Jaén - Jaen

PARADOR “CASTILLO DE SANTA CATALINA”
(JAÉN)



Siempre he sido muy aficionado a alojarme en los paradores de turismo por su calidad en la oferta, correcto trato al cliente, habitual buena ubicación, magnifica y apropiada decoración, mimetismo ambiental y otra serie de características muy especiales que los hacen lugares muy atractivos de alojamiento.
No podía ser menos el de Jaén. Situado en un lugar privilegiado con unas vistas impresionantes desde donde se puede ver la Capital a vista de pájaro. Perfectamente integrado en la fortaleza medieval que lo acompaña, construido con un gusto arquitectónico digno del mayor elogio. En su interior se respira el ambiente de la época y el confort de un gran hotel.
Especial mención merece el salón con su grandiosa celosía, sus enormes chimeneas, sus magníficos y confortables tresillos que invitan al descanso y la meditación, sus mesas a juego con ellos, los herrajes y las armaduras repartidas por los lugares apropiados, dando como resultado una impresionante habitación de una extraordinaria categoría y perfectamente preparada para disfrutar plenamente de ella.
El comedor también es una pieza muy especial por su armoniosa decoración, con sus sillas medievales y la batería de lámparas con un diseño tan apropiado al lugar y de tan buen gusto que impresionan a cualquier visitante.
¿Cómo se deja toda esta maravilla en manos de personas que no tienen el menor sentido de la estética ni de la categoría de un hotel?.
Ayer estuve en Jaén y, como otras veces, a la hora de comer no dudé en subir al parador para hacerlo y pasar un agradable rato disfrutando de su confort y belleza y posteriormente del hospedaje.
Mi decepción fue total, ¿Qué han hecho de ese bonito lugar?.
El salón está lleno de mesas y sillas vulgares como las de cualquier cafetería de barrio, ya no hay herrajes ni armaduras, no hay ningún tresillo donde sentarse a descansar y disfrutar el ambiente. ¿Se figuran un hotel de cuatro estrellas en ese marco tan incomparable donde hay que sentarse en un silloncito de cafetería?. Y eso no es todo, el salón destinado a los clientes convertido en un estudio de radio. Lleno de mesas juntas unas a otras con grandes auriculares y aparatos de transmisión. ¿No tiene el parador ningún salón para ser destinado a estos menesteres llegado el caso?. Creo que sí. El de los clientes está para ellos, ese es su único fin.
Al comedor también han comenzado a modificar las sillas y terminarán estropeándolo.
Dejen las cosas como estaban al principio que los que las hicieron sabían muy bien su oficio, eran verdaderos profesionales de la materia
Se ve que en el parador ha entrado la mediocridad y el mal gusto, el no saber infundir y respetar la categoría del lugar y de los huéspedes. Lo han convertido en un lugar sin personalidad y sin el sello de un gran lugar de hospedaje.
Mi decepción y la de los que me acompañaban fue tal que decidimos alojarnos en otro hotel de la ciudad y no volver por el parador hasta que no recupere la categoría que le han robado.
Luchen por su parador, merece la pena, no permitan que lo conviertan en un lugar vulgar.
Saludos de un viajero.