuanto es de mi parte, para todos y para cada uno singularmente he creado tantos tesoros y los ordenare para la posesión de cada uno de los mortales.-

Y cuando hubiera creado sola una de las criaturas que son capaces de mi gracia y de mi gloria, a sola ella la hiciera dueña y señora de todo lo creado, pues todo es menos que hacerla participante de mi amistad y felicidad eterna. Tú, Esposa mía, eres mi escogida y hallaste gracia en mi corazón, y así te hago señora de todos estos bienes y te doy la posesión y dominio de todos ellos, para que, si fueres esposa fiel, como te quiero, los distribuyas y dispenses a quien por tu mano o intercesión me los pidiere; que para esto los deposito en las tuyas.-

Acto seguido, la Divina Trinidad puso sobre la cabeza de María una corona, consagrándola por Suprema Reina y Señora de todo lo creado, y estaba sembrada y esmaltada con unas cifras que decían: Madre de Dios; pero sin entenderlas María por entonces, porque solos las conocían los divinos Espíritus, admirados de la magnificencia que mostraba el Señor con esta doncella dichosísima y bendita entre todas las mujeres, a quien ellos reverenciaron y veneraron por su Reina legítima y Señora suya del Cielo y de todo lo creado.-
104

Para poner la última mano en esta prodigiosa obra de María Santísima, extendió el Señor su brazo poderoso y por sí mismo renovó el Espíritu y Potencias de esta gran Señora, dándole nuevas iluminaciones, hábitos y cualidades, cuya grandeza y condiciones no caben en los términos terrenales. Era éste el último retoque y pincel de esta imagen viva del mismo Dios, para formar en ella y de ella misma la forma que había de vestirse el Verbo Eterno, que por esencia era imagen del Padre Eterno y figura de su sustancia. Pero quedó todo este templo de María mejor que el de Salomón, vestido dentro y fuera de oro purísimo de la Divinidad, sin que por alguna parte se pudiese descubrir en ella algún átomo de terrena heredera de la hija de Adán. María quedó edificada con Divisas de Divinidad, porque habiendo de salir el Verbo Divino del seno del Eterno Padre para bajar al vientre de María, la preparó de suerte que hallase en ella la similitud posible entre madre y padre.-

Dios comunica al Arcángel Gabriel de su bajada a la tierra.-
En esta plenitud del tiempo determinó el Altísimo enviar a su Hijo Unigénito al mundo natural y terrenal, y confiriendo los decretos de su eternidad con las profecías y testificaciones hechas a los hombres desde el principio del mundo, y todo esto con el estado y santidad a que había levantado a María, juzgó que convenía todo esto así para la exaltación de su santo nombre y que se manifestase a los Ángeles la ejecución de esta su eterna voluntad y decreto y que por ellos se comenzase a poner por obra. Habló Su Majestad Dios, al Arcángel Gabriel con aquella voz o palabra que les intima su santa voluntad; y aunque el orden común de ilustrar Dios a sus Divinos Espíritus es comenzar por los Superiores y que aquéllos purifiquen e iluminen a los inferiores por su orden hasta llegar a los últimos, manifestando unos a otros lo que Dios reveló a los primeros, pero en esta ocasión no fue así, porque inmediatamente recibió este Arcángel del mismo Señor su embajada y misiva.-

A la insinuación de la voluntad Divina estuvo presto el Arcángel Gabriel, como a los pies del trono, y atento al ser inmutable del Altísimo, y Su Majestad por sí le mandó y declaró lo que había de decir a María y las mismas palabras con que la había de saludar y hablar; de manera que su primer autor fue el mismo Dios, que las formó en su mente Divina, y de allí pasaron al Arcángel Gabriel, y por él a María. Reveló junto con estas palabras el Señor muchos y ocultos sacramentos de la encarnación al Arcángel Gabriel, y la Divinidad de la Trinidad le mandó fuese el Arcángel Gabriel y anunciase a la Divina Doncella cómo la elegía entre las mujeres para que fuese la Madre del Verbo Eterno y en su virginal vientre le concibiese por obra del Espíritu Santo, y ella quedando siempre virgen; y todo lo demás que el paraninfo divino había de manifestar y hablar con su gran Reina y Señora del Cielo y de todo lo creado.-

El mismo Dios y Majestad, declaró a todo el resto de los Ángeles cómo era llegado el tiempo de la redención humana y que se disponía a bajar al mundo terrenal sin dilación, pues ya tenía prevenida y adornada para Madre suya a María, como en su presencia lo había hecho, dándole esta suprema dignidad. Oyeron los Divinos Espíritus la voz de su Creador y, con incomparable gozo y acción de gracias por el cumplimiento de su eterna y perfecta voluntad, cantaron nuevos cánticos de alabanza, repitiendo siempre en ellos aquel himno de Sión: Santo, santo, santo eres, Dios y Señor. Justo y poderoso eres, Señor Dios nuestro, que vives en las alturas y miras a los humildes de la tierra. Admirables son todas tus obras, Altísimo, encumbrado en tus pensamientos.-
105
Puntos:

Tema (Autor) Ultimo Mensaje Resp
El velo que cubre los Misterios de la Biblia se ha retirado. 72ª Sección Por: j vicente futuro fut 03-07-14 06:49
j vicente futuro fut
0
El velo que cubre los Misterios de la Biblia se ha retirado. 44ª Sección Por: j vicente futuro fut 11-06-14 06:34
j vicente futuro fut
0
El velo que cubre los Misterios de la Biblia se ha retirado. 42ª Sección Por: j vicente futuro fut 09-06-14 06:09
j vicente futuro fut
0
El velo que cubre los Misterios de la Biblia se ha retirado. 6ª Sección Por: j vicente futuro fut 16-04-14 09:38
j vicente futuro fut
0
Simulador Plusvalia Municipal - Impuesto de Circulacion (IVTM) - Calculo Valor Venal
Foro-Ciudad.com - Ultima actualizacion:08/08/2020
Clausulas de responsabilidad y condiciones de uso de Foro-Ciudad.com