Santisteban del Puerto - Jaen

Capitulo I: La noticia
Era escéptico, pero tenía que salir, la ocasión le obligaba y la amistad entre el futuro desposado y él, era tan ineludible como la despedida de soltero que entre tantos querían organizar en un pueblo tan lejano y exótico que a Eliseo Hurtado Holguin se le hacían mil nudos en la garganta solo de pensar en los extramuros que sus amigos le tenían preparado dos fines de semana antes de que Roque Montpellier finalmente decidiera casarse. La sierra ya les había colmado y el disfrutar bebiendo por el único placer de beber en los parajes cercanos a los Albergues, resultaba para Eliseo el plan perfecto, por cercano, conocido y asequible a sus inquietudes, en cambio el resto buscaban algo más atractivo más desconocido, más bullicioso y a la par más intimo. Eliseo no era el más popular, era simplemente un amigo de la infancia y adolescencia, un buen amigo, leal y fiel, pero los últimos años, habían hecho de su vida una vida en el campo y de los demás una vida en la ciudad, el no sabía muy bien que era comprar en el Corte Inglés, ni tampoco conocía la playa, salvo por la televisión y la propaganda que la agencia de viajes le dejaba cada mes o dos meses en su buzón, así que perdió cualquier esperanza de convencer a los demás de que la Cepera era el mejor destino posible, pero por todos estos y por algunos más motivos, a Eliseo le tocaría acatar la decisión que se tomara.
Eliseo decidió dejar los estudios para dedicarse al campo, el siempre decía que si todo el mundo se fuese a estudiar, los olivos se quedarían descuidados y fue a los 14 años, cuando empezó a querer la tierra y a cultivar el campo que su padre, por viejo y estropeado le dejó en herencia, por eso y por ser hijo único desde bien joven tuvo el futuro resuelto, empezó a ganar dinero de su sudor y pronto tuvo mucho más dinero que el resto de sus amigos, pero por el carácter forjado en una familia donde nunca habían necesitado gastar más de lo que tenían, nunca hizo ninguna clase de ostentación y vivió muy por debajo de sus posibilidades, sin darle más aprecio al dinero que el que necesitaba para comer los Domingos las chuletas de cordero que su madre la hacía en la lumbre que encendían en el patio y es que en la casa, todo era de todos hasta que Eliseo se casara, y eso no entraba dentro de las expectativas más cercanas de Eliseo Hurtado, lo único que decía es que su despedida sería a lo grande en la Cepera.

El destino quedó fijado en un pueblo de la costa de Cádiz, cuando Aureliano Montpellier, hermano pequeño de Roque, llamó para comunicarlo, los únicos datos que explicó a Eliseo Hurtado, fueron que era un pueblo precioso de costa, blanco y con una paya espectacular y que en verano había tías para parar un tren, señalo el día y la hora y Eliseo Hurtado que no tenía mucho reparo con el horario ya que sus faenas del campo podían esperar un par de días, asintió con un sumiso y temeroso si, se mandaron un abrazo para despedirse y colgaron los teléfonos. Eliseo se consoló pensando que el pueblo al menos era blanco como el suyo, pero la suerte estaba echada y no había vuelta a tras, un día de Junio, por fin, aunque sin buscarlo había sido prefijado para que conociera el mar.

Eran las cuatro de la tarde cuando Eliseo y Aureliano se despidieron del teléfono, Eliseo excitado no pudo esperar más que 20 minutos para contárselo a su madre, Micaela Holguin, y después de asomarse varias veces al comedor, tuvo que interrumpir su sueño y la desvelo de la siesta con un firme: - Madre, despierta, que me voy a la playa. – Que dices hijo mio, -Que me voy a la playa. – ¿Cuándo?. Pregunto Micaela a su hijo con un tono ahogado y garraspeoso por la siesta, - Dentro de dos semanas, contesto Eliseo, - A ver hijo, ¿y qu vas a hacer tu allí?, preguntó la madre incrédula. – Eso digo yo, pues el Roque, el de Nazario Montpellier, que se casa, y me ha llamado ahora mismo su hermano Aureliano para decírmelo.
Capítulo II: Los preparativos(solo por petición)

¡Venga hombre ! haz el favor de continuar con esa narracion tan interesante que me quedao en ascuas por ver que tal le va al Eliseo

¡¡¡¡¡por fa!!!

Haber la segunda parte, lo que pasa que al elegir un pueblo de la costa de Cadiz, la mayoría de amigos que estaban estudiando en Granada no pudieron asistir a tan magno evento, asi como muchos de su pueblo o eso creo haber oido

Borrado por su Autor.

Ya no me hago más de rogar, aunque tengo que decir, que todo lo que aqui se cuente, no es real es pura invención y cualquier coincidencia con lo que realmente pasó, fue por casualidad.


Capítulo II: Los preparativos

Las dos semanas que quedaban se veían largas, porque entre medias había un fin de semana en La Nuit, y Eliseo Hurtado se despreocupo y siguió en su absoluta rutina, en esos días tenía que desbrozar 3 olivares, ya que las lluvias intensas y frecuentes del largo invierno habían dejado muy crecida la hierva.

Pero por otro lado la preocupación de Micaela Holguin iba acrecentándose y es que su Eliseo, su niño de toda la vida, se estaba empezando a hacer mayor cuando a penas había cumplido 28 años.

Al día siguiente, Micaela, se decía, con mucha preocupación, mientras preparaba un Ajolamano de chuparse los dedos, a ver mi hijo, que va a hacer ahí tan lejos, si no sabe nadar, seguro que le ponen algo malo en la bebida, mira que me lo desgracian, y un sin fin de reparos, que no fue capaz de decirle a su hijo hasta el momento en el que se montó en el coche y enfilo carretera hacia su destino a modo de retahíla sin ponerle una pausa a su acelerada voz.

Mientras Eliseo Hurtado, trataba de ser feliz y disfrutar de su rutina, como a el le gustaba decir, Aureliano Montpellier, que ya tenía experiencia en organizar viajes, se esforzó en dejar todo listo para que los ocho amigos, disfrutasen de el fin de semana que se les avecinaba en honor al desposado, así buscando por Internet, encontró una casa en el centro de Conil, que era amplia, espaciosa, llena de luz, que salía bien de precio, y estaba cerca de todo lo que mereciese la pena ser visto y disfrutado, así a su vez se encargó de documentarse de las playas que merecían la pena, de los sitios de corte moderno los cuales tendrían que visitar en la famosa noche Conileña y organizó los coches y el transporte con el cual tendrían que desplazarse hasta el encantador lugar que se les presuponía iba a ser Conil.

Cuando apenas faltaban 4 días para la despedida, Aureliano Montpellier, comenzó la ronda de llamadas de información, su cometido era simple, era llamar a cada uno de los amigos y confirmarles y comentarles el plan, hora de salida, lugar, hora de llegada, precio de la casa, y una pequeña sugerencia de lo que debían llevar, dentro de lo que se incluían unas toallas, bañador, sabanas de 90 cm y ropa para salir de fiesta y ropa para callejear, al primero que llamó fue a Ismael Fuentespin, el era el que más lejos vivía, ya que cuando terminó de estudiar encontró trabajo en un pueblo de los alrededores de Madrid como Controller Financiero Junior, Eliseo Hurtado, nunca supo que clase de trabajo era ese y cuando se refería a el decía que Ismael trabajaba como controlador y que estaba bien colocado, a lo cual supongo que lo diría por el nombre tan complejo del puesto, porque era todo lo contrario ya que Ismael tenía un contrato precario y apenas le daba para subsistir en la cara vida de Madrid, de Ismael decía que era más listo que guapo, porque a pesar de que era un chico alto y un cuerpo de complexión delgada, tenía las orejas desproporcionadas, la nariz ligeramente torcida y una piel anormalmente blanca y salpicada de unos lunares como lentejas pardinas. Cuando Aureliano le hizo la comunicación a Ismael, este asintió, asumió y respondio: -Ok, tio el Jueves por la noche nos vemos que estaré por allí, me he pedido un día de vacaciones y cuando salga del trabajo me voy ya con la maleta hecha y en tres horas estaré por el pueblo. – Muy bien, dijo Aureliano, cuando llegues llamas y nos tomamos algo. – Así lo haré, ¿ya llamas tu al resto no?, preguntó Ismael, -Si, si, no te preocupes, venga un abrazo. – Un abrazo, y colgaron.
Del mismo modo que a Ismael, fue llamando a todos los amigos que finalmente decidieron asistir a la despedida, ya que al final no estuvieron todos los que son el fin de semana se quedó cuadrado con algunos de los que eran, en total ocho.
Por orden de llamada el turno de Eliseo Hurtado fue el cuarto, ya había llamado a Jorge y Joaquin, cuando marcó el número de Eliseo, tras 6 tonos sin respuesta y cuando estaba a punto de colgar, un ¿Diga? Sonoro y alargado respondió al teléfono, la voz no era la de Eliseo pero a Aureliano le sonó tierna y familiar, se despego el teléfono de la oreja para cerciorarse del número que había marcado y al comprobar que era el de Eliseo, pregunto, -¿Eliseo?, y la voz se identificó diciendo, - No, Eliseo no está, soy su madre, ¿Quién le llama? Pregunto, -Ahh, hola Micaela, soy Arureliano, el de Nazario, -Cucha, hijo mío, ¿qué haces?, pregunto retóricamente, y sin dejarle tiempo para contestar, dijo: -Mi Eliseo, está trabajando, se ha dejado aquí el teléfono, pero tiene que estar apuntico de volver, ¿para qué lo querías? Preguntó Micaela a sabiendas de para que lo quería, pero con la intención de sacar el tema de conversación que tanto le preocupaba. –No para decirle una cosa, dijo Aureliano, -¿qué es para la despedida de tu hermano, que se casa ¿no?, hay que ver que mocico se ha hecho, lo que hace falta es que se lleven bien, y que no discutan, y que se respeten, que es lo importante y que se sean fieles y no se engañen, que hay que ver lo lejos que os vais para hacer una despedida. Y sin dejar hablar a Aureliano, Micaela fue hilando la conversación hasta llegar al punto donde ella quería, con el fin de ver si podía disuadirlos de la decisión y evitar por fin de que a su hijo se lo desgraciaran por ahí fuera, a lo que continuó diciendo, - Y por que os vais tan lejos, para que no os vean, pues tened cuidado, que por ahí, no hay más que gente mala y peleas y riñas con to el mundo, y drogas, que está la vida muy mal, yo no se por qué no os quedáis más cerca, si para una despedida, como siempre se ha hecho en el campo, aquí cerca y al día siguiente cada uno a su casa, con sus mujeres y con sus novias, que no vais na más que a penar por ahí, un viaje tan largísimo, ahí señor, suspiró Micaela, suspiro que aprovecho Aureliano para interrumpirla e intentar abreviar la conversación y le dijo, - Que va mujer, si eso lo hace ahora todo el mundo, además no nos vamos al fin del mundo, dijo Aureliano con voz tranquilizadora, - ¿Que no?, repuso rápidamente Micaela, na más que a la otra punta, tened cuidado y Micaela cerro la conversación ya que se dio cuenta que estaba empezando a ser pesada, y se calló con el fin de cederle la palabra a Aureliano, que dijo finalmente, - No se preocupe, que no va a pasar nada, y se despidió diciendo, dígale a Eliseo que le he llamado, que después le llamaré, -Mu bien hijo mío, yo se lo diré, Adiós, Adiós. –Hasta luego, dijo Aureliano y colgó.

Mientras hacía tiempo para volver a llamar a Eliseo, Aureliano llamó a Pedro, Paco y a su hermano Roque, y así todos acordaron en lo mismo.

Pasada una hora y media y viendo que Eliseo no devolvió la llamada, lo intentó de nuevo y al segundo tono, Eliseo contestó: -¿Qué pasa tío? ¿cómo estás? Ya me ha dicho mi madre que me has llamado, iba a llamarte ahora mismo. -¿Pues nada, aquí que estamos, para lo de la despedida de mi hermano, para contarte como lo íbamos a hacer. Dijo Aureliano, a lo que Eliseo contestó con una pregunta, de la cual sabía la respuesta pero con la que pretendía manifestar algo de disconformidad con el plan, -¿A Conil al final no? Pues no sabes como estaba este fin de semana el pueblo tio, teníamos que quedarnos aquí, que ha habido un montón de gente de todos lados, hasta las tantas inflaos de cubatas estuvimos. – Si, si, lo que tu digas, dijo Aureliano, pero que nos vamos el viernes a las 9 de la mañana, así que dejátelo todo listo, que de aquí saldremos, Ismael, Jorge, Pedro, tu y yo y mi hermano Paco y Joaquín se van desde Granada y ya quedamos ahí con ellos.
-Pues nada tio, de todas formas ¿nos veremos antes no?, preguntó Eliseo, -Claro, claro, el Jueves vienen todos y quedamos para echar una cerveza por la noche y ya nos vemos y nos organizamos.

Se despidieron y colgaron, Aureliano con los deberes hechos y Eliseo con un nudo en el estomago, asustado pero a la vez con emoción, ya estaba todo preparado, era real.

Capitulo III: Fin de semana

Borrado por su Autor.

Agradezco que te parezca de p.m. gracias sinceras, lo que tengo que decir es que si que los hechos son reales, es decir existio una despedida, pero tanto los personajes como muchas de las cosas que se contarán y se han contado, son ficción, solo que me apetecía contar una historia.
Y es verdad verde.oliva, no fueron todos los que quisimos por los compromisos diversos, pero de aquí queda dicho, que tiene que haber una despedida al menos una vez al año¡¡¡

Continuara...

Muy recomendable Conil, el problema que tiene es el Levante, que a nosotros no nos soplo, pero viene sin a visar según comentan. MIA 1953, si no estoy muy confundido, tu ya has pasado con esta juventud que dices algún rato, haz memoria¡ un saludo

Me muero por saber como te desenvuelves relatando ese fín de semana,más por tu manera de narrar,que por saber lo que pasó.Un saludito y gracias.

¡¡¡muy bueno,amigo MIA.....con buena compañia ,sobra todo lo demás.....

Borrado por su Autor.

Qué pasará... ¿sexo? ¿drogas? ¿rackenroll? Aquí esperamos.