La fuente de Anciles Hoy mando una foto de la fuente de Anciles ya que no hay pueblo que se precie que no tenga una fuente tan diferente a las demás que sus habitantes no pudieran reconocer hasta con los ojos vendados. Porque alrededor del agua surgen olores, sonidos y sensaciones que solo pertenecen a ese lugar. La historia de una fuente es la huella permanente que van dejando en ella las personas, los animales y el agua. Es un cuento de vida que pasa. También la fuente de Anciles era especial, un punto de referencia inigualable. Cómo recuerdo aquel sonido tan peculiar que hacía el agua al caer al pilón. ¡Cuántas cosas nos contarían sus caños si pudieran hablar! Historias de amores y desamores acumuladas en generaciones de gente brava empeñada en vivir. Cuántos paseos para buscar agua sirvieron de pretexto para entrecruzar una mirada de deseo, una corta frase de complicidad, una caricia robada sin disimulo en la noche... y mientras tanto como en los versos de Gerardo Diego, en el agua fueron quedando palabras de amor, palabras... ¿Tuviste la suerte escucharlas?... Cuéntamelo
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