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Gradefes - Leon

Poblacion:
España > Leon > Gradefes
20-06-10 19:09 #5591069
Por:casaccb

La Feria de Santiago en prensa 1892 y 1904
El Heraldo de Madrid 5 de Agosto de 1892
Santiago de Villanófar

A la orilla derecha del Esla, que es donde está Gradefes—por más que un señor Catedrático de Instituto, llamado Mingóte, en un libro titulado Guía de León, nos diga que está á la izquierda, más arriba y más apartado del río que Grádeles-, está Villanófar, antiguamente Villa-Onofre, célebre en el país por su romería de Santiago, que es casi feria, y cuyo origen se pierde, si no en la noche, por lo menos en la mañana de los tiempos.

Para ir á Villanófar desde León, ya que no por buen camino, pues bueno no lo hay, siquiera por un camino transitable, tenemos que salir por la carretera de Adanero á Gijón, en dirección inversa del título, es decir, como quien va de Gijón á Adanero, pasar el puente del Castro, subir al alto del Portillo, volver á bajar hasta el puente de Villarente, por donde, según dice un trabalenguas muy conocido, pasan palomitas veinte, pasar nosotros también y, dejando la carretera citada, tomar otra que comenzó á construir la Diputación provincial de León hará unos veinte años, y de la que todavía no ha construido más que kilómetro y medio, hasta Villafañe.

Desde este pueblo —y cuenta que aún no hemos andado más que dos leguas de las seis que echan de León á Villanófar—tenemos que ir por un camino antiguo, de esos que llaman caminos muertos, y que mejor se llamarían caminos que
matan... al que anda por ellos.

Se sale de Villafañe, hacia el Este, por entre unos huertos cercados de seto vivo y entra luego el camino por unos trigos que tienen muchas amapolas. Después de andar tres kilómetros y medio, se encuentra á la derecha una huerta, con salgueras en la sebe y con riego por un aguaducho que ahora está tapado con un césped y tres cantos rodados, de color gris perla los dos más pequeños y de color de manteca el tercero, que es un poco más grande. A los diez pasos más arriba, se encuentra uno con una teja rota, que hace sospechar la proximidad de algún pueblo, y, efectivamente, volviendo la vista á la izquierda, se ven, á la boca de un vallejo, la esquina de una casa y un palomar medio caído. Me parece que estoy imitando bastante bien el estilo de esos novelistas llamados de observación, estilo que consiste, principalmente, en describir con muchos pormenores de esos que para nada sirven; y sigo adelante. A Villarmún, que es el segundo pueblo de la Abadía de Eslonza, pues el primero era ese otro del palomar medio caído que hemos dejado atrás, y que se llama Palazuelo.

En pasando de Villarmún luego se encuentra á la derecha del camino una extensa cerca de morrillos y argamasa, con elevados contra puentes cónicos, que la dan cierto carácter Señorial, la de la huerta del convento que se ve un poco más arriba cerrando el valle.

¡Ay! De aquel asilo de la ciencia y de la cultura cristiana, apenas quedan más que las paredes. Expulsados de allí sus moradores por la tolerancia. liberal, privados de la libertad santa de vivir en comunidad, en nombre de la otra libertad non santa de los liberales, que se parece á la tiranía como un crimen á otro; echados de su propia casa y despojados de sus bienes, no sé si en nombre del derecho de propiedad o de la igualdad ante la ley, compró por poco dinero el convento, como los demás bienes, un moderado, que lo ha ido destruyendo poco á poco, aprovechando ó vendiendo, ahora las tejas, luego los clavos, después las pandillas ... Yo conocí la iglesia todavía entera, y ahora la ha visto desmantelada, destacándose por encima de los muros agrietados el cascarón desnudo de la alta bóveda del crucero, semejante a la calva de un anciano.

Se pasa el riachuelo del valle por un puente adosado á la cerca del monasterio, y dejando á la derecha á Santaolaja y el camino que conduce al antiguo priorato de San Miguel de Escalada, se llega a Mellanzos, (que es el último pueblo
de la Abadía en esta dirección), y se sube a la divisoria entre el Esla y el Porma, su afluente. Desde allí se descubre al Sudeste Rueda del Almirante, antigua fortaleza situada sobre un acirate casi inaccesible, y antigua capital del contorno. Todavía hoy llevan el apellido de Rueda pueblos como Cerezales, San Bartolomé, Cubillas, situados á dos y á tres leguas de distancia.

Dejando á la derecha el camino de Rueda, se baja por otro, muy pendiente y malo, á Casasola, donde hay que cambiar de dirección, abandonando la del Este, que trajimos desde Villafañe, para caminar casi al Norte y llegar á Cifuentes, pueblo rico por la fertilidad de su terreno y bien situado, y después á Nava de los Caballeros, desde donde ya no nos falta para llegar á Villanófar más que media legua mal medida.

¿Que por qué se llama Nava dé los Caballeros?... No lo sé. Quizá perteneciera á alguna de las órdenes militares, á la de Santiago, verbigracia pero esto no es más que una conjetura. Sólo sé que el pueblo se llama así, confirmando su nombre un cantar que dice:
En Cifuentes, los valientes;
en Nava, los caballeros;
En Valdealcón, los hidalgos;
y en Garfin los carboneros.

Valdealcón y Garfín son otros dos pueblos que están fuera de la ribera principal, en el valle del Porma, una legua y dos, respectivamente, al Noroeste de Nava.

Pero ya estamos en el real de la feria. El sitio es muy desahogado y espacioso. Por aquí se ven montones de blanca lana, por allá de instrumentos agrícolas de verano, horcas, gavios, bieldos; por este lado panderetas y tambores, por el otro quincalla y cristalería; por allá zapatos; por acá cordeles; por esta orilla lienzos y paños, hoces y guadañas; por la otra pipotes de escabeche ó cestas de fruta, y por todas partes se oye ese ruido confuso que se asemeja al de una colmena cuando va á enxambrar, formado por el amasijo de las voces desiguales de uno que pregona, otro que regatea, otro que regatea, otro que canta.

Después de la Misa mayor, que es muy solfeada, y cuando se va acercando el medio día, el bullicio se aminora y el ruido ceda hasta quedar el campo casi en silencio. La gente se ha puesto á comer, los vendedores al pie de la mercancía, los compradores ó mirones en una casa o á la sombra de un árbol.

Pasado el medio día, se renueva casi por entero el concurso. Los que son de lejos y han venido a hacer alguna compra, comienzan á marcharse y encuentran los caminos cubiertos de gente joven de los pueblos cercanos, que acude á la fiesta.

Comienzan á sonar la pandereta y el tambor: después se oye también el repique dé las castañuelas; es que se ha armado el baile, en el que, alternando lo, llano con lo saltiqueado, pasará la juventud toda la tarde y parte de la noche. Allí lucen las mozas sus sayas de percal rayado, sus chambras blancas con florecillas encarnadas y sus pañuelos de color de rosa. Allí lucen los mozos el traje peculiar de la Ribera: calzón corto de sayal, media de lana blanca como la nieve, cubierta con el botín hasta media pantorrilla, chaleco de estameña azul desabotonado, y pañuelo á rodete. El que lleva este traje y, además, sabe tocar bien las castañuelas, no se cambiaría ni por Bosch, que es hoy el amo de Madrid, ni por Romero Robledo, que ejerce ahora de Rey absoluto de España y de sus Indias.

Las castañuelas bien tocadas son el mejor adorno del mozo así vestido, además de ser la alegría del baile. Bien lo da á entender al cantar:
Castañuelas de tejo
con cintas verdes,
más las estima un majo
que un par de bueyes.

Cerca del baile se ha formado otro corro grande casi de hombres solos; es el aluche, donde dos mozos de distintos bandos, por ejemplo, uno de un lado del río y otro del otro, se agarran por la ropa de una manera especial, y queda vencedor el que, por tener más fuerza o más maña para echar á tiempo una zancadilla, derriba al otro en tierra. Contra el vencedor sale á luchar otro del mismo bando del caído, y si queda vencedor á su vez, le sale otro del bando contrarió, durando así la función hasta que oscurece. Es un juego muy parecido al de la política, aunque más divertido y mis barato, y en el cual el poder moderador, que es el público, nunca se alparcea ni tiene miedo á nadie, sino que siempre da la victoria á quien la gana.

ANTONIO DE VALBUENA


EL MENSAJERO LEONES

Sr. Director de mensajero leonés.

Muy señor mío: Habiendo leído en el periódico que Vd. con tanto acierto dirige que varios corresponsales de diferentes puntos comunican a usted las ferias y romerías que se celebran en sus respectivos pueblos; y también dirijo la presente esperando de su amabilidad de cabida en su digno periódico a estas mal redactadas líneas, para que aquellos de sus lectores sepan que un pueblo tan insignificante [digámoslo así] como este, se celebra una feria de tanta trascendencia como es la "renombrada feria de Santiago."

En dicha feria se venden diferentes clases de artículos, pues acuden muchos vendedores de León, Sahagún, Mansilla y otros puntos que traen muchos géneros; pero en más abundancia el escabeche y vino, género muy del agrado para los "personajes del traje de estameña"; pues hay individuo que en dicho día se pone de escabeche y vino "como chiquillo de esquilador" resultando de esto la correspondiente "curda" que se van a dormirla a las huertas donde se celebra el baile, y cerca del mismo; no debe de pasar desapercibido este hermoso espectáculo digno de una placa fotográfica, ¡porque si Vd., Sr. Director, viera el hermoso cuadro que se ofrece a nuestra vista al penetrar en las huertas! allí se ven multitud de meriendas donde reina la alegría y el buen humor, por otro lado se ve el corro de "aluches" donde muchos jóvenes salen a lucir sus cuerpos y a experimentar sus fuerzas siempre con intención de vencer a su contrario [por supuesto] ¡cómo reina el entusiasmo entre los jóvenes del sexo fuerte en esta diversión! no se acuerdan en aquellos momentos ni aun de las chicas más bonitas que bailan muy próximas al corro donde ellos aluchan.

En efecto, volvemos la vista y vemos multitud de muchachas alegres y bulliciosas que bailan al acompañado son de la pandereta, la mayoría de ellas son artesanas, distinguiéndose alguna por su donaire y gracia; también vimos algunas señoritas aunque en número más escaso, allí admiramos a las simpáticas y distinguidas señoritas de Gradefes [algunas, no todas] y otros puntos a quienes no tuve el gusto de conocer, dichas señoritas fueron acompañadas y obsequiadas por los jóvenes de su clase.

Termino mi carta advirtiendo que no ha faltado como en todas las ferias discusiones un poquito acaloradas, pero que no dieron lugar a sucesos desagradables, y hasta otra se despide de V. afmo. S.S. q.b.s.m.

El Corresponsal

Villanofar, 27 de julio de 1904
Puntos:
10-07-10 09:28 #5712756 -> 5591069
Por:el600degradefes

RE: La Feria de Santiago en prensa 1892 y 1904
vaya tocho mas curioso
gracias
Puntos:
10-07-10 23:12 #5715750 -> 5712756
Por:El Leones

RE: La Feria de Santiago en prensa 1892 y 1904
Pues yo lo encuentro muy bien.
Puntos:
12-07-10 00:03 #5719399 -> 5715750
Por:El600degradefes

RE: La Feria de Santiago en prensa 1892 y 1904
y yo , con lo de tocho queria decir que es largo
un saludete
Puntos:
12-07-10 23:17 #5724592 -> 5719399
Por:No Registrado
RE: La Feria de Santiago en prensa 1892 y 1904
Bueno, para leerlo de un tirón, no digo que sea un "tocho", pero nos relata y da fe de las antigua fiesta y romería que se celebraba en aquellos tiempos.
Puntos:

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