Cistierna - Leon

La Crónica de León

INFRAESTRUCTURAS / Un proyecto polémico
Sama-Velilla: conflicto de intereses a través de la montaña leonesa
Impacto ambiental. Miguel Alejo aseguró ayer que el estudio continúa adelante por el deber del Ejecutivo “de cubrir las necesidades energéticas del país”

David Rubio / León
Tanto se ha hablado a lo largo de los últimos 25 años de la línea eléctrica de alta tensión que la empresa estatal Red Eléctrica Española proyecta hacer entre Sama de Langreo (Asturias) y Velilla del Río Carrión (Palencia) que muchos de los comentarios se van solapando hasta quedar en el olvido.
El último de los comentarios vertidos sobre este polémico proyecto lo firmó ayer mismo el delgado del gobierno en Castilla y León, el leonés Miguel Alejo, durante su visita a Sabero: “El estudio de impacto medioambiental del proyecto de la línea de acuerdo con el deber del Ejecutivo de cubrir las necesidades energéticas del país”. Muchos albergaban esperanzasde que la modificación del Plan Energético Nacional, necesaria tras el anuncio de cierre de la central nuclear de Garoña, hiciera al Gobierno dar marcha atrás sobre la Sama-Velilla. Esta misma semana, directivos de REE anunciaron en Oviedo que no creen que el Ministerio de Industria modifique el trazado y que esperan que la línea esté en funcionamiento en la fecha anunciada: 2011. Además, en león se presentó un movimiento cívico que aglutina a todas las plataformas existentes, con 27.000 alegaciones y la intención de llegar a 50.000 como principal aval.
Pero de todos los comentarios vertidos sobre la Sama-Velilla (algunos llegaron a decir que el objetivo era construir una central nuclear en la provincia) lo que se puede concluir es que la línea de alta tensión constituye un choque de intereses que tiene como principal víctima a la montaña leonesa.
El Gobierno central, el Principado de Asturias y la Junta de Castilla y León hablan de la necesidad de esta línea para que no se produzca un colapso energético. Lo cierto es que las grandes beneficiadas de esta red serán Asturias, donde se crearán puestos de trabajo y se ‘venderá’ energía, yla Comunidad de Madrid, donde los niveles de contaminación impiden construir centrales térmicas que pudieran paliar el déficit energético de la capital (sólo el Ifema consume tanta energía como Ciudad Real). En el pueblo madrileño de Morata de Tajuña, la empresa franco-belga Electrabel proyecta un ciclo combinado que alcanza la producción de 1.200 megawatios (en tres grupos de 400), proyecto que ha despertado el rechazo de grupos ecologistas, a los que los gobernantes no pueden ignorar ante los actuales niveles de contaminación de la capital, a pesar de que, como ocurre en León con los cielos abiertos, se declarara el interés público de la planta.
En la necesidad de abastecer de energía a Madrid se puede encontrar la explicación al silencio de muchos políticos sobre la necesidad o no del proyecto.