Calzadilla de Los Hermanillos - Leon

Gallego&Solano no es una firma de un diseñador. Gallego y Solano son los dos vientos que regían la temporada de la limpia. Solano prefería el día y Gallego era más aficionado a la noche. Tuve una relación laboral con ambos durante bastante tiempo y algo sé de cómo se comportaban. Todos los veranos, después de S. Bartolo acudían a las eras para hacer su trabajo y el contrato se alargaba hasta la primera quincena de septiembre. Tenían el trabajo repartido a turnos. Solano de mañana y Gallego de tarde. No hacían más de cinco horas al día y todo ello con el Visto Bueno del Anticlón de las Azores, su jefe. Solano entraba a trabajar alrededor de las siete de la mañana y no paraba hasta la hora del ángelus. A partir de esa hora (en torno a las 12:00 h) llegaban otros vientos de componente sur o norte con los que no se podía trabajar por inconstantes. Gallego comenzaba su tarea alredor de las siete de la tarde y podías contar con él hasta las doce de la noche. Después de esa hora, aparecían de cualquier punto intrables vientos que se apoderaban de la noche.
Gracias a ellos, a las máquinas de limpiar y a nuestros sudores y picores aquellas enormes parvas quedaban reducidas a grano, paja, grancias y pusla.

Si no fuera porque alguien puede pensar que nos piropeamos demasiado, te diría que eres el que más sabes de asuntos labriegos en este foro. Pero, qué caray, qué nos importa lo que digan. Se nota que has vivido a fondo la labranza tradicional, que te has ilustrado en sus conceptos y procedencias y que, además, lo explicas muy bien. Tus clases son muy interesantes, otra cosa es que aprobemos.
Sobre este tema de la limpia, lo único que recuerdo es que me gustaba jugar con el trigo limpio cuando salía de la máquina. Poner las manos y esperar a que se llenasen era muy relajante; lástima que a veces me costase un pescozón. Debía ser un trabajo muy duro porque en mi casa siempre se dejaba un jamón para los limpiadores.
Cuéntanos algo sobre la trilla, me gustaba más. Esos montones de mies en la era al caer la tarde venían muy bien para jugar al escondite ¿o no?.
Zarza

No era tan fácil darle al bieldo.
Era un espectáculo ver limpiar con ese instrumento.
Hasta tres personas una detrás de otra se ponían a beldar si encontraban un buen filón de solano o de gallego.
Después todavía quedaba pasar el grano por la criba para separ las granzas.
Con las aventadoras era diferente.
Hasta cuatro personas se necesitaban para poner en marcha este artilugio.
Dos para mover la manivela unida a las aspas.
Uno para echar la paja con el grano en la boca de la máquina.
Y un tercero para sacar el trigo hacia el muelo, ir cambiando los sacos que se ponían por un lado y sacar la paja de detrás de la máquina para un montón.
Todas estas personas se iban relevando sobre todo para darle a la manivela.
No me extraña que en la casa de Zarza se dejara un jamón para los limpiadores,también se solía llevar adobo o bien un buen escabeche.
Más tarde se incorporó a la aventadora el motor piva o campeón.
Estos motores que se usaban como bombas para sacar agua del pozo fué toda una revolución en el trabajo de la limpia.
Al acabar de limpiar se recogía el trigo.
Por lo general se hacía por cargas.
Una carga representa tres cuatro fanegas según la provincia.
En Calzadilla solían ser unos dos sacos de entre ochenta y ochenta y cinco kigos aproximadamente.
Lo que quiere decir que en nuestro pueblo una carga tiene cuatro fanegas.
La fanega son 43,20 kgs.