Calzadilla de Los Hermanillos - Leon

Crescencio Miguélez presenta mañana el libro que traza la historia esencial del pueblo.

En Calzadilla de los Hermanillos hay quien sabe latín y gracias a ello el pueblo no sólo «tiene quien le escriba» sino quien ha descifrado sus orígenes. Crescencio Miguélez Baños es el autor de «Calzadilla de los Hermanillos. Vía Romana, Camino de Pegrinos y Señorío» que se adentra en los orígenes y discurre por los episodios más sigulares de su historia hasta la actualidad, con el renovado auge de las peregrinaciones que reflejan las estadísticas del albergue desde 2004.
«Sin la vía romana y las peregrinaciones no existiría Calzadilla de los Hermanillos», comenta este profesor jubilado de Latín y doctor en Filología Clásica que salió con 9 años del pueblo y acaba de descifrar su historia esencial buceando en los los archivos y estudios especializados.

«Sin la vía romana y las peregrinaciones no existiría Calzadilla»

El libro hace luz sobre el origen del actual pueblo de Calzadilla de los Hermanillos, que se sitúa entre los siglos XVI-XVII, siguiendo el libro de fábrica de la iglesia, y completa el listado de antiguos poblados ya desaparecidos que le precedieron.

Villarriviel, Valrretel, Villegas, Villabrín o Vallebrín o los hasta ahora desconocidos de Villa de Egicas o Egicas y Sanjusta. Con la información atesorada ha levantada la carta topográfica. «Sin saber latín hubiera sido imposible hacer este libro», asegura.

Las «villitas», tal y como aparecen descritas en los textos medievales, empiezan a documentarse desde el siglo VI-VII, en época visigoda. Calzadilla viene de Calçatella, término latino del que deriva también el gentilicio calceatellense. El sobrenombre de Hermanillos se debe a la relación del pueblo con la abadía de Santa María de Arbas, custodiadada por los agustinos. También hay un monte en el pueblo con este topónimo. Al que nunca perteneció Calzadilla de los Hermanillos es al abadengo de Sahagún, pese a la cercanía.

Miguélez no quiere entrar en polémicas pero en honor a la verdad apunta que el «camino primigenio es el de la calzada romana» y que debido «la influencia de las princesas borgoñonas y de Alfonso VI en el siglo XI-XII se ensanchó el camino francés». «Decían que si había lobos en el monte de Valdelocajos...», anota. De este monte localizó un mapa en la Real Chancillería de Valladolid que ilustra la portada.

La mayor parte del territorio perteneció a un señorío, entre cuyos nombres destaca el autor a Francisca de Escobar, señora de Calzadilla. El libro rescata todas las ermitas (Nuestra Señora de Villarriviel, La Magdalena, San Roque y Nuestra Señora de los Dolores, la única que queda en pie), así como una biografía del mártir Argimiro García Sandoval, las escuelas fundadas por el obispo Cayetano y las públicas.
También se adentra en la vida municipal (Calzadilla pertenece a El Burgo Ranero con Las Grañeras y Villamuñío) con detallados cuadros estadísticos de impuestos y presupuestos. Los usos y rentas agrarias, los históricos pleitos... la abolición de los señoríos y tradiciones populares (transcribe obras populares navideñas y de Semana Santa) también tienen su hueco.

Félix Pacho Reyero, insigne periodista calceatellense, prologó el libro poco antes de fallecer recientemente. Lo sitúa a la altura de los mejores en «la pléyade de monografías sobre pueblos leoneses». Con la sentida ausencia de Pacho, Crescencio Miguélez presenta su libro mañana sábado a las 19.30 horas en el aula de usos múltiples de Calzadilla de los Hermanillos, arropado por Cecilio Bravo, también hijo del pueblo, maestro y escritor, y el catedrático de Filología Hispánica de la ULE y miembro correspondiente de la RAE, José Ramón Morala.

ANA GAITERO | LEÓN / 19/08/2016
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