Bedmar y Garcíez - Jaen

EL PRÍNCIPE DE EGIPTO
El benjamín de las familias numerosas suele crear problemas. Era el caso de José, el de la historia sagrada. Provocó un conflicto familiar que hizo que sus hermanos mayores tuvieran que deshacerse de él, cansados de sus manejos e intrigas; pues, aspiraba a ser el heredero saltándose todo mérito y jerarquía. Acabaron echándolo y recaló en el rico y civilizado país de Egipto. Empezó buscándose la vida de sirviente pero pronto mejoraría su situación, parece ser que tuvo un “lio” con la mujer del jefe y eso le facilitó relaciones y contactos con las altas esferas del poder. Conocedor de la sicología de los poderosos, de sus miedos y debilidades, empezó a ejercer de adivino- consejero, habilidad que ya había utilizado sin demasiado éxito en la casa de su padre. Ahora la cosa funcionó y, en poco tiempo, se colocó nada menos que de primer ministro con competencias en urbanismo y el mercado de materias primas. La clave del éxito estuvo en que predijo una terrible crisis económica y a reglón seguido propuso al confuso faraón la solución acertando de lleno. Ahorrar y almacenar en tiempo de abundancia. Gestionar con una estrategia valiente, construir, poner los medios, tomar decisiones, etc. y así afrontar la inevitable carestía.
Con las biografías de la gente importante hay que tener mucho cuidado y aplicarles una hermenéutica descreída y prosaica. Sabemos que los ricos encargan a sus biógrafos oficiales una historia de sus vidas idealizada y maquillada obviando todo defecto y golpe de suerte y la llenan de esforzadas hazañas y bondades que suelen ser pura mentira.
Nada extraordinario, visto desde la experiencia de la situación actual; el más tonto de mi pueblo sabía que el ritmo de crecimiento de la economía y la bonanza que disfrutábamos en los últimos años ,tendría su contrapunto con las vacas flacas. Pues bien, nuestro primer ministro se llama José también; pero es de León y no tiene ni la clarividencia, ni la habilidad del semita. Negó por activa y por pasiva que hubiera crisis cuando ya se lo comían las moscas de la plaga e hizo lo contrario que manda el mínimo sentido común: tiró en vez de guardar, y no se anticipó ni preparó estrategia alguna para hacer frente a lo inevitable; se tomó un somnífero para quitarse los malos sueños. Y ahora culpa a las circunstancias y a los “otros”. Cuando cuenten su historia los “hagiógrafos” no habrá manera de arreglar tanta estupidez. ¡que lo echen a los cocodrilos”, pero a los del Nilo no!; ¡a los del Manzanares!; todo sea por ahorrar.

quien es el principe de egipto?

Se refiere al loco de ZP que lleba a nuestro pais a la ruina total, todo lo contrario que el Príncipe de Egipto

Pues yo no veo ruina por ningun lado, simplemente "ajuste" volver a la velocidad de crucero despues de un tiempo de "feria".
Y al "biblico" decirle que es muy dificl guardar cuando la fiesta esta en todo lo alto. A ver quien es el aguafisestas que es capaz de hacer eso.

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