Calzadilla de Los Hermanillos - Leon

Las ranas del Burgo Ranero

Leyendo en un folleto, relativo a una cierta etapa leonesa del Camino, si el término “ranero”, del Burgo Ranero, tenía algo que ver con las ranas, me han venido a la memoria algunos cuentos y lecturas y hasta alguna experiencia vivida al respecto que, por si son de interés, paso a explicar.

Lo primero que cabe decir es que el tal Burgo Ranero NO está en el Camino DE Santiago, expresión por otro lado poco exacta, más bien el Camino es A Santiago, pues a este destino de peregrinación se llegó a ir por innumerables caminos, casi todos los cuales eran anteriores a la existencia misma de Compostela.

Es el caso, por ejemplo, del llamado “de la Plata” (nada que ver con este metal), dado que la palabra proviene del árabe “Al Balata” que viene a significar “camino empedrado o enlosado”, que es como los invasores agarenos se lo encontraron, y cuyo origen, como es sabido, es romano, para conectar de Sur a Norte, Gades, Itálica, Emérita Augusta, Helmántica, Asturica Augusta, y la costa cantábrica, otro tanto cabe decir del llamado “Francés”, que aprovecho muy buena parte de las Vias que conectaban la Galia con la Hispania, por ejemplo, a través del “Sumus Portus” (Somport, en el “Aragones”), etc, y sobre todo la “Trajana”, que de Este a Oeste, lo hacía enlazando Tarraco en el Mare Nostrum, y Cesar Augusta, donde se cruzaba el Iberus , con Astúrica Augusta, las Médulas, y en fin la costa atlántica del “Occasus, Occidere solis”, o muerte del sol del “Finis terrae”.

Pues bien, ninguna calzada se traza sobre un firme pantanoso o humedal, sobre una “llamarga”, que se diría en Asturias, si puede evitarse, y así la tal Via salía de Sahagùn hacia el oeste, y por Calzada del Coto alcanzaba Villamarco, pasando por Calzadilla de los Hermanillos, esquivando por el norte, los humedales y lagunas del área del Burgo, sea la “laguna de la manzana” o cualquiera otra que pueda quedar, pues la mayoría de las cuales están hoy desecadas y desaparecidas.
El origen del “Burgo”, como el de “Bercianos del real camino”, (lo de bercianos deja claro que se trata de un poblamiento hecho a base de gentes traídas desde el Bierzo, o “Galleguillos de Campos”, etc), o este que mencionamos de “Calzadilla de los Hermanillos”, ojo a este último término en relación a lo que después digo de los hermanos legos, es lo que, en la estructura de implantación en el terreno de los antiguos conventos y cenobios, se llamaba una “Granja”, nombre común en la toponimia española, que no era otra cosa que instalaciones a cargo de frailes encargados y hermanos legos, que con colonos y aparceros, se dedicaban a obtener alguno de los productos que interesaban. De aquí trigo, de allá miel, de más allá fruta, etc, para proveer a las docenas de bocas, a veces cientos, que habitaban en y entorno de uno de estos grandes cenobios, y este de Sahagún no fue pequeño precisamente. Se dice que fue llamado el “Cluny español” pues señoreaba decenas de conventos entre el Cantábrico y Segovia, desde la grande protección de Alfonso VI que estuvo en él amparado o recluido, y que concedió Fuero a la villa.

Quien quiera encontrar una explicación novelada de como los más poderosos conventos de la edad Media, estructuraban, administraban y explotaban los grandes territorios que les pertenecían lo puede hacer, o recordar, por ejemplo, en “Los pilares de la Tierra” de Ken Follet, por mencionar uno; pero en el caso que nos ocupa, la razón de este establecimiento de “Calzadilla de los hermanillos”, es la antigua presencia de un “oasis” en la via romana, existe ,según me explicaron cuando pasé, una fuente con suministro inagotable de agua, y los romanos, como cualquier ejército que ha de desplazarse, sabían que de todo puedes llevar contigo pero para abrevar la caballería y beber la tropa, si no hay agua, tienes un problema.

Pues bien, en relación con este “Sanct Facún” y de ahí “safagún” y Sahagún, poderosísimo convento de San Facundo, de cuyo poder y porte cabe decir que, la que parece grandiosa puerta de entrada a la ciudad no es sino la portada de la iglesia del antiguo convento, hoy prácticamente desaparecido, la razón, digo, de la creación y establecimiento de población en el “burgo”, no era otro que el de obtener ranas, sí, ranas para consumo del convento, pues se daba la circunstancia, en las lustrosas y apetitosas ancas de estas criaturas anfibias de “anfi”, doble y “bios” vida, por desarrollar esta entre agua y tierra, que podía considerarsele pescado, y no carne en sentido estricto, y por ende su consumo, no rompía las abstinencias cuaresmales y otras a que eran sujetos tan santos varones, y el común de los cristianos.

No acaba aquí la chusca interpretación Canónica, pues es sabido que el famoso convento de Sobrado de los monjes, dispuso en las fuentes del Rio Tambre de una laguna represada, que entre otras cosas proveía de agua corriente a sus cocinas, así como de truchas que en ella se criaban, si bien que la malicia de algún autor gallego, vete a saber si Valle-Inclán, Cunqueiro o cualquier otro, llegaba socarronamente a sostener que, a aquel canal, eran arrojados capones cebados, lechazos y orondos lechones, que llegados a las tales cocinas “per acquam”, criaturas acuáticas podían al fin ser consideradas, de modo que la abstinencia no sufriera menoscabo que, para las leyes de Dios nunca faltan excepciones y bulas. Digo bulas, que no burlas, que eso “sonche cousas do demo”.

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6 mar, 2016......por J@vierMonteroEscrig@s
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