Logroño - La Rioja

Teníamos reserva para las 14.30. Llegamos a la hora justa. A las 14.45 todavía no nos habían ni dado la carta ni preguntado qué íbamos a beber (cosa que hacen en todos los restaurantes) pero ya estaban atendiendo una mesa que llegó más tarde que nosotros.

El dueño, que es el mismo que asa, y estaba justo frente a nosotros en la cocina, salió y repartió cartas y cuando ya pensábamos que iba a darnos la carta que le quedaba se dio la vuelta y se la dio a los que habían llegado más tarde que nosotros.

Nos levantamos de la mesa y a dos camareros, que entonces sí que nos vieron, les dijimos que nos íbamos porque éramos invisibles.
Contestación de la camarera: "no tenemos más cartas"
Excusas. Le señalamos una que estaba en la mesa de al lado sin utilizarla por nadie.

El dueño, con sorna, nos dijo "hasta luego".
Contestamos "hasta nunqui".
El servicio no es malo, es que no hay.