A una extraordinaria MUJER Cuajada de primaveras está la LUZ de mi pueblo. Más hermosa que las flores es la niña que yo quiero. Hermosa ella y galana. Entrañable por demás. Que te da to lo que tiene, si vienes como si vas. Bien lo aprendió de sus padres y la gente de su pueblo. Por eso he dicho, señores, que es la niña que más quiero. Yo no encuentro poesía que se pueda parecer A una mujer tan bonita ni a semejante mujer. Que nadie toque a mi niña y menos hacerle daño. Que está hermosa como ayer, lo mismo hoy que en hogaño. Hermosa, rica y preciosa; pues de oro tiene las manos. La salud sea contigo y nos vivas muchos años. Enciso tiene la suerte de gozar su simpatía. Pues allí tiene un mercado de par en par todo el día. Mil flores serían poco para quien tanto nos dio. Con ellas yo te haré un ramo y te lo daré, mi amor. Querida LUZ y los tuyos, que la Virgen os bendiga. Y la Trinidad del monte por ti vela todavía. La Virgen ruegue por tigo y la Santa Trinidad. Que allí donde tu naciste presentes siempre estarán. Desde EL VILLAR El Dormilón que nunca duerme. |