Las piedras del olvido (Adios, estación de La Seca) Otra opinión, otra queja: MANUEL C. CACHAFEIRO, La Crónica de León 25.02.06 Las piedras del olvido Supongo que el ingeniero que dio la orden de derribar la estación de Renfe de La Seca se está pasando por el arco del triunfo toda esta polémica que ha surgido en los últimos días. ¿Qué importancia puede tener echar abajo una estación donde ya no para el tren? Hombre, para empezar es curiosa la respuesta del Adif, ese mastodonte surgido de partir en dos Renfe. La estación estaba abandonada, es cierto, por Renfe. No por nadie más. Para toda la zona ha sido una sorpresa que se alegue también que era «lugar de drogadictos». Una mentira como la estación de grande, por una sencilla razón: justo al otro lado de las vías se encuentran unas instalaciones militares custodiadas por soldados las 24 horas del día. Oiga, y si entran, que tapien las puertas. El derribo de la estación de La Seca nos debe preocupar a todos porque es un ejemplo más de esa falta de sensibilidad con el pasado. No es que fuera un edificio centenario, pero sí era un edificio singular que podía haber tenido otro destino que no fuera la piqueta. Así lo entendió el Ayuntamiento de Cuadros, al incluirlo en su catálogo de inmuebles susceptibles de protección. El ingeniero que dio la orden, que se seguirá pasando por el arco del triunfo este artículo, no pidió permiso a nadie. Mantiene que el Adif es autónomo. Ni siquiera avisó por mera educación al Ayuntamiento de Cuadros. Y menos, solicitar un permiso de obras. Para qué, si es el Adif. Hace muy bien en iniciar un expediente el alcalde de Cuadros, Marcos Martínez, aunque sólo sirva para poner a trabajar a los abogados del Adif. Aquí no estamos hablando de política, sino de defender los intereses municipales como demostró el Pleno del Ayuntamiento al votar la apertura del expediente por unanimidad. Nos debe preocupar este derribo porque se hace, además, en un municipio que se ha convertido en ejemplo de conservación de nuestra arquitectura rural. En Cuadros no quedan apenas casas abandonadas. Su cercanía a León es un atractivo y la arquitectura de sus pueblos una marca que le distingue, y le distinguirá cada día más del resto de los municipios del alfoz de León. El tren ya no para en La Seca porque Renfe sólo tenía el interés de cerrar estaciones. Ojalá algún día ese área metropolitana obligue a reabrir paradas porque vuelve a ser rentable. Las pasadas navidades un incendio acababa con la estación de Feve de La Robla. Una estación centenaria que había caído en el olvido. Ahora, el Adif echa abajo otro edificio singular como la estación de La Seca. Y no pasa nada. El patrimonio industrial es el patito feo. Vamos a seguir el destino de las piedras de la estación, que quizá ahí esté la clave de toda la polémica.
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