Cazorla - Jaen

Pocas cosas se pueden analizar con un estado de shock inesperado, para bien o para mal, pues este mismo estado nos separa de la realidad poniéndonos los pies varios palmos por encima del suelo. Entiendo que a medida que se serenen los ánimos, los eufóricos y los depresivos, y se empiece a encarar el día a día lejos del diwan o la cantina entenderemos con bastante claridad lo que ha ocurrido en Andalucía, y a partir de ahí funcionar en la dirección correcta.

El PP andaluz apesadumbrado y jodido está hoy día en mejor situación que el PP nacional del año 1993 cuando las encuestas auguraban una rotunda victoria de Aznar, que no ganó ni por mayoría simple, a diferencia de lo que ha ocurrido en 2012 en Andalucía con victoria histórica que no sirve para gobernar. Y recordemos que en 1993 también vivíamos una crisis económica, una corrupción impresentable, y un paro tan enquistado como el que hoy tenemos. España no tiene remedio, se solía decir a ambos lados de los Pirineos. Y llegó 1996, y a duras penas consiguió gobernar la derecha, pero rompió una barrera psicológica en la sociedad española. Después de eso la superioridad socialista se acabó para siempre, dos mayorías absolutas del PP y dos relativas del PSOE. Nunca han vuelto a ganar los socialistas por mayoría absoluta en España. Ya no gobiernan Castilla-La Mancha y Extremadura, y en Andalucía a día de hoy son la segunda fuerza política. Lo que parecía imposible, se convirtió en realidad.

El PSOE puede estar viviendo un estado lisérgico totalmente justificado puesto que en las elecciones lo que se jugaban iba mucho más allá de ostentar el poder para desarrollar un proyecto político. Se jugaban el pan y la sal, la evidencia pública de lo mascado en privado, los enormes interrogantes que su gestión plantea en la sociedad andaluza, que los ha dejado en segundo lugar, en minoría y en manos de un partido, IU, al que han humillado durante 30 años de forma inmisericorde. A partir de aquí sólo les quedan dos salidas: la primera supondría juzgarse y condenarse a sí mismos. La segunda cargarle el mochuelo a IU, que para eso les sobra morro.

IU tiene en sus manos algo más que el gobierno andaluz, tiene la oportunidad histórica de relanzarse en toda España y convertirse de verdad en una alternativa de izquierdas con capacidad real para gobernar. Revolución o muerte, que diría alguno de ellos. Pues eso, ni más ni menos. Si se limitan a sacar adelante varias políticas con gran impacto social habrán progresado poco, pues el tanto se lo apuntará el PSOE, que controla los medios y la propaganda como nadie. Si además de lo anterior convierten la Junta desde el primer día en un palacio de cristal donde todo se vea, todo se sepa y se depuren las responsabilidades que sin duda las hay abrirán un nuevo período en la política de toda España. Patata hirviendo.

Y Rajoy, tras 100 días en el poder, siembra que te siembra medidas impopulares, sangre, sudor y lágrimas tiene el tiempo a su favor (4 años menos 100 días), para recoger una cosecha que tan sólo el pedrisco de la falta de firmeza o el atolondramiento del poder pueden arruinarle. Y esto lo saben muy bien la izquierda política y los sindicatos de partido.

Parece que se aprietan las tuercas en relacion al posible gobierno POSE-IU. Veremos qué pasa porque las bases de IU no están dispuestas a entregarse al PSOE, y sus dirigentes tienen hambre de sillón. El lío está servido y el PSOE, conocedor de la historia dice que no le vale nada que nos ea un pacto estable de gobierno. Los sindicatos ya han arrimado la balanza a favor de un pacto estable, al que se van a oponer la mayoría de asambleas de IU. Al final el partido de Valderas, autoproclamado vencedor de las andaluzas siendo el tercero en votos y diputados, se va a jugar un salto mortal. Si tenemos en cuenta los precedentes de la misma IU y del PA puede ser su final.

Tengo la sensación de que el pueblo andaluz va a tener motivos( y no a mucho tardar)
para lamentar el resultado de las últimas elecciones. Va a continuar en puestos de
cola a todos los niveles,seguirá despilfarrando (ya lo hace el Sr. Griñan...y está
en funciones), y más de lo mismo. En fin, cada cual tiene, al final, lo que se mere