Quesada - Jaen

Escrito por Ignacio Souviron, autor de este artículo, médico y Secretario Provincial de Sanidad del PP de Málaga.

Desde su comienzo hasta estos momentos, creo que se puede convenir en que la pandemia de la Gripe A ha sido sobre todo un problema de información. Todavía estoy recordando las noticias de la pasada primavera que iban llegando desde América donde se alarmaba con que un virus nuevo y tremendamente letal podría extenderse por todo el planeta. Sin duda una vez más la OMS se ha columpiado y de qué manera, echando gasolina al fuego en vez de poner sensatez, calculando los millones de muertos que habría en el mundo en los próximos meses y, lo que es peor, diciéndolo a los cuatro vientos.

Toda esta historia ha dado para escribir páginas de conspiraciones de laboratorios y gobiernos que están muy bien para ilustrar posibles novelas de ciencia ficción, pero los que estamos al pie del cañón del día a día de la Sanidad nos interesa la realidad. Y la realidad es que estamos ante una infección que finalmente ha resultado ser bastante menos de lo que decía, pero más de lo que algunos quieren dar a entender.


La Gripe A no ha sido una bomba atómica donde todos vamos a morir, pero sí como alguien me dijo un día muy certadamente es un francotirador que ha entrado en la ciudad y que, selectivamente, ha asesinado a una mujer embarazada, un niño y dos jóvenes. Todos nos preguntamos si el próximo seré yo, aunque la verdad es que la probabilidad de que me maten es baja. En toda esta historia este problema de información ha sido a mi entender especialmente significativo en España y en Andalucía.


Yo no comparto la opinión de los que piensan que la ministra Trinidad Jiménez ha estado muy bien al haber tenido la habilidad de tener el apoyo del Consejo Interterritorial de Sanidad. Habrá que decir que el mérito en todo caso ha sido de los consejeros del Partido Popular que han mostrado un sentido de la responsabilidad tremendo y han cerrado filas al ser en principio un problema de Estado. Trinidad Jiménez podrá tener muchas virtudes, no lo pongo en duda, pero desde luego de lo que menos puede presumir es de saber qué se trae entre manos en materia de Sanidad, porque en todo momento ha seguido la ruta que le ha marcado el Partido Popular: informar a la sociedad, planes de contingencia, definición de los grupos de riesgo, el tamiflú a las farmacias, las vacunas sin coadyuvante para las embarazadas… Todos y cada uno de estos aspectos han sido señalados como luz de una atalaya por Ana Pastor y el Partido Popular.

Esta ministra es la que, después de todo un verano esperando escuchar una declaración institucional ante la creciente aparición de casos, apareció diciendo que había que lavarse las manos, no estornudar y no acudir al médico; la misma que salió en una foto con la ministra de Defensa en un sótano oculto rodeada de tamiflú en polvo justo cuando se empezó a cuestionar la efectividad de este producto; y lo que es peor, la misma que dijo que no se iban a vacunar a los niños sanos porque “la vacuna no reúne las garantías sanitarias suficientes”. Este mal manejo de la información, ¿en qué se ha traducido? Pues en que la gente sigue sin tener una idea clara de qué es la Gripe A, en si se siguen realizando o no los diagnósticos caso a caso, en si hay que tomar el tamiflú o no, en si la vacuna es segura, en si merece la pena vacunarse cuando cubre un 60 % y ha empezado a mutar el virus, en que muchos se vacunan sin estar convencidos, en que un alto porcentaje de profesionales sanitarios no tiene claro el riesgobeneficio de la vacuna…

Y a todo este desastre de gestión, le acompaña una Consejería de Salud de la Junta de Andalucía que ha estado escondida en todo momento. No se han activado campañas informativas, muchas de las cuales han sido desarrolladas por los propios ayuntamientos, como el de Fuengirola donde su alcaldesa Esperanza Oña ha sido la primera edil de España en editar un bando informativo; no se han activado planes de contingencia, no se ha potenciado la atención primaria; no se actúa con uniformidad de protocolos, notificándose los casos de manera irregular; se han puesto trabas a las profesionales sanitarias
embarazadas para darse de baja ante el riesgo de contagio, hasta que se han encontrado con una denuncia del SATSE; no se están respetando en todos los hospitales los protocolos de aislamiento estricto, y tantas y tantas cuestiones que han puesto en evidencia la pésima gestión de la consejera Montero del manejo de esta crisis en Andalucía.


La Gripe A afortunadamente ha tenido un impacto mucho menor del esperado, aunque no por ello hay que bajar la guardia. Hay mucho que hacer aún en materia de investigación, de organización de la atención sanitaria, de la elaboración de planes de contingencia, o de apostar por una buena atención primaria que no tenga que colapsar nuestras urgencias. Pero en este caso sin duda la Gripe A está siendo un problema de información, y los problemas de información no son problemas profesionales, sino que pertenecen al mundo de la gestión política.

Yo, a mi corto entender, sabia que eras tonto, pero esto ya sobrepasa los limites establecidos por la universidad de la coherencia, mejor te dedicaras a cubrir a tu esposa y dejarte de tonteria....¡¡Soplapollias!!