LA NIEBLA DE LA FUERZA Estuve allí. Toda la memoria de deseos mágicos la entregué al túnel de la niebla. Me duelen esas calles de viejísima edad, de quinientos u ochocientos pasos largos. Me duele un invierno tan antiguo, tan fuerte como la muerte, como la vejez. Estuve allí. La niebla de la fuerza es la sangre de nuestros antepasados, no es la sangre de Dios. La niebla de la fuerza invadió todos los rincones, todos los corrales, todos los pagos sin nombre de Lantanilla. Estuve allí. He vuelto al infancia.Recuerdos sin fin. Recuerdo a aquel hombre de CALZADILLA que coleccionaba días de niebla y alguna vez me contó: "Hoy soy feliz, porque los que aman la guerra no tendrán a ningún cristiano a quien matar" Un saludo. |