Cañada Catena - Jaen

Historia de un árbol.
Si mirásemos nuestra querida sierra de Segura como si fuera un árbol, que lo es, ya que todo gira en torno a sus árboles, destacaríamos dos épocas: una, el periodo que va des de 2 siglos A.D.J.C. hasta el final de la dominación árabe y otra, des de mediados del siglo XII hasta nuestros días.
De la primera época, cuentan los cronistas y escritores árabes, que “este árbol” era un vergel para sus habitantes, sustentaba a toda su población incluidos animales, aves, etc. Incluso a la cima de el, se encaramo una reina para hacer su castillo y decía que “allí se sentía segura”.
De la segunda época, no se puede decir lo mismo, empieza la reconquista, territorio de frontera, Órdenes de Santiago, inmigraciones, desamortizaciones, provincia marítima, control por el estado, parque nacional, parque natural, reserva de la biosfera, etc., hasta nuestros días.
Des del siglo XII al XVII y si me apuran, hasta el XIX, no es que me quiera justificar, pero poca cosa se podía hacer por parte de los aislados habitantes del lugar, serreños. Pero no me cabe la menor duda que a partir del siglo XIX, se podían haber hecho algo más en defensa de este árbol.
La Sierra de Segura, históricamente explotada por personas y entes ajenos al lugar, sufre, a mi juicio, en esta ultima época, el mayor despojo de sus bienes jamás contado y si sufrido y lamentado por los propios serranos.
No me voy a extender mas allá de lo que para mí, han sido los dos últimos episodios que, si Dios no lo impide, acabaran con este “árbol”. Uno, vilipendiado el árbol y explotado por el estado como provincia marítima durante 2 siglos, a partir del siglo XX la RENFE acaba de estrangularlo dejándolo escuálido, sin ramas y apenas hojas, o jumas como decimos los serranos. Dos, a este árbol y a esta sierra, aun le quedaba la sangre que no es otra que el agua y el proceso de explotación de esta sangre ya comenzó hace años por parte, como siempre, de personas ajenas a estos lugares.
Si se consuma el expolio del agua de la sierra de segura, este árbol y esta sierra caerán, desaparecerán para siempre; en estos momentos me viene a la memoria las palabras de una mujer, árabe para más señas y madre de Boabdil, yo las transcribo a modo de sentir de muchos serranos: “Serrano llora como una mujer lo que no has sabido defender como un hombre”.
Réquiem por la sierra de Segura.