Casi tres millones de personas en España viven en la calle o en una vivienda indigna Hoy, en el Día Mundial de las Personas Sin Techo, me ha venido a la memoria Antonio. La última vez que lo vi fue en la costa granadina hace algunos años. Fue por casualidad. Estaba sentando en la acera junto a otro colega y algunos tetrabrik de vino. Lo observé: Estaba sucio, con un aspecto muy deteriorado y la mirada perdida (¿estaría pensando en su familia? ¿Estaría pensando en su trabajo o en la vida tan normalizada que llevaba antes?). Lo saludé y me reconoció y fue tan amable, educado y cariñoso como lo era antes de ser un "sin techo". Antonio no supo, no pudo o no quiso controlar ese consumo abusivo de alcohol .. Alguien me dijo que había fallecido. Vaya para él mi cariño y mi reconocimiento de su alta calidad humana. Después de esta experiencia estoy convencida de que cualquier persona puede ser un "sin techo". |