Santisteban del Puerto - Jaen

Dedicado a Juan Fº que como buen cazador, sabe lo importante que son los pájaros de perdiz para ese tipo de caza en el pueblo.
La siguiente vivencia es real. Ocurrió en Santisteban. Hay vecinos que aun se acuerdan de tan gracioso episodio de el “zagalillo” y su amigo. Dos chiquillos que parecían dos gotas de agua.
Pónganle un poco de imaginación y esta anécdota resultará simpática.

Tenían, entre ocho a nueve años cada uno. Habían salido de la escuela de la calle Convento, se fueron cada uno a su casa, el “zagalillo” -así era como le llamaba el padre cuando se enfadaba con él, pues le decía: “A este zagalillo, el día menos pensao le doy más palos que a una estera”, cogió su merienda, ésta consistía en un buen trozo de pan con aceite y azúcar, otras veces con sal y ¡alé!, a jugar a la tejera de abajo. Aquella tarde, se fue con su amigo a merendar al corrar de la casa de éste. En el corrar, su padre tenía unas diez o quince jaulas con sus perdices, el padre del amigo del “zagalillo” era cazador, de manera que tenía suficientes pájaros de perdiz de reclamo para iniciar la caza que a él le gustaba. El “zagalillo” mientras devoraba su pan con aceite y azúcar miraba con curiosidad los pájaros de perdiz. Tenía su mirada fija en aquellos animales de tanta belleza. Por fin, se decide a hacer una propuesta a su amigo: -“¡oye!, ¿por qué no ponemos en libertad estas perdices? El amigo con los ojos desorbitados le dice: ¡Qué quieres!, ¿que mi padre me mate? –“No, hombre, no. Tu padre no te va a decir nada” le contestó el “zagalillo” Tu padre cuando quiera puede tener más, prosiguió el “zagalillo”. –“¡Una leche!, si suelto sus pájaros, mi padre, me muele a palos”, le contestó.
Después de un rato de silencio, el “zagalillo” volvió a la carga con sus preguntas: “¡oye, y si le dices que he sido yo! El amigo después de meditarlo un poco le contesta: -Pero, ¿por qué quieres soltar las perdices? –“Pues porque lo ha dicho el maestro: “todos los animales deben vivir en libertad”. ¿O, no te acuerdas cuando hablaba de los elefantes y los tigres del África?” –Sí me acuerdo, pero aquí en Santisteban no tenemos esos animales”. –“Es igual, un animal es un animal” –“Bueno haz lo que quieras, pero ya verás mi padre”. El “zagalillo” dio suelta a todos los pájaros de perdiz. Había hecho una obra liberadora, por fin, aquellos animalillos eran libres como los elefantes y tigres de África. Unas horas después, el padre del amigo, ve con desamparo y desconsuelo que sus pájaros había “volado” –nunca mejor dicho – de las jaulas; lógicamente preguntó a toda la familia si alguien sabía lo que había pasado con sus perdices. Su hijo, el amigo del “zagalillo” le cuenta el motivo por el cual, sus pájaros habían sido puestos en libertad. Habían hecho toda una hazaña. Ni más ni menos que los pájaros de perdiz volvieran a ser libres. Su padre no daba crédito a cuanto oía, el semblante le iba cambiando por momentos. De repente, como si de un loco se tratara, cogió la escopeta de dos cañones, la cargó con sus respectivos cartuchos y como un autómata, se dirigió a la casa del “zagalillo”. Los vecinos que se cruzaban con él le preguntaban dónde iba con la escopeta entre la mano y el hombro como si de un momento a otro tuviera que dispar contra algo muy peligroso. Por supuesto que no se enteraba de lo que le preguntaban, él como un autómata de ideas y pensamientos fijos se encaminaba a la casa del “libertador” con el propósito de descargar sobre él varias veces contenido de la escopeta. Llega a la casa, llama fuerte y repetidas veces. Con el rostro preocupado por el estruendo de la llamada, el padre del “zagalillo” abre la puerta. De inmediato ve la cara de su amigo, estaba casi amoratada, desencajada, por el esfuerzo de caminar a marcha militar con la escopeta al rostro y por la fatiga emocional y reprimida que el pobre hombre tenía. Le faltaba tanto oxigeno que parecía que iba a reventar de un momento a otro. Ante semejante estampa, con la voz rota y temblorosa le pregunta: -“Pero… B… ¿Qué te pasa? ¿Qué pasa? ¡Te va a dar algo! ¡Mira como vienes! – El amigo sin apenas poder respirar y dando golpes de voz, contesta: “¿dónde está tu hijo?, que lo mato”. –El padre del “zagalillo” adivinado que su hijo había hecho alguna de las suyas, pregunta al amigo: ¿Pero qué ha hecho esta vez? -¿Qué qué ha hecho esta vez? Y con un grito desgarrador: ¡Ha soltado todos los pájaros de perdiz que tenía para la cazaaa!!!... ¡Qué te parece que ha hecho el “zagalillo”! –El padre del “zagalillo” como si de un verdadero drama se tratara, y con los ojos a punto de reventarle como dos globos cuando se inflan demasiado, responde: ¡Pasa, pasa y mátalo, no lo pienses, pégale cuatro tiros! –El “zagalillo” estaba escondido a las espaldas de su madre, asomándole la cabeza por una minima parte de la cintura de ésta, veía atónito el espectáculo. La madre del “zagalillo” observando la actitud de los amigos y oyendo las palabras tan bruscas y llenas de rabia que salían de los dos, con sus faldas ocultaba aun más al “zagalillo”. Sorprendentemente, el amigo, ante la respuesta del padre del “zagalillo” y percibiendo los deseos homicidas de éste, dijo: - “Bueno… la verdad, la cosa no es para tanto, así que, por favor, P… tranquilicémonos, pues de lo contrario perderemos la cabeza”. Poco a poco las cosas volvieron a la calma. El amigo se fue a su casa apaciguado y la madre del “zagalillo” acostó inmediatamente a su hijo, evitando así que su padre le pegara más palos que a una estera.

Saludos de Montizón. Que paséis un buen día.

Gracias Montizón por dedicarme este relato, que aun siendo real como dices, también parece una fábula, en cualquier caso está muy bien.

Con esto, me has tocado un poco las fibras, y te cuento, justamente en ese lugar donde cuentas esta vivencia, muy cerca de la tejera viví mi infancia, mis amigos eran los hijos de los tejeros que eran dos hermanos, Ginés y Manolo, con sus respectivas familias.

Bueno cuantos momentos me has recordado, cuando me iba a juagar a la tejera con ellos y con otros "zagales" como bien deciamos allí, cuantas trastradas haciamos, como nos divertiamos con la arcilla hecha barro, también cuando nos metiamos en el tunel del Arroyo la Villa con antorchas que haciamos con trozos de goma, bueno, tantas y tantas diabluras propias de nuestra infancia y del entorno, también decir, que lo bonito era hacer las cosas desde la ignorancia de un niño

Por hoy está bien, hasta la próxima

Saludos, para ti y para toda la gente del Foro, respetuosa y con buenas intenciones.

Juan Fº

POR FAVOR: NO DEJEMOS DE PENSAR EN NUESTRO PUEBLO SANTISTEBAN DEL PUERTO Y POR SUPUESTO EN ANDALUCIA, ESTO NOS DARÁ FUERZA Y SENTIDO A VUESTRAS VIDAS.

Hola muy buenas noches a todos los que alimentan el espiritu relatando cosas bonitas y entrañables de cuando eramos niños y a todos nos envolvia el mismo paisaje como me emociona ver las fotos tan emotivas que enviais cuantos recuerdos el sabado, pasado estuve en Santa Maria y al final de la ceremonia se canto la salve no la pude acabar pues la emocion me embargaba al revivir en un momento tantos recuerdos pues todos los sabados sobre, todo en verano subiamos a Santa Maria a la salve Lo de las tortas de tornasol me ha echo recordar que cuando era la epoca mi, madre siempre en el cesto de la compra del mercado nos traia alguna y nos dabamos unos atracones de pipas, soberanos y sino cuando ibamos al cine que era como minimo dos veces en semana las pipas y los torraos era el acompañamiento obligado para cualquier genero cinematografico Bueno espero que sigais con esa armonia tan estupenda que habeis iniciado salpicando vivencias con algo de poesia Xapo por todos Saludos cariñosos para todos de una Moza de Pascua Mayo

Hola a todos, tengo 59 años, soy nuevo en el foro. He leído la historia del “zagalillo” y me ha recordado mis años infantiles en la tejera de abajo, era así como le llamábamos todos, porque había también otra tejera, la de arriba. Pues bien, en la tejera de abajo, como decía, Juan Fº, hemos jugado hasta reventar. Recuerdo cuando hacíamos las famosas guerrillas con otros barrios del pueblo y el Royo La Villa, era nuestro campo de batalla. En él tirábamos a los prisioneros que hacíamos, los pobres se ponían, unas veces de jámila y otras de cieno que daba miedo. Recuerdo llegar a mi casa con los bolsillos rotos por el montón de piedras que llevábamos dentro. Mi madre, cuando se enfadaba conmigo por ir encenagado, roto, sin camisa, otras veces, sin pantalones, cogía el alpargate y con la parte blanda me soltaba tropecientos alpargatazos. Sabía que no me hacía daño, pero era una manera de castigarme.
Una de tantas veces,en la tejera, estábamos escondidos unos cuantos chiquillos a la espera de hacer una de las nuestras. Estaban cargando un camión de ladrillos. Había un trabajador arriba del camión y dos más desde el suelo, le echaban ladrillos de dos en dos, y, a cada viaje iban contado: ¡34, 36, 50, etc.! Nosotros, entonces les gritábamos: ¡53,59,68,! En fin, tratábamos de confundirles en sus cuentas, hasta que por fin lo lográbamos. Los pobres se bajaban del camión corriendo detrás de nosotros para darnos unos pescozones, cosa que nunca lograban porque ya tomábamos nuestras medidas para conseguirlo. Lo malo era cuando Ginés o Manolo, los dos hermanos que decía Juan Fº. nos cogían por su cuenta y entonces sí que nos daban unos estirones de orejas. Nos hacíamos nuestras pistolas de madera, nuestras espadas. Nuestras corridas de toros, en fin, ¡qué tiempos aquellos! En el verano, pues –alguien, creo que Montizón, hablaba de la alberca de Urbano-, efectivamente, allí íbamos a bañarnos, creo que pagábamos unos céntimos, es posible que fuese un real, o una perragorda.

Un saludo de J.J.

Hola, J.J.!!!

Por la parte que me toca, te doy la bienvenida al Foro y las gracias anticipadas por animarte a participar, además, habrás podido comprobar lo animado y ameno que está, salvando alguna tormentilla sin importancia, pero bueno, eso ya tiene su medicina, "no haer caso"

Me ha encantado tu entrada en el Foro, enumerando tantos y tantos recuerdos y vivencias tan bonitas que pudimos disfrutar a nuestra manera y con nuestros medios que más bien eran escasos, pero si echamos la vista atrás, estarás conmigo, en la diversidad de formas de divertirno y el ingenio que teniamos para sacarle el partido a cualquier cosa y que sirviera de juego y entretenimiento, es increible, yo lo cuento a mis hijos que ya tienen 30 años, y se quedan con la boca abierta escuchando estas historias.

Te quiero comentar también, que seguramente me conozcas, aunque tengo tres años menos que tú, todas las vivencias que cuentas, algunas de ellas las habremos compartido, me gustaría contactar contigo.

Este es mi correo: jsalifer@hotmail.com

Saludos para tí, para tu familia y para los demás participantes del Foro. Animo y sigue con nosotros, ya ves, este Foro hace poco estaba muerto y fijate ahora como se ha puesto de animado.

POR FAVOR: NO DEJEMOS DE PENSAR EN NUESTRO PUEBLO SANTISTEBAN DEL PUERTO Y POR SUPUESTO EN ANDALUCIA, ESTO NOS DARÁ FUERZA Y SENTIDO A VUESTRAS VIDAS.

Perdona J.J. Con la emoción de tu entrada en el Foro y mi contestación, se me ha olvidado identificarme

Soy yo, Juan Fº jsalifer@hotmail.com

Juan Fº, hacer un buen rato te he mandado un correo a la dirección que me has proporcionado en el Foro.
De igual manera, quiero agradecer el esfuerzo que hacéis todos los foristas en mantener vivo este Foro del pueblo, a excepción de algunos escrito que están fuera de la ética de la buena educación, por el resto vale el brío que ponéis tanto en los recuerdos del pueblo como en la defensa de nuestro pueblo como tal.
No deseo crear polémica absurda, pero todo se puede decir con el debido respeto a las personas.
Montizón, una vez más me agrada tus “reflexiones” sobre la manera que has plasmado de como se debe cambiar o mejorar las actitudes para que así mismo se pueda ir mejorando a uno mismo.
La inscripción de ese personaje es realmente buena.

Saludos cordiales,

J.J.

HOLA PAISANO NO PUEDO ABRIR EL CORREO NO SE QUE LE PASA LO SIENTO TE PASO EL CORREO DEL TRABAJO JVELA@GRUPOCOBRA.COM EL FORO SE ESTA ANIMANDO QUE TE PARECE LO QUE DICEN LOS PAISANOS DE TORRENTE YO TAMBIEN DE PEQUEÑO JUGABA EN LA TEJERA I LAS GERRILLAS QUE SE HACIAN EN LA TORRECILLA CON GARBANZITO I TODA SU PANDIILA EL ALCALDE TAMBIEN PARTIZIPABA EN ESAS GERRILLAS TAMBIEN ME ACUERDO CUANDO NOS IBAMOS A EL CASTELLAR A JUGAR AL FUTBOL IBAMOS ANDANDO REGRESABAMOS CORRIENDO NOS PELEABAMOS CON LOS ALCUZILLAS QUE AÑOS AQUELLOS UN SALUDO