Santisteban del Puerto - Jaen

DESGRACIADAMENTE LA ENVIDIA ES PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD

Desde que Adán y Eva, obedecieron al mal, antes que a Dios, autor de todo bien, los celos y la envidia entró a formar parte de la idiosincrasia del ser humano.
Por envidia o celos, Caín mató a Abel.
Por envidia o celos, José, fue vendido a la esclavitud por sus propios hermanos
Por envidia o celos, entregaron a Jesús de Nazaret, para que Pilato, ordenase que lo mataran, y así fue.
Por envidia o celos, se rompen las familias.
Por envidia o celos, se mata, se odia, se persigue por todo el mundo.
La envidia y los celos viven dentro el ser humano allá donde se encuentre.
No hay un ser humano, hombre o mujer, que en algún momento de su vida no haya sido presa de esa enfermedad, llamada celos, envidia, rencor, odio, desprecio, venganza, injusticia, perversidad, codicia, maldad, malignidad, chismorreo, charlatanería, etc., etc., etc.

Si usted, paisano, nunca ha padecido de estos males, le doy la enhorabuena. Está usted en condiciones de arrojar la primera piedra sobre toda criatura pecadora o injusta (que es lo mismo, es decir, el pecado es pura injusticia)

Pero creo que no es así, usted es tan injusto y rencoroso como yo. Sólo que entre los dos hay una diferencia, que yo reconozco mis debilidades y trato (con la ayuda de Dios) de erradicarlas de mi vida, y por lo que usted da a entender provoca en los demás sus propias debilidades excusándose así mismo de ser una persona cabal. Concluyendo además que todos los demás somos unos ignorantes.

Permítame expresarme de la siguiente manera: Estimado paisano, creo que está padeciendo mucho, pienso que es victima de su propio deseo de ser amado, tenido en cuenta y respetado. Créame, eso, nos pasa a todos, Todos queremos ser amados, respetados, tenidos en cuenta, pero esa actitud o actitudes se empiezan a vivir dentro de uno mismo día a día, sin engañarse así mismo. Es una lucha encarnizada contra estos males del espíritu humano, o amor propio que no se deja educar en los verdaderos valores humanistas cristianos.
Cuando uno se respeta así mismo, se ama así mismo, se acepta así mismo tal cual es, y no trata de aparentar lo que no es, y, no quiere para los demás lo que no quiere para uno mismo, la vida empieza a tener un sabor distinto, ya no tiene necesidad de proyectar sobre los demás sus propios defectos y debilidades, ya no necesita excusas para acusar a nadie. Comienza a ver sus virtudes en los demás, la mirada de uno mismo sobre los demás es de amor, comprensión y justifica las debilidades de su prójimo porque él ya las ha vivido o las está viviendo en su interior.

Estimado paisano, perdóname si te he ofendido en algo, pero todo cuanto te relato, yo lo he vivido en mis propios sentimientos. No es una teoría intelectual, sino, una realidad profunda que me ha tocado vivir sufriendo mucho, pero ha valido la pena. También te digo que lo he logrado con mucha lucha y con la ayuda de Dios a través del Evangelio, haciendo mía cada palabra y consejo de Jesús de Nazaret.

Recibe un cordial saludo
Montizón

Montizón, aquí hay materia para rato. Pero lo más importante, creo yo, es que lo que escribes, es tu propio testimonio. La verdad, es que nadie se puede dar por ofendido. A mí, me ha ido muy bien.

J.J.