Begíjar - Jaen

LA INDEPENDENCIA DE BEGÍJAR. 24 DE OCTUBRE DE 1779.

1) Baeza y sus aldeas.

Tras la derrota almohade en la batalla de las Navas de Tolosa a manos de una coalición de reinos cristianos del norte, en el año 1212, la Reconquista sufre un significativo avance con la llegada al trono castellano de Fernando III. San Fernando se encontró con una Andalucía dividida en los llamados terceros reinos de taifas, pequeños estados gobernados por musulmanes e independientes entre sí cuya conquista no supuso ningún problema. Una de ellas era Baeza.

Tras la conquista de toda la zona, Baeza quedó erigida como capital del efímero reino de Baeza, que después se constituiría en el reino de Jaén. Lo distintos núcleos de población quedan bajo la soberanía directa de la ciudad, que impone sus leyes y su administración. A lo largo del siglo XVI, la ciudad y sus aldeas adquieren gran esplendor, alcanzando aumentos de población importantes. Sin embargo, un hecho sumamente importante frena en seco este esplendor: la venta por parte de la Corona de los derechos de auto jurisdicción a las distintas aldeas, o lo que es lo mismo, la venta a los distintos núcleos de población de la posibilidad de gobernarse por si mismos. Esta venta se plasmará en los distintos procesos de independencia, concedidos a otros núcleos de población.
Para no detenernos más sobre la historia de la vecina ciudad catedralicia, solo reseñar que durante los siglos XIII al XVIII, Begíjar y su destino estaban ligados al de Baeza, de la que fue una de las más ricas aldeas o alquerías de la ciudad.


2) Los Borbones y Carlos III.

Tras la muerte del rey Carlos II, último monarca de la casa de Habsburgo en España, sin descendencia, se produjo una delicada situación internacional que dio lugar a la guerra de Sucesión Española. En ella, los candidatos a ocupar el trono español se enfrentaron junto con sus aliados: Por un lado, el candidato austriaco, el archiduque Carlos de Austria, aliado a ingleses, holandeses, portugueses y cierto número de estados alemanes; y con el apoyo de los reinos de la Corona de Aragón. Del otro lado, Felipe de Borbón, duque d’Anjou y nieto de Luís XIV de Francia y apoyado por Baviera y los reinos de la Corona de Castilla. Ambos pretendientes eran sobrinos del rey Carlos II.
Una vez finalizada la guerra tras la victoria del bando borbónico, se instaura en nuestro país la dinastía de Borbón, a través del monarca Felipe V de España. En 1724 Felipe V abdica en su hijo luís, que reinará como Luís I durante siete meses de edad. El temprano fallecimiento del rey Luís I llevan a su padre a tomar de nuevo las riendas del Estado hasta su muerte en 1746, año en el que llega al trono su hijo Fernando, que reinará como Fernando VI. Tras la muerte de este, sin descendencia, llegará para reinar en España el quinto hijo de Felipe, Carlos, hasta entonces rey de Nápoles (Italia).
Hasta este periodo, las reformas llevadas a cabo por los monarcas de la Casa de Borbón estaban encaminadas al fortalecimiento del Estado y de la figura del monarca. Valga como ejemplo los Decretos de Nueva Planta, por los cuales se eliminan los fueros de los distintos reinos y se ponen todos ellos bajo la soberanía directa de Castilla; o las reformas económicas por las cuales las administraciones públicas corrían por cuenta del Estado. Sin embargo, la llegada al trono de Carlos III supone la aplicación de un nuevo sistema de gobierno que veremos mas adelante: el Despotismo Ilustrado.

Carlos III (el Rey de la Independencia).

Tercer hijo varón de Felipe V, fue designado para gobernar el reino de Nápoles, tarea que desempeñó como Carlos VII. Tras la muerte sin descendencia de su hermano, Fernando VI de España, y tras abdicar del trono de Nápoles, llegó a España para convertirse en su rey.
La principal doctrina seguida por los diferentes gobiernos de Carlos III es el llamado “Despotismo Ilustrado”, que consistía en aplicar la máxima de que la razón debe guiar cualquier decisión del hombre. Fruto de esta doctrina, el monarca se rodeó de pensadores, filósofos y artistas. Se construyeron grandes obras de mejoras sanitarias en las grandes ciudades, se patrocinaron las artes, como la música, la pintura y la escultura, y se reformaron las administraciones para mejorar su funcionamiento. Con el objetivo de sanear las cuentas del Estado, se procedió a desamortizar los bienes eclesiásticos, es decir, a incautar los bienes del clero y de los municipios que estaban en manos muertas para venderlos.
Como curiosidad, podemos decir que la actual figura del “Belén” o “Nacimiento” que ponemos en Navidad, la trajo el rey Carlos III de Nápoles. En la actualidad posee una calle con su nombre en nuestro pueblo.

3) Situación del lugar de Begíjar antes de la independencia (hasta el s. XVIII).

Los datos que tenemos del pueblo los conocemos a través del Catastro del Marqués de la Ensenada, documento que era remitido a todos los lugares del Reino y que pretendía medir la riqueza de cada uno de ellos. Según el Catastro de la Ensenada:

“Conocido como Bexixar, en el reino de Jaén, de realengo (perteneciente a la Corona, no a ningún señor) y jurisdiccional de la ciudad de Baeza. Limita con términos de Baeza, Lupión y Villalgordo”.

Población:

Nos dice el Catastro de la Ensenada: “Hay 365 vecinos (cabezas de familia), 1645 habitantes que viven en 253 casas. Tiene el lugar un medico, dos barberos, un estanquero del tabaco, dos escribanos, un sacristán y un maestro de escuela, un maestro sastre con su oficial, un albañil con sus dos oficiales, un herrador, un albardero y un carpintero.
No existe ninguna familia hidalga hasta 1726 que llegan los hermanos Ortiz Cozar Dios y Ayuda. También destaca la familia de la Moneda, que llega al pueblo en 1734, y en 1794 la familia Biedma. Existe una familia que, aunque no es hidalga, tiene un gran peso económico y social en el lugar: la familia Colón.
Al instaurarse el servicio militar obligatorio, Begíjar debe contribuir con dos hombres al ejército. El servicio militar duraba dos años.

Economía:

A continuación, nos hace una lista de los distintos cultivos que se practicaban en nuestro pueblo: “Las huertas tienen frutales: granados, higueras y moreras. Hay olivas y vides , situados en el Campillo, Algarrobo, Cañada de los Álamos, Lorite, fuente Bullidera y algunos otros sitios. En el termino del dicho lugar se cogen de frutos : trigo, centeno, cebada, escaña, aceite, uvas, granadas, higos, habas, garbanzos, cáñamo, cañamones, alcarcel y un poco seda.”
Existen ocho molinos de aceite, seis hornos de cocer pan y 127 colmenas.
El Catastro nos muestra que nuestro pueblo era rico en todo tipo de cultivos y de tierras, siendo muy codiciado por este motivo por la ciudad de Baeza.


Urbanismo:

Continúa el Catastro enumerando todas las calles del lugar. Para no extendernos, solo nombraremos algunas, de nombre curioso:
San Marcos Alta (Doctor Quesada Marín) y Baja (Patrocinio Biedma): Se llamaba así porque por ellas pasaba la procesión de san Marcos.
Negros: En ella habitaban los sirvientes de color del obispo. Situada extramuros. Se conserva en la actualidad con el mismo nombre.
Cárcel: se llamaba así por el regidor Miguel de Cárcel. Se conserva en la actualidad.
Mesones: se conserva en la actualidad. Se llama así por encontrarse en ella multitud de mesones y tabernas.
Carnicerías (hoy Julio Burell): se llamaba así por encontrarse en ella las Carnicerías y el matadero público.
Existen otras calles que no nombraremos para no extender el artículo.
Nos dice el Catastro que también existe una iglesia parroquial y tres ermitas: San Marcos (en el camino de Cuadros), Nuestra Señora del Campillo (posiblemente en Campillo del Río, que antes perteneció a Begíjar) y San Sebastián (en el cerro de San Sebastián, actualmente cementerio municipal).
Se encuentra toda la villa rodeada por un arroyo, y para cruzarlo existen tres pontanillas: la de San Antonio (actual parque de la Pontanilla), la de la Calle Mesones (de piedra) y la del Lavadero.”

Fiestas:

Se celebraban la Candelaria y la Semana Santa. Por san Marcos (que procesionaba el 25 de abril) se soltaba un toro. También se celebra el Corpus y, en el año 1786 se hace una fiesta de Acción de Gracias al Señor de la Vera+Cruz, al finalizar una epidemia de fiebres que asolaba la región.


4) Ejemplos de malos tratos entre Baeza y Begíjar, durante el siglo XVIII

Tras la conquista de toda la zona por el rey Fernando III en 1227, Begíjar queda agregada a la ciudad de Baeza como una de sus múltiples aldeas. Con el correr de los años, el lugar va adquiriendo una serie de derechos y obligaciones: tener un término propio, unos bienes comunales consistentes en dehesas, ejídos y eras; el deber de pagar tributos y la prohibición de que los escribanos de Baeza entrasen en el término para ealizar actos jurídicos, por citar algunos ejemplos. Sin embargo, la ciudad de Baeza se reservó el derecho a elegir a los alcaldes del lugar, lo cual era perjudicial para los intereses de los begijenses, ya que dichos alcaldes eran afines al cabildo de Baeza.
En el año 1737, el Alguacil de la ciudad de Baeza se apropia de parte del término de Begíjar, mas concretamente del lugar del Campillo. Para remediar esto, el Concejo escribe a la Real Chancillería de Granada (organo encargado de administrar justicia).
En el año 1754, se acuerda enviar a los alcaldes ordinarios a Baeza, para que soliciten a los Caballeros Veinticuatro (nombre que tenía la corporación municipal en algunas ciudades, durante el Antiguo Régimen) que no dejen en libertad a los maleantes que causaban estragos en el término de Begíjar, maleantes que normalmente estaban amparados por la nobleza baezana y sobornaban a las autoridades con dinero y numerosos regalos.
En el año 1759 se permitió la entrada a un baezano en el término del Campillo con dos rebaños de ganado lanar que causaron muchos destrozos.
En el año 1761, los habitantes de Begíjar no aceptaron a los alcaldes propuestos por el Concejo de Baeza. El alguacil de dicha ciudad ordenó que o los aceptaban o iban presos. Además se impuso a Begíjar una multa por no obedecer al Concejo de Baeza.
Tras estos ejemplos de maltrato, los begijenses determinaron pedir la independencia.


5) El proceso de Independencia:

En octubre de 1762, el Concejo de Begíjar dijo, de común acuerdo entre sus miembros, que “teniendo presente la denigración, correrías y malversación con que son tratados los vecinos de este vecindario por las justicias y Veinticuatro (los gobernantes de Baeza) dando para ello cuenta a nuestro monarca invicto y señor, y su real Consejo de Castilla, que en su digno gobierno de toda la monarquía conceda a este lugar y a sus vecinos la libertad que se apetece, para lo cual nombran apoderados a don Diego José de la Moneda y a don Pablo Colón y Marín” Nótese la importancia que en los asuntos del lugar ya tenían estos apellidos.
En noviembre de 1767 la Real Chancillería de Granada da una provisión al Lugar de Bexixar para que la elección de Alcaldes y Regidores se haga por vecinos del lugar, llamados a toque de campana. Una comisión formada por don Vicente Villa, don Bernardino Marín y don Antonio José Troyano se personó en Baeza para solicitar a su corregidor que, ya que las elecciones se celebraban en diciembre y el tiempo era muy frío, estando los caminos impracticables, le enviasen por correo el resultado de las mismas. El corregidor aceptó.
Las relaciones entre Baeza y Begíjar se agravan tras el inicio del proceso de independencia. En el mes de agosto de 1771, los vecinos del lugar se quejan al corregidor de que algunos ciudadanos de Baeza cometen varios desagravios, pues sus ganados pastan sin control en los sembrados y sus pastores talan los árboles. Los guardas de campo no solucionan nada, pues son nombrados por Baeza. Cuando se les denuncia a la justicia, esta sepulta los expedientes sin darles salida. Y para colmo de la situación, los vecinos de Baeza que poseen propiedades en Begíjar se niegan a aportar contribución alguna.
Las quejas no debieron surtir efecto, pues se vuelven a presentar en Septiembre, con el mismo resultado, ya que en 1773 los propietarios de la ciudad seguían si aportar contribución.
En 1778 la Independencia se vislumbra cada vez mas cerca: en febrero de ese año, las Escribanías comienzan a separar los litigios de Begíjar de los litigios de Baeza. Ante los intentos de esta ciudad por inmiscuirse en la Independencia, se nombra a Diego José de la Moneda como defensor de los intereses del lugar y de sus vecinos. Las elecciones se celebran en diciembre, pero el Concejo de Baeza las considera inválidas, al no haber bajado nadie de la ciudad a celebrarlas. Ante esto, Begíjar esgrime la Real privisión de 1767 por la que se le faculta a celebrarlas sin la asistencia de nadie de Baeza.
En enero de 1779 el Corregidor envía una carta a Begíjar, ordenando se acate la elección de alcaldes hecha por la ciudad. Ante esto, se remite dicha carta junto con toda la documentación que se posee al abogado ubetense don Nicolás Agustín González. Por fín, el 24 de octubre se recibe una misiva del citado señor, por la cual el rey confirmaba, se concedía el título de Villa exenta al hasta ahora Lugar de Begíjar.
Para finalizar, resaltar para sufragar la Independencia se pidió al Cabildo de la Catedral de Córdoba un préstamo de 11000 ducados. Para su devolución, tanto las instituciones como los vecinos hipotecaron sus bienes.


Bibliografía consultada:
Catastro del Marqués de la Ensenada. Portal de Archivos Españoles (PARES)
Fernando Rezola Rezola, Real Cédula de Privilegio de la Villa de Begíjar.

Felicitaciones por este articulo que escribes sobre la historia de Begijar, yo como amante de la historia en general me congratulo por este articulo y por la celebracion de su onomastica.

y recibe mi pesame por el fallecimiento de tu familiar. saludos.

Muy buen articulo para celebrar el 233 aniversario de la independencia.