Albares de la Ribera - Leon

El pueblo donde a la matanza
le dicen cazuela
Prioro es una de las poblaciones que más costumbres antiguas conserva, del mayo a pedir los quesos o la ronda


F. Fernández / Prioro
Cuando llegas a Prioro ya compruebas que es un pueblo diferente, incluso porque cierran los bares a mediodía el día de la fiesta. Te recibe un chozo en homenaje a los pastores, a su lado hay dos hórreos reconstruidos, la conversación de las gentes del pueblo gira en torno a ‘los luches’ que se van a disputar por la tarde, las casas tienen nombres como ‘la tenada’ o ‘la fragua de la villa’, su museo es de la trashumancia y las mujeres hablan de la celebración de la Virgen de Retejerina, que será mañana, como remate de las fiestas y consiste en que las gentes del otro pueblo del municipio, Tejerina, bajan andando hasta la ermita, participan en la misa, comen en el campo y por la tarde se organizan juegos tradicionales de la comarca, bailes y cánticos, que las gentes de esta tierra son expertos cantadores, no en vano tienen editado su ‘cancionero’.
También es posible que esté levantado un mayo, si en los últimos meses algún vecino de la localidad cantó misa, algo ahora menos frecuente pero en tiempos muy habitual pues Prioro y Tejerina han sido la mayor cantera de curas, frailes, monjas y misioneros de la provincia. No en vano se decía por aquí que ‘‘en Prioro, o cura o pastor’’, pues la trashumancia es otra de las señas de identidad de este lugar, de ahí que esta actividad tenga además de un museo una fiesta anual.
Levantar el mayo, como es conocido, es poner un árbol recto, cuanto más alto mejor, con motivo de la primera misa en honor de un nuevo sacerdote hijo del pueblo. El árbol está sin corteza, limpio, de tal forma que escalarlo resulta tan complicado como ponerlo en pie, faena en la que deben colaborar todos los mozos del pueblo y que en las últimas ocasiones se vieron obligados a ayudarse de ‘máquinas’. Dicen los estudiosos que era una tradición preibérica, de origen pagano, en honor a la fertilidad. Pero, como tantas otras, el cristianismo la convirtió en un rito popular que tuvo gran presencia en nuestros pueblos.
En definitiva, Prioro (y Tejerina) ha sido un pueblo que ha sabido conservar muchas tradiciones que en otros lugares se han ido perdiendo.
Entre las que aún tienen presencia en la vida diaria de la localidad está, por ejemplo, la de la ronda de los mozos y pedir los quesos, que se han celebrado estos años con renovado ímpetu en las fechas cercanas a las fiestas de la localidad (el 15 de agosto). La ronda está vinculada a otra tradición, la de los quintos, pues en su época de esplendor (las décadas centrales del pasado sigo XX) eran sólo los mozos (especialmente ‘Los Quintos’) recorrían lascalles cantando y cortejando a las mozas. En su etapa purista cuando la ronda daba comienzo, nadie podía andar por las calles del pueblo y si alguno lo hacía se le aplicaba una multa. Esta costumbre se fue perdiendo hasta que en el año 1990 un grupo de vecinos (en buena parte veraneantes hijos del pueblo) decidieron recuperarla, aunque no fueran mozos, e incluso la grabaron.
Una tradición muy similar es la de la ‘pedir los quesos’ pues también son los mozos los que el día antes de la fiesta (el 14 de agosto) van por las casas cantando y los vecinos les invitan y les dan dinero para que puedan organizar las fiestas, ya que ellos son los encargados de este apartado fundamental de la vida comunal.
No son todas las tradiciones, hay otras muchas, algunas vinculadas a celebraciones religiosas, como las de la Semana Santa, en la que hay algunos ritos tradicionales, como un sobrecogedor rosario de la buena muerte o la procesión del Viernes Santo por la noche, en la que los quintos (una vez más) transportan la caja del Nazareno con uniforme militar y las quintas se visten de lloronas, Magdalenas y vírgenes de luto.
Otra de las tradiciones que no podía faltar es la de cantar a la novia en las bodas, las hilas o filandones y todas aquellas que se conservan en otros pueblos de la Montaña, pues Prioro siempre busca mantenerlas ‘algo más’. Allí casi todo es diferente, incluso a una de las grandes tradiciones de todas las comarcas leonesas, la matanza, ellos le llaman cazuela.

Precioso relato

Donde fuiste todo este tiempo, para no leerlo asta ahora?