No a la linea Alta Tension ...Sama-Velilla

León en contra de un proyecto de línea de alta tensión que cruza su montaña
• Los leoneses están que trinan. Más de 210 colectivos sociales y políticos han presentado 27.000 alegaciones al proyecto de alta tensión que atraviesa su montaña. Un tendido que amenaza bosques protegidos, especies en peligro de extinción y reservas de la biosfera en una zona que ya ha sufrido una reconversión minera.
Reportaje por: Inma MURO

NO QUEREMOS LA LÍNEA DE ALTA TENSIÓN SAMA-VELILLA

22/03/10
El Faedo de Ciñera es la representación tangible de un bosque encantado. A la entrada del valle de roca, con hayas cubiertas de musgo y troncos retorcidos que compensan el desnivel, se da uno de bruces con Fagus. Es un árbol de 500 años, con un perímetro en la base de más de seis metros y una altura de 23. Justo por encima suyo pasa el proyecto del tendido de alta tensión. Al mirar su copa no se divisará el cielo limpio de un invierno frío, solo torres enormes, como edificios de 22 plantas, que tenderán un puente de cables entre las rocas que dominan el valle.
La línea de alta tensión transportará electricidad desde Sama de Langreo (Asturias) a Velilla del Río Carrión (Palencia). Casi 80 de los 123 kilómetros de la línea pasarán por León. Además del efecto nocivo que los campos electromagnéticos tendrían para este ecosistema, es necesario hacer un pasillo de seguridad de más de cien metros de anchura. Una brecha que partiría el hayedo, reconocido por el Ministerio de Medio Ambiente como bosque mejor cuidado de España en 2007.
“Esta línea significa cercenar todas las vías de salida de una cuenca minera muy castigada que solo tiene el turismo como recurso endógeno para salir adelante”, asegura Francisco Castañón, alcalde de La Pola de Gordón y diputado provincial de Bienestar social e Igualdad de Oportunidades. León fue, en enero, la segunda provincia en viajeros de turismo rural.
Castañón pertenece al PP, pero en la lucha contra la construcción de la línea Sama-Velilla no hay fisuras. “El movimiento cívico ha conseguido una unión incluso entre gente que no se habla”, destaca. Camino Alonso es una de las artífices de esa oposición, que ha nacido desde abajo y ha cristalizado en todas las formaciones leonesas: 210 colectivos entre asociaciones empresariales, sindicatos, ecologistas, empresas, juntas vecinales y partidos políticos que les apoyan en contra incluso de lo que dicen sus dirigentes a nivel nacional. Francisco Fernández, secretario provincial del PSOE y alcalde de León, explica su postura: “Yo mantengo una opinión diferente a la posición del Gobierno central y del autonómico, y mantendré mi oposición al proyecto hasta que haya datos que me muestren la necesidad de esta línea. De momento, no los tengo”, asegura.
Hace cinco años la Asociación Bodón comenzó a ir por los pueblos, los domingos después de misa, para recoger la opinión de sus habitantes, que, en concejo abierto, fueron votando contra de la línea. “Al principio nos llamaban ‘las locas’. Hoy ningún partido puede ignorar el clamor popular contra los efectos de esta línea en la montaña central leonesa y en el único lugar virgen de León, el valle de Curueño”, afirma esta mujer. A Camino todas las fuerzas vivas de la provincia le cogen el teléfono y la respaldan en una lucha impulsada a través de la Asociación Bodón. “Nuestro éxito radica en que no hemos intentado convencer a nadie, sino informar”, explica Camino Alonso.
El rechazo al anteproyecto y al estudio de impacto medioambiental que presentó la compañía Red Eléctrica de España (REE) –único documento oficial existente hasta ahora, pendiente de la aprobación del Ministerio de Industria– queda bien detallado en las 27.000 alegaciones que han presentado ayuntamientos, asociaciones y particulares.
Se refieren a defectos de forma en la presentación, sin contar con los ciudadanos ni los representantes locales de los municipios afectados: la falta de documentación e incluso la “ilegibilidad” de algunos planos del anteproyecto o la inexactitud en detalles como la altura de las torres, que aparecen hasta 20 metros más bajas de lo que serán en realidad.
Además, existen quejas referentes a la salud, porque se incumplen las recomendaciones de la OMS sobre la necesidad de que una línea de alta tensión de doble tendido de estas características se ubique al menos a 800 metros de un núcleo urbano. “Aquí hay lugares por los que la línea pasaría a menos de 50 metros de una población”, puntualiza Camino Alonso. Y una falta de contenido que sería “insuficiente para tramitar la solicitud de declaración de utilidad pública”, según se destaca en un informe del Servicio de Asistencia a Municipios de la Junta de Castilla y León. La Asociación Bodón llevó a Bruselas, a la Comisión de Petición del Parlamento Europeo, 28 kilos de papel con evidencias en contra de la línea.
“Se han hecho chapuzas sistemáticamente. Este es el noveno trazado, y si lo miras en el mapa, se ve que en lugar de línea recta tiene forma de ‘L’. Se ha presentado sin respetar los plazos y sin acercarse por aquí. No se ha tenido en cuenta a los 19.500 afectados, habitantes de los 13 municipios. Deben pensar que como somos pocos no habrá resistencia; se equivocan”, afirma Camino Alonso.
El informe de Julio Lago Rodríguez, profesor de la Facultad de Económicas de la Universidad de León, es otro de los argumentos a los que apela el movimiento cívico. Lago acude a datos de la propia REE, según la cual existen “más de 90.000 megavatios de potencia instalada en la Península, mientras que el consumo instantáneo de electricidad nunca ha superado los 45.450 megavatios del 17 de diciembre de 2007”, que no supuso ningún problema de abastecimiento, según la compañía eléctrica.

Nuevo éxodo rural
Félix Ordás, presidente de la Plataforma del Alto Bernesga contra la línea de alta tensión y sindicalista de UGT, también apela al informe de Lago: “Este proyecto supondrá la muerte real de la montaña, cercenar de cuajo una zona ya muy castigada por la reconversión minera y el exilio de unos 20.000 habitantes. Sentimos tristeza porque Zapatero, cuya familia es de la zona y él conoce bien esta montaña, no tome cartas con energía. Duele que no la pare, más cuando hay informes que avalan que no es necesario”.
Santiago Ordóñez, responsable de IU, resalta que fueron “la primera fuerza en oponerse, en 1980, y la única formación que ha presentado en el Congreso enmiendas al Plan Energético Nacional”. Le duele que se les tache de insolidarios: “No lo somos, pero si se necesita energía en Madrid o en el Levante, que se produzca allí. Se aprovechan de que la gente está desinformada, pero aquí se han encontrado con un movimiento social contra el que no pueden ir y que ha provocado la unidad de las fuerzas leonesas”.
Juan José Badiola, presidente del Consejo General de Colegios de Veterinarios de España, es uno de los 206 intelectuales y personalidades que se han sumado a la causa. Tanto su corazón, como leonés de la zona alta del valle de Curueño, como su razón como científico, apelan a argumentos para oponerse al proyecto Sama-Velilla. “Esta zona es el único valle que se libró de los pantanos y que ha visto como se cerraban las minas y la ganadería se mermaba por la política europea. ¿Qué queda, que le masacren el paisaje, lo único que tienen?”, se lamenta. En cuanto a los efectos nocivos de los campos electromagnéticos, Badiola resalta que cada vez hay más evidencias que lo prueban, tanto en animales como en humanos. “¿Y qué pasa, que las gentes de estas tierras valen menos que las de otras? No podemos machacar más a la España abandonada y sola”, concluye.