Curillas - Leon

Hola:

Me llamo Lucía, desconocía Curillas y acabo de leerme todos los relatos del tirón (en realidad hoy tenía que estar pintando mi habitación, pero los relatos de Jose me han persuadido de ello: me parecen entrañables, encantadores y llenos de naturalidad).

He puesto en el título del asunto: Vicente, porque si fuera posible, me gustaría que Jose contara más cosas de él: ¿cómo era?; me refiero a todo lo que puedas recordar: su forma de ser, de pensar, a qué se dedicaba, qué te enseñó, qué viviste con él, etc.

Gracias por tus relatos,

Lucía

Hola Lucia:
Me alegra mucho que te gusten los relatos y que te hayas fijado en un personaje que, pese a que en los relatos pasa casi desapercibido, para mí es clave. Pues él me enseño a mi a leer y escribir al igual que ha enseñado a leer y a escribir a muchas generaciones, no solamente de Curillas, si no que también a generaciones de los pueblos aledaños.
La verdad es que de Vicente he hablado muy poco. Y no es porque no lo recuerde ni lo tenga en mi mente, pero, conviene aclarar que los relatos que yo escribo están directamente relacionados con los años que yo estuve viviendo en Curillas, años en los que yo no tuve prácticamente ninguna relación con Vicente. La relación con él, precisamente, la empiezo cuando ya estaba viviendo en Santiagomillas. Más, concretamente, fue el invierno primero que pase en Santiagomillas cuando comienzo a asistir a sus clases.
¿Quién era Vicente?. Pues aquí te diré quien era Vicente.
El Ti Nicanor (del que ya he hablado más de una vez) era el joven más apuesto y más hermoso del pueblo… Se fue a casar con la Ti Asunción (Viuda del Ti Federico). Y de este matrimonio nacieron tres hijos. Vicente, Argelina y Tina. Otero González eran sus apellidos. Hijo, pues del Ti Nicanor y de la Ti Asunción. Tenia tres hermanastros más que aportó a la sociedad la Ti Asunción fruto de su anterior matrimonio que se llamaban Isidro, Rufino y Berlarmina.
Creo que en mis relatos he dicho cual fue la ultima vez que le ví andar por si mismo, pues, la poliomielitis le dejo de tal guisa que quedo postrado en una silla el resto de su vida. Él vivía de lo que el Estado le diera, si es que le daba algo, -cosa que dudo mucho porque el Estado entonces daba muy poca leche- y de enseñar todo aquello que él había aprendido cuando estudiaba seguramente que para llegar a maestro. Poco debía de cobrar para lo mucho que enseñaba, pero con ese poco se puede decir que él vivía más o menos dignamente. Eran un hombre que no tenía vicios en los que se le fuera el dinero…
De su forma de ser sólo te puedo decir que tenía un DON de gentes TOTAL e imponía su cátedra y criterio en las materias que impartía con una total abnegación y una autoridad absoluta. Sin embargo, era una persona que se hacia querer y que todos los que fuimos alumnos suyos íbamos en procesión a verle siempre que estábamos por allí.
De su forma de pensar no te puedo decir ni pío porque realmente no se que pensamientos filosóficos tenia. Espero que entiendas que por aquel entonces no se podía pensar y mucho menos hablar de ideas que fueran susceptibles de molestar al “nuevo Dios”. Nunca hablamos de esto ni falta que nos hizo pese a que pasamos horas y horas hablando de las cosas que entonces se podía hablar. Te recuerdo que el miedo era total y aún pululaban por la mente de algunos la memoria de los personajes que yacían en la cuneta de la “carretera” que iba a León. Y para que no dudes de que vivía en un pueblo “nacional” te diré el nombre de la calle principal del pueblo que empieza llamándose calle de José Antonio y termina con el nombre de la calle de Sanjurjo. Durante el tiempo que yo ya estaba fuera del pueblo no tuvimos contacto ninguno, pero yo siempre que iba al pueblo me acercaba a verle a él y a su hermana Argelina. Recuerdo que como siempre, o casi siempre, iba en verano la casa estaba llena de moscas… ¡¡Jope!! Nunca había visto tantas moscas juntas en tan poco espacio. Casi aquel ambiente lleno de moscas se hacia inaguantable lo que no impedía que estuviera con él prácticamente toda la tarde
¿Cómo era?... Vicente era un hombre de pequeña estatura,(mediría más o menos 160) delgadito y de piel morena y fina. Tengo que decir que yo que mido 173 en Curillas me siento como un gigante, pues, a la mayoría de la gente le saco más de la cabeza. Realmente, ahora ya es menor la diferencia, mi generación y las anteriores a mí eran gentes de muy pequeña estampa…
¿Que qué me enseño?. Pues, me enseño a leer y a escribir; a leer con acentos, comas y puntos y a escribir con puntos, comas y acentos. Los verbos, los tiempos, el modo, el genero, los regulares, los irregulares. Con él aprendí los diptongos, los triptongos y los hiatos. Me enseño a escribir “ahí hay un hombre que dice ay” Me enseño a sumar, a restar y a dividir –obvio que era sin calculadora- él te enseñaba que 12 + tres son quince, mas 16 son 31 + 20 son 51 x 2 son 102… Todo lo tenías que hacer a la velocidad de la luz y a base de machacar y machacar terminabas sabiendo sumar y restar sin el más mínimo esfuerzo. Los números quebrados, la suma, resta y división. La raíz cuadrada. La regla de tres. Los números enteros, los decimales… etc, etc, etc.
Me enseño tanto y tan bien que, caso anecdótico fue el que me paso en la escuela de Santiagomillas a la que, para no variar, tampoco asistía mucho que digamos. Y no iba a la escuela, no porque yo no quisiera, si no porque había que trabajar en casa y no quedaba tiempo para ir. Doña Isabel Vega, así se llamaba la maestra, nos tenia un poco de manía (a mi y toda mi familia que era poco dada a llevarle ningún regalo como hacían todos los demás) y debió de dar parte al Ministerio de Educación y Descanso (así creo que se llamaba) de la pasividad que tenia yo de sus clases. Esto debió ser el motivo por el que un sopla gaitas del Ministerio, el Juez de Paz, el Alcalde del pueblo y el Cura, formaron una especie de tribunal del que no puede escapar. Ante esta reunión de cantamañanas compadecimos todos los alumnos de la escuela. La cara de Doña Isabel era de satisfacción y de gozo pensando en lo que iba a venir pero sin imaginar lo que iba a ocurrir. Resultó que sopla gaitas del ministerio nos dijo que si alguno sabia hacer la Regla de Tres que levantara la mano y el único que la levanto fui yo. Me dijo que la planteara en “el encerao”, es decir, en la pizarra y la plateé como Vicente me había enseñado. No soy capaz de dibujar la cara que se le puso a Doña Isabel… luego nos dijo que hiciéramos un dibujo y yo dibuje el reloj del pueblo, después una redacción de ortografía y no recuerdo que más. El caso fue que con aquella comparecencia a mi me dieron el Certificado de Estudios Primarios y al careto de Doña Isabel ya no la volví a ver jamás, pues, con 11 años que tenía yo entonces me fui (en un Tren que se llamaba “el correo gallego”) para Madrid. La verdad es que no se que pintaba aquel “tribunal” allí y nunca entendí a que fue debido, lo que si se es que a Vicente le gustó mucho el repaso que le había dado a toda la escuela de Santiagomillas. Bastantes años mas tarde, cuando estaba preparando el ingreso en la Universidad para mayores de 25 años, él me apoyo muchísimo y se alegro mucho de la iniciativa. En este caso si que te puedo decir que nos pasamos la tarde hablando de Sócrates, de Platón, de Aristóteles… y de otros viejos filósofos presocráticos. Le gustaba mucho el saber y teníamos tertulias sobre estos temas. Su hermana Argelina, que estaba allí, no hacia mas que decirme… ¿pero tú adonde demonios has deprendido (aprendido) tanto…?.
Un día, de repente y sin previa preparación, una sobrina suya a la que yo estaba dándole clases me da la noticia de su muerte. No hace muchos años que esto sucedió, pero el caso es que su muerte la sentí como si algo mío se hubiera ido
Vicente Otero González si te puedo decir que era bastante “lorquiano” . Se sabía muy bien muchos poemas de Federico García Lorca y a mí me los enseño y me los leyó muchas veces. Recuerdo muy especialmente este que dice:

Yo me subía un pino verde
Por ver si la divisaba,
Y sólo divisé el polvo
Del coche que la llevaba.
Anda jaleo, jaleo;
Ya se acabo el alboroto
Y ahora empieza el tiroteo
En la calle de los muros
Mataron a una paloma.
Yo cortare con mis manos
Las flores de su corona.
Anda jaleo, jaleo;
Ya se acabo el alboroto
Y ahora empieza el tiroteo
No salgas paloma, al campo,
Mira que soy cazador
Y se te tiro y te mato
Para mi será el dolor,
Para mi será el quebranto
Anda jaleo, jaleo;
Ya se acabo el alboroto
Y ahora empieza el tiroteo

Espero, Lucia, que con esto haya satisfecho tu curiosidad y, aprovecho estas líneas para rendir un sentido homenaje a quien me enseño lo más básico y lo más importante que un hombre puede tener: Inquietud por las Humanidades, las Ciencias y las Letras.
Recibe un cordial saludo.
José González

Jose te as olvidado de Julia Vicente era su hermano y de ella yo si me acuerdo, eran cuatro hermanos un beso

mª jose

Hola Mª José. Tienes toda la razón del mundo. Olvidé por completo a Julia y es un fallo imperdonable. Olvido que me ha hecho estar unos días dándole vueltas y vueltas al cerebro hasta que he localizado la neurona donde estaba el recuerdo de Julia. De modo que, para que quede claro todo, basta decir que Vicente tenía tres hermanos más. A saber: Julia, Argelina y Tina.
Gracias por la aclaración y recibe un saludo, a parte de recuerdos para tu madre y tu tía.
José González

Tambien te diré que tubo un mal parto ,
como decian antes ,
un bebe muerto ,
Mi tia me lo a recordado hoy
Te devuelve tus recuerdos y que.
Las visites siempre que puedas´.
Que le des un saludo a tu madre
Un abrazo
MªJose

Dices que con el 1,73 te sientes un gigante
en Curillas, y que le sacas mas de la cabeza
a la mayoria , te daras cuenta que es una
autentica bobada ,y que con frases como esas
pues la verdad es que inspiras poca credibilidad
;Doña Isabel era una gran Maestra ,y no es justo
que hables asi de ella, tratas de cantamañanas y
soplagaitas a personajes de aquella época,
deberias de tener un poco más de respeto ,pues
algunos ya no existen ,

Hola, TROLL
No te entiendo. A ti te pasa algo. ¿Eres el defensor de las causas perdidas?. ¿Reniegas del presente?. ¿Te gusta más el pasado?. ¿Di que te pasa y de paso nos dices quien eres?. Mira que si tienes dolor de hígado por la situación actual yo te puedo dar unas cápsulas de estroncio de vitróncio mezcladas con colágeno de tiburón y recubiertas de gelatina extraída de las alas de los mosquitos caribeños. Estan riquisimas y quitan el dolor de hígado, de cabeza tronco y extremidades. Son excelentes y dejan un extraordinario aroma dulce en la boca y un paranoico sabor a flor que solo lo tienen las más exquisitas flores del bosque. Solamente presentan una contraindicación y es que en algunos personajes, cuando la encimas digestivas comienzan su función digestivas, se han detectado rebuznos muy típicos de asnos almizcleros que son muy dados a meter sus narices en algunos foros rurales con el fin de desestabilizarlos, en cambio se ha demostrado científicamente que son muy buenas para la demencia senil y el envejecimiento prematuro y, encima, limpian, fijan y dan esplendor…
Osease que si yo a la gente de Curillas le saco la cabeza eso es una “autentica bobada”, si no fuera a si, entiendo, que seria una falsa bobada. Luego aquí falla algo. Si dieras la cara y nos dijeras quien de Curillas mide más de 170 cm. Pues, nos dejarías a todos contentos y, a los que digas que miden más, los tendrías colgados de la puerta. Pero como eres un perfecto cobarde no nos vas a decir ni quien eres, ni quien mide más de un metro setenta centímetros. Puede que, si los cuentas, con los dedos de una mano te sobren cinco…
No he tratado en ningún momento nada que te inspire a ti poca, mucha o ninguna credibilidad. Simplemente trato de describir la realidad objetiva de entonces y, sin temor a equivocarme, la realidad actual.
De Doña Isabel yo no he dicho que fuera mala profesora. Lo dice la evidencia, pues, de los alumnos que entonces estábamos en clase, ninguno sabía hacer la Regla de Tres cuando llevaban con ella año tras año, mientras que yo con Vicente sólo llevaba tres inviernos. Otra evidencia es que no se de ninguno de sus alumnos que haya llegado a la Universidad. Y para concluir, fíjate si era tan buena profesora que, si te enseño a ti, en cuatro líneas que has escrito, tienes, a simple vista, seis o siete faltas de ortografía, amen de la redacción que no se puede coger ni con pinzas de cirujano.
En cuanto al respeto que debería tener por los personajes que he citado en el relato, te diré que, para que yo les guarde respeto a ellos, antes deberían habérmelo guardado ellos a mí. No puedo respetar a ningún “personajillo” de aquella época porque ellos no respetaron absolutamente a nadie. Siento mucho alivio al saber que “algunos ya no existen” y me alegra muchísimo más pensar que todos ellos nunca deberían haber existido. Eso si, con el fin de perpetuar su memoria, cada mañana (de ahí lo de cantamañanas) nos hacían cantar el Cara el Sol que era muy bueno para inspirarte en las matemáticas, mucho mejor para adentrarte en la filosofía y no digamos lo bueno que era para alegrarle el espíritu al “nuevo dios”… que era otro que jamás debería haber existido. No obstante, para que todos ellos fueran perdonados, también se rezaba diariamente el ángelus con lo que intercedíamos por sus sacrificadas almas y su descanso eterno. AMEN.
Por último te diré que yo no se quien eres tu, sin embargo, tu si sabes quien soy yo y esto no simplifica mucho las cosas, pero me da la impresión que tú cuando no tienes argumentos -típico esto de mentes retorcidas con pocas más luces que una tienda de bombillas fundidas- pasas a la descalificación y a la mentira y, por si eso fuera poco, lo haces de una manera impresentable.

Gracias por recordar a Vicente, Jose; además, la poesía también habla de la época que os tocó vivir...

Por cierto, ¡enhorabuena!, todo foro debe tener su <a href="https://s.wikipedia.org/wiki/Troll_(Internet)>troll</a> y éste también tiene el suyo.

Un beso,

Lucía